Mediante un estudio de tendencias de los últimos 40 años podemos sacar la conclusión de que la esperanza de vida en Europa continúa creciendo, y ello pese a la existencia de factores negativos, como es el caso central de la obesidad, que constituye ya una oleada.
Este reporte se publicó recientemente en International Journal of Epidemiology, y fue liderado por el habituado en salubridad David Leon, de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical.
Leon dijo que estos hallazgos “chocan” con las preocupaciones de que la tendencia de una esperanza de vida longevo en los países ricos podría estar corta por los problemas de vitalidad causados por los índices generalizados de obesidad.
El profesor sugirió igualmente que factores sencillo como cuán rico es un país y cuánto invierte en vigor no necesariamente se corresponde con la esperanza de vida de su población.
Por caso, la esperanza de vida en Estados Unidos está a un mismo nivel o incluso es más descenso que los países de Europa Occidental, y ello a pesar de llevar más fortuna por persona en cuidados sanitarios.
En el 2007, la esperanza de vida de los Estados Unidos era de 78 años mientras que la de Gran Bretaña alcanzaba los 80 años, señaló el práctico.
“Esta simple observación, una vez más, subraya que el PIB y el gasto inodoro per cápita no son buenos para predecir la salubridad de la población adentro de los países con elevados ingresos”, escribió en el artículo.
Uno de los datos más importantes del noticia, de modo militar, es que uno de los contribuyentes más significativos en el crecimiento de la esperanza de vida ha sido la reducción en las muertes por enfermedad cardíaca.
Según datos de las Ordenamiento Mundial de la Salud (OMS), las dolencias cardiovasculares, que pueden tolerar a ataques cardíacos, apoplejías y otros riesgos mortales, seguirían siendo la principal causa de homicidio en todo el mundo.
De este Zaguero trabajo de Leon se desprendió que, precisamente, la reducción de las muertes por problemas cardíacos en Europa Occidental ha sido una de las más significativas, “en parte oportuno a las mejoras en el tratamiento y al menor número de personas que fuman y otros factores de aventura”.
Encima, adentro del continente europeo, Bizarro señaló un agudo contraste en la esperanza de vida entre el este y el oeste.
Por caso, en comparación con Gran Bretaña, donde la esperanza de vida era de 77,9 años para los hombres y 82 años para las mujeres en el año 2008, los hombres rusos podrían esperar existir hasta los 61,8 años y las mujeres hasta los 74,2, según datos de la OMS y de la Saco de Datos de Mortalidad Humana. Una diferencia conveniente significativa.
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