Revista Ciencia

Silicosis, la desgracia del “ladrillazo”

Por Francisco Nebot Edo

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La silicosis, es una enfermedad bastante conocida particularmente en las cuencas mineras del norte. Pero también los trabajadores marmolistas de empresas que tratan el mármol para diferentes usos también se han visto afectados por la misma sintomatología pues estas piezas tienen en su estructura aglomerados de sílice. Al cortar este material desprende sílice cristalina.

Existe unas claras manifestaciones fisiológicas de los trabajadores y que comparten los mismos síntomas que los mineros (fiebre, asfixia, cansancio, etc.). Según los neumólogos, existe una obvia relación epidemiología entre la enfermedad y los trabajadores de estos sectores. Los datos son escalofriantes. En algunas provincias como Cádiz, en el 2014 se diagnosticaron 46 varones de una media de edad de 36 años y con una antigüedad media de 11 años en antigüedad en la producción de encimeras de aglomerado de cuarzo. Pero en Andalucía, ya son 255 casos afectados.

Pese a ello, el Instituto Nacional de Seguridad Social, no reconoce esta enfermedad como de origen laboral para este sector, como en el caso de los mineros. Tanto es así que los trabajadores afectados, aunaron sus esfuerzos para ser oídos creando la Asociación de Afectados y Enfermos de Silicosis (ANAES), cuya misión es agrupar a todos los afectados en España.

Con el boom del ladrillo, la obra nueva empezó a subir de manera vertiginosa, con lo que los sectores directamente relacionados. En este grupo incluimos los de fabricación utilizando aglomerados de sílice como las encimeras para cocina (ver fotografía adjunta) y baños o  suelos de mármol empezaron a prosperar.

De esta manera pueblos, como Chiclana, cuya economía se fundamentaba en la agricultura, con el aumento de la demanda empezaron a apostar por un sector en progresivo crecimiento. En la actualidad ya tan sólo quedan 4 marmolerías de las 24 que llegaron a coexistir.

El riesgo de enfermedad está relacionado con la exposición y con la cantidad de sílice cristalina inhalada. Actualmente, se ha determinado que la cantidad de sílice recién fracturada es más tóxica que la que contiene el polvo antiguo (el de las minas). Por ello la afectación de estos trabajadores es incluso más grave que la de los mineros. Es más, con una exposición entre 2 y 10 años, pueden desarrollar una enfermedad mucho más virulenta de la que no existe curación.

Legalmente, existe incumplimiento de muchas otras partes: fabricantes, servicios de prevención de riesgos laborales, mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y por supuesto los empresarios. Las indemnizaciones a los trabajadores son cuantiosas y a esto le debemos sumar la de la Seguridad social, con un recargo de las prestaciones que va del 305 al 50% de la pensión que finalmente le queda al trabajador. Toda la responsabilidad recae en el los empresarios, pese a los numerosos agentes implicados, como ya apuntaba.

Y esto es así porque existía un absoluto desconocimiento por parte del empresario del material que se estaba trabajando. Se pensaba que se trataba como el granito o el mármol y por tanto se hacia el corte en seco y el único equipo de protección era una mascarilla simple. No se contemplaba que el polvo de micropartículas de sílice, se mantenían en suspensión hasta dos días después. Ahora existe más información, incluso las placas de aglomerado de sílice cristalina vienen con etiquetado que indica las medidas de seguridad para cortarlas.

Como medidas preventivas se deben incluir el corte por vía húmeda de manera obligatoria, el uso de EPIs respiratorios (FPP3 o P3), la extracción localizada en la zona de generación, renovación del aire de en naves (extracción general), limpieza de equipos por vía húmeda o por aspiración, señalización para delimitar las zonas de riesgo de exposición a sílice cristalina respirable (restricción de acceso a personal sólo autorizado) y por supuesto la formación e información sobre los riesgos para la salud de los trabajadores. También implantar sistemas de cabina en operaciones concretas como en operaciones de pulido de piezas grandes con un caudal de extracción adecuado.

Dije que la formación es vital y esta ha de contemplar unos mínimos de hábitos correctos de comportamiento entre los trabajadores. No ingerir ni beber en las zonas de trabajo, no utilizar aire comprimido para limpieza de ropa de trabajo, conocer la delimitación de zonas limpias de las sucias y un correcto mantenimiento y uso de los EPIs, deberían incluirse en los programas formativos llevados a cabo por las empresas.

Además la empresa debería llevar a cabo un programa que contemple la selección, mantenimiento y limpieza de los equipos de protección individuales (lavandería industrial) y disponer para los trabajadores de lugares separados para guardar el uniforme de trabajo de forma separada a la ropa limpia.

También la empresa ha de llevar a cabo programas de vigilancia de la salud de los trabajadores siguiendo el Protocolo de Vigilancia sanitaria Específica establecido por el Ministerio de Sanidad para la silicosis y otras neumoconiosis. Esta vigilancia se deberá llevar a cabo de manera periódica de acuerdo con los protocolos establecidos. Además de la inicial y la periódica, a la vuelta del trabajador tras una baja laboral, deberá hacerse el control pertinente para ver su estado de salud y si se considera apto para desempeñar el trabajo que llevaba haciendo.

De momento, los trabajadores enfermos, piden que la orden ministerial de 1969 que regula la normativa de la Seguridad Social se modifique para reconocer su situación actual. El pasado mes de marzo de este año, el PSOE registró en el Congreso una proposición de ley para ello. No se llegó a debatir, pero el Instituto Nacional de Seguridad Social ya acepta de facto (situación que existiendo en la realidad, no ha sido reconocida formalmente, ya sea mediante los mecanismos legales vigentes o por la autoridad competente) la reinterpretación de la orden. Mientras tanto las mutuas siguen recurriendo. Esperemos a ver como acabara la situación de los afectados y familiares.

 [foto_fondo perteneciente al archivo fotográfico del autor]

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