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Simpatía por el comunismo, parte tercera: The execution of Private Slovik, la película que Sinatra nunca dirigió

Publicado el 03 noviembre 2014 por Marcoscallau

Simpatía por el comunismo, parte tercera: The execution of Private Slovik, la película que Sinatra nunca dirigió

Frank Sinatra en 1960

El comienzo de la década de los sesenta fue vertiginoso tanto en la vida artística como en la vida social del cantante. Fue en 1960 cuando se estrenó la película por excelencia del Rat Pack, la discreta comedia Ocean's eleven, actualmente masacrada y reconvertida en una saga absurda por Steven Soderbergh con George Clooney a la cabeza paseando el palmito por la pantalla. También fue 1960 el año en que grabó algunos de sus  álbumes más brillantes como fueron Nice'n'easy, Sinatra's swingin' session y Ring a ding ding. Y por encima de todo 1960 fue el año en que Frank Sinatra apoyó sin condiciones la candidatura de JFK a la presidencia realizando una campaña con el Rat Pack, rebautizado como Jack Pack para la ocasión, en diferentes galas y mítines pre-electorales. Fue, precisamente, durante una de esas galas, la Convención Nacional de los Demócratas, que volvió a ocurrir un desafortunado acontecimiento de caracter racial que volvió a radicalizar la postura de Sinatra contra los fanáticos conservadores, los cazadores de brujas y los fascistas. Durante la actuación, algunos políticos de Missisippi abuchearon a Sammy David Jr, llamándole nigger y monstruo. El cantante, bailarín y actor, miembro del Rat Pack, estaba prometido por aquel entonces con una actriz blanca, May Britt. Se encontraba solo en el escenario ofreciendo un espectáculo de imitación y ante los abucheos lo abandonó bruscamente y visiblemente afectado. A continuación, el Rat Pack dejó también la convención. Con el tiempo, Frank Sinatra sería el padrino de boda de Sammy David Jr con May Britt, apoyando así un matrimonio interracial que para la todavía mojigata sociedad norteamericana era poco menos que un escándalo. 

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Sammy Davis Jr. y Frank Sinatra

Quizá fuera la radicalización en la que volvió a posicionarse o bien una historia que rondaba hacía tiempo por su cabeza pero lo cierto es que Frank Sinatra anunció que iba a dirigir su primera película, The execution of Private Slovik, el único americano ejecutado por deserción por el ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Y además, Sinatra contrató a Albert Maltz, uno de los Diez de Hollywood, para escribir el guión. Nuevamente el cantante se posicionaba cercano al comunismo. Albert Maltz, con quien ya había trabajado en el corto The house I live in, fue encarcelado durante la caza de brujas. Posteriormente fue multado e incluido en las célebres listas negras por negarse a responder ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Al parecer, con esta decisión, Frank Sinatra tenía un solo objetivo: terminar con las listas negras. Albert Maltz, años después, declararía lo siguiente: "No había trabajado en una película en Hollywood desde 1948 y ni yo ni el resto de los que estaban en la lista negra perdíamos la esperanza de que todo aquello terminara, así que la llamada de Frank en 1960 fue algo muy emocionante para mí. Él sabía de antemano todos los problemas que iban a surgir, así como las protestas de los tipos de la Legión Americana, pero dijo que le daba igual. Quería acabar con la lista negra". Pero habría un problema más, con el que Frank no había contado.
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Las críticas del ultrapatriotismo político y del catolicismo comenzaron a llover sobre Frank Sinatra, un hombre que se había convertido en una de las caras visibles para la campaña política de JFK y el actor John Wayne fue el primero en abrir fuego con estas declaraciones: "Me pregunto qué piensa el amiguito de Sinatra, el senador John Kennedy, acerca de que contrate a un tipo semejante (Maltz) Me gustaría saber su posición puesto que este hombre pretende gobernar nuestro país"  Tras las declaraciones de Wayne, Sinatra apostó por una campaña publicitaria en revistas y prensa hollywoodienses en la que defendía a Albert Maltz y a la libertad. En esta época, desde Washington, crearon un comité para investigar los intentos comunistas de infiltrarse en la industria cinematográfica y el cantante, volvió a ser investigado. Esto nos da una idea de la importancia social que llegó a tener el cine en Norteamérica. Sin duda, Frank Sinatra no eligió el mejor momento para proyectar su película. Sin embargo, no cedió y siguió adelante con su proyecto, a pesar de perder por ello un contrato publicitario por 250.000 dólares con la General Motors que le obligó a elegir entre ellos y Maltz. Sinatra eligió a Maltz.

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Frank Sinatra y Dean Martin, previo a un concierto en 1960

 Pero Sinatra recibiría una llamada que cambiaría para siempre su percepción del mundo, de los ideales y de la sociedad norteamerciana, la primera amenaza seria para su ideología. Y fue el nacimiento del Sinatra contradictorio que perduró hasta el final de sus días. Ya nada volvería a ser Nice'n'easy. El padre de JFK, Joseph P. Kennedy, telefoneó al cantante y simplemente le dio a elegir "Maltz o nosotros. Contar con Maltz le costarán las elecciones a mi hijo". Aunque ahora suena totalmente anticuado y estúpiudo la relación con los Kennedy ya se haíba deteriorado porque Sinatra apoyó socialmente el matrimonio entre Sammy Davis Jr y May Britt. En este punto debemos aclarar que lo que más deseaba Frank Sinatra, en su voraz e interminable deseo de éxito, era la Casa Blanca. Y lo seguiría deseando a lo largo de su carrera. Tanto fue así que, por conseguirlo, estaba dispuesto a traicionar sus propios ideales. Cómo si no, podemos comprender el apoyo que prestó a Reagan en los ochenta. De ninguna otra manera. Y Sinatra comenzó a traicionar sus principios, su ideología, tras la llamada de Joseph P. Kennedy. Acto seguido, el cantate declaró lo siguiente: "En vista de la reacción de mi familia y mis amigos y del público americano, he dado instrucciones a mis abogados para que lleguen a un acuerdo con Albert Maltz y le informen de qu eno escribirá el guión de The execution of Private Slovik" Ni Albert Maltz ni nadie escribiría aquel guión para el Sinatra director. Un Sinatra director que, probablemente, murió ahí mismo, con sus ideales. El cantante abandonó el proyecto por completo. Ni siquiera tuvo el valor suficiente para telefonear a Maltz. Simplemente, se encerró en el Jack Daniel's y durante tres días estuvo bebiendo sin parar terminando por destrozar, por completo, su oficina de Bowmont House. "Estoy fuera de este negocio de mierda", dijo. Y sí, se quedó fuera y se desmarcó, definitivamente, del comunismo. Sin embargo, una parte del cantante se quedó ahí. Cinematográficamente Frank Sinatra no creó nada reseñable ni de interés como director. Tan solo dirigió la película bélica Todos eran valientes en 1965 y la cinta de ninguna manera cubrió el hueco que dejó The execution of Private Slovik. Este triste episodio en la vida de Frank Sinatra termina con otro aún más triste. En una gala benéfica celebrada en 1960, en el Moulin Rouge de Los Angeles, el cantante intenó provocar una pelea con John Wayne, por el asunto Maltz. Del hecho dieron buena cuenta los periodistas, aunque el protagonista de Centauros del desierto, restó importancia al asunto y años más tarde declararía que, según su opinión, Sinatra era un buen tipo.
Simpatía por el comunismo, parte tercera: The execution of Private Slovik, la película que Sinatra nunca dirigió
Quién diría que, con el tiempo, John Wayne y Frank Sinatra, acabarían apoyando a Reagan y prácticamente, siendo colegas...
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Simpatía por el comunismo, parte tercera: The execution of Private Slovik, la película que Sinatra nunca dirigió

¡Qué amigos somos todos! Bob Hope no soporta a Frank Sinatra. Frank Sinatra trina cuando JFK decide hospedarse en casa del republicano Bing Crosby en lugar de su choza, donde el italoamericano le había construido hasta un helipuerto. Y con John Wayne, bueno...estuvieron a punto de llegar a los puños. Lo dicho, una fotografía de verdaderos amigos.

Con este artículo terminamos los coqueteos que Frank Sinatra tuvo con el Comunismo, más descarados en los comienzos de su carrera. A lo largo de su vida, Frank nunca volvió a acercarse al Comunismo, quizá su verdadera ideología política, entre otras cosas porque estaba siendo investigado por sus relaciones con presuntos miembros de la Mafia. Lo que nunca cambió en su ideología, sin embargo, fue la defensa de los Derechos Humanos, el rechazo activo de los fanatismos raciales y del fascismo en general. A este respecto, escribió una carta al LA Times en 1991, una ño después de la muerte de su amigo Sammy Davis Jr, en la que manifestaba lo siguiente:
"¡Somos creados iguales! ¡Ninguno de nosotros es mejor que los demás! Ésta es la divisa proclamada en 1776 e inscrita siglo tras siglo en la verdad de todos los tiempos. Estas acertadas palabras de la Declaración de Independencia acusan al fanatismo y al antisemitismo. Entonces, ¿por qué sigo viendo a los xenófobos y racistas escupir su veneno? ¿Por qué sigo encontrándome con insinuaciones ponzoñosas de desigualdad? ¿Por qué niños inocentes deben crecer siendo despreciados? ¿Por qué los chistes de aquellos que odian siguen provocando la risa, cuando se susurra de escoria a escoria? Saben a quién me refiero, a la escoria que dice 'Algunos de mis mejores amigos son judíos...' En lo que se refiere a los otros, a esos fanáticos que queman cruces y para los cuales la esclavitud mental sigue viva y coleando, no envidio sus juicios en el Más Allá, cuando uno sólo decidirá acerca de sus pensamientos, sus palabra sy sus acciones... Y cuando termine la música, piensen en las pelotas de Rosa Parks, que mediante un acto aislado en un momento aislado cambió el mundo y a todos los que en él vivían. No soy ningún santo. He tenido mis momentos. He hecho algunas cosas en mi vida de las que no me enorgullezco, pero nunca dejé de amar a un ser humano a causa de su raza, fe o color de piel."

Bibliografía: Frank Sinatra: El pasado rojo de la voz (Martin Smith. 2005)

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