Sigue oliendo a quemado…

El domingo pasado publicaba en Twitter que un incendio me impedía volver a casa, desde la playa en Sitges, ya que la carretera había sido cortada. Un contratiempo que pudimos solucionar variando la vía de regreso.

Este año hemos tenido bastante suerte en general a lo que incendios se refiere. Mi pueblo está rodeado de montañas y escuchar la sirena de un coche de bomberos significa que en cualquier momento podría pasar que tuviéramos que salir corriendo, en las urbanizaciones sobre todo. Hay un plan de emergencia en cada una de ellas y el propio ayuntamiento lo tiene para todo el municipio, pero no es de recibo que haya personas que puedan perder su casa por culpa de algún degenerado, que decide que no tiene otra cosa mejor que hacer que prender fuego al monte.

Esta misma zona que os comentaba al inicio, en Olivella, ya fue afectada por otro incendio provocado hace justo 10 años. Ahora empezaba a dar fruto la reforestación y un frondoso pinar ocupaba el lugar de las 400 hectáreas de bosque calcinadas. Casi ningún medio lo ha mencionado.

Hoy, ya a unos kilómetros antes de llegar al lugar, se podía sentir el olor a quemado, pero eso no es lo peor. Lo peor es llegar a la zona del incendio y ver toda la montaña quemada, las casas justo a unos metros y pensar en lo mal que lo tuvieron que pasar esas pobres personas, viendo peligrar sus viviendas.

Justo unos metros más adelante, junto la carretera, se puede ver aún el cordón policial. ¿Qué significa eso? Pues supongo que lo imaginaréis, pero significa que el fuego se originó en ese punto. ¿El motivo? Pues todavía siguen investigando, pero bien podría ser provocado o alguna imprudencia de alguien que se cree que el cenicero del coche está para hacer bonito o guardar monedas. Como mucho un mes antes, una pequeña zona cercana a este punto también fue quemada.

En fin, yo sé lo que es tener el miedo en el cuerpo por un incendio forestal. Desear que el viento no cambie de dirección para que el fuego no venga hacia ti. He visto el esfuerzo de los bomberos por controlarlos, que casi vaciaran la piscina de mi pueblo los helicópteros y realmente solo le desearía esa situación a los que son capaces de provocarlo. Verdad es que algunos son fruto de la propia naturaleza, pero ya que contra esos no podemos hacer nada, no dejemos que los que si tienen culpa queden impunes.

Mi pequeño grano de arena a partir de ahora… Como vea a alguien tirar una colilla por la ventanilla del coche, bien seguro que apuntaré la matrícula del coche para su posterior denuncia.