Revista Música

Simply red

Publicado el 18 enero 2017 por Perendengon

SIMPLY RED

Hola Graminoleños.

“La Graminola” de hoy se viste de etiqueta para dar la bienvenida a la música de una de las bandas de mayor calidad en el panorma musical de finales de los 80 y principios de los 90. Un grupo atípico, ya que no es habitual que los “blancos” sean capaces de hacer buen soul y, mucho menos en Europa. Pues bien, Simply Red fueron capaces de hacerlo y con una música verdaderamente espectacular.

El grupo se formaría en el año 1984 en Reino Unido cuando el vocalista y auténtico líder de la banda Mick Hucknall se uniría a tres músicos que acababan de abandonar el grupo The Durrutti Column como eran Tony Bowers, Chris Joyce y Tim Kellett.

La verdad es que es difícil diferenciar entre Mick Hucknall y Simply Red, ya que con el paso del tiempo y las continuas entradas y salidas del resto de los componentes del grupo, la figura del cantante eclipsaría todo y áun manteniendo el nombre originario de la banda, la impresión que daba es que estábamos ante la carrera de un artista en solitario que sabía rodearse de muy buenos músicos. De cualquier modo, su música merece la pena ser escuchada y en sus primeros tiempos sí que podríamos hablar de un grupo a la vieja usanza.

En el año 1985 iba a llegar su álbum de debut, bajo el título de “Picture Book“, que iba a convertirlos en uno de los grupos más originales y frescos del momento al ofrecer un sonido que sorprendería a propios y extraños.

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Durante toda su trayectoria, Simply Red han sabido manejarse muy bien versionando clásicos de otros artistas y ese sería el camino que elegirían para presentarse en sociedad, ya que su primer sencillo no sería otro que una versión del “Money’s Too Tight (To Mention)” de los maravillosos Valentine Brothers, demostrando a todos lo que eran capaces de hacer.

Lo cierto es que la voz de Hucknall, tan original como potente, llamaría poderosamente la atención del público, así como la profesionalidad y buen hacer del resto de los músicos del grupo. Acababan de nacer pero ya se podía percibir que estábamos ante uno de los grupos que iba a marcar el paso de la música de éxito durante los próximos años.

El sonido muy cercano al rhythm & blues y los toques soul de sus canciones supusieron una auténtica novedad para el público británico que llevarían al disco a los primeros puestos de las listas de ventas de su país, empezando a hacerse también muy populares en el resto de Europa gracias a temas tan maravillosos como este “Come To My Aid”.

Poco antes de crear Simply Red, Hucknall había permanecido durante un pequeño periodo de tiempo en otro grupo llamado The Frantic Elevators que no tendría ninguna trascendencia y pasaría totalmente desapercibido. Sin embargo, en esa época la daría para componer una canción que finalmente sería incluida en este Picture Book, ocupando un puesto destacadísimo.

La canción es una maravillosa balada con una música muy suave, la voz de Hucknall llenándolo todo y unos coros en segundo término maravillosos. Sin duda alguna, Holding Back The Years es otro de los clásicos, y qué clásico, del grupo.

Con este disco, así como con los sencillos que de él iban publicándose, el grupo iba abriéndose camino y ya se habían convertido en una de las bandas más seguidas en el Reino Unido. Les quedaba dar el gran salto, primero al resto de Europa y después al otro lado del charco. El primer paso, hacerse fuertes en Europa, iban a conseguirlo con otro de los temas destacados de su álbum de debut.

Esa canción no es otra que “Jericho”, un tema que se convertiría en un auténtico bombazo y el espaldarazo definitivo que necesitaban para triunfar en todo el Viejo Continente. Una canción con un inicio calmado y sugerente que da lugar a un estribillo con unos coros contundentes. En mi modesta opinión, si no la mejor una de las mejores creaciones de toda su carrera.

El primer paso, el de triunfar ya con el primer disco, estaba dado, pero quedaba lo más complicado: confirmar que eran un grupo con futuro. La historia de la música está repleta de casos en los que algún grupo o artista bate todos los records con su primer trabajo, sitúan el listón demasiado alto y con su siguiente disco se la pegan en toda regla. Con Simply Red no iba a suceder esto en absoluto.

En el año 1987 saldría al mercado su segundo disco, bajo el título de “Men And Women” y no solamente volvería a triunfar sino que obtendrían mayor éxito si cabe que con su anterior trabajo.

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El disco incidiría en la misma exitosa fórmula con un sonido puramente soul. Con ese estilo habían conquistado al público y ese iba a ser el estilo que iba a marcar toda su trayectoria. Pocos grupos hacían música con su calidad y buena interpretación, por lo que los críticos especializados podría decirse que les acogieron proporcionándoles un muy buen trato.

Para abrir boca, que mejor que empezar con una fórmula que les había dado muy buen resultado con su primer disco, es decir, versionar un clásico de los de toda la vida. En esta ocasión se darían el gusto de interpretar un buen jazz escogiendo “Every Time We Say Goodbye”, un tema del maravilloso, gigantesco y mítico Cole Porter,
del que escuchamos esta impresionante versión en directo.

En esta ocasión no solamente triunfarían en el Reino Unido y el resto de Europa sino que les llegarían también las mieles del éxito en los Estados Unidos. Este pequeño guiño al jazz les daría un pequeño empujón, pero las grandes responsables de ese éxito made in USA serían los dos principales temas de este disco que serían publicados como sencillos, colocándose de inmediato en la zona noble de las listas de éxito.

La primera de estas dos canciones incidiría en el soul y puede considerarse como el primer gran éxito a nivel mundial de su carrera. Su título no es otro que “The Right Thing“, y estaba claro que ellos habían sabido hacer lo correcto.

El éxito era rotundo y les llegaba gracias a la voz de Hucknall, a un estilo muy particular y a la calidad y elegancia tanto de su música como de los músicos que la interpretaban. Hucknall tendía a eclipsar al resto del grupo, como iremos viendo terminaría por devorarlos a todos, pero lo cierto es que los demás componentes de la banda eran unos artistas con letras mayúsculas.

Pero como ya digo “The Right Thing” no sería el único gran éxito que nos traería este disco. La canción que sin duda alguna cosecharía más éxito dentro de este segundo trabajo sería sin lugar a dudas “Infidelity”. Con ella su popularidad subió como la espuma y se convirtieron en uno de los grupos más destacados de finales de la década de los 80.

Ya nadie dudaba de ellos y sus numerosos fans esperaban con pasión su nuevo disco. No iban a defraudar y en el año 1991 iban a publicar el que pasa por ser su mejor trabajo, cuanto menos el que mayor éxito y ventas les proporcionaría, cuyo título sería “A New Flame”.

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El éxito sería rotundo y las ventas de este disco batirían todos los records de su carrera. De hecho, pasarían desde ese instante a ser considerados en sus tierras como el grupo británico de soul más grande de la historia. Ahí es nada.

Dado que se les daba muy bien lograr el éxito interpretando temas de otros artistas dándoles su maravilloso toque personal, en esta ocasión ahondarían todavía más en esta manera de comportarse y lograrían situar en los primeros puestos de las listas de éxitos no una sino dos canciones que no eran suyas.

La primera de estas versiones volvería a incidir en una elegancia total a la hora de interpretarla. Se trata de una balada de esas de lágrimón calibre XXL, que muchos años atras habían hecho popular Harold Melvin & The Blue Notes. Su título: “If You Don’t Know Me By Now”.

La otra versión destacada de este disco vendría a demostrar que se atrevían con todo. Por atreverse se atrevieron a versionar un tema del mismísimo Barry White, algo que está a la altura de muy pocos por la peculiar manera de interpretar que él siempre ha tenido.

Serían capaces de cambiar la susurrante y acariciante voz grave de su creador por la temperamental y aguda de Hucknall, dejándonos una espectacular versión de “It’s Only Love”, sin duda alguna otro de los temas más emblemáticos de su trayectoria.

Estas dos canciones, estas dos versiones serían decisivas para que el disco funcionara a lo grande como lo hizo, pero no serían las únicas dignas de destacar ya que todo el álbum, como siempre hasta ese momento, repartía calidad en cada una de sus notas.

Como no podía se de otra manera, también uno de los temas nuevos, uno de los temas propios del grupo, compuesto por Hucknall, lograría también un gran éxito, aunque un tanto por debajo del de las dos canciones que acabamos de degustar. Ese tema sería el que da título al disco, “A New Flame”.

Habría que esperar al año 1991 para asistir a la publicación de su siguiente disco, un trabajo que reincidía en lo realizado hasta ese momento pero que iba s significar un punto de inflexión dentro de su carrera por motivos que se veían venir desde hacía ya tiempo.

Llevaría el título de “Stars” y el sería su primer trabajo en el que la totalidad de las canciones que lo componían eran propias y nuevas, abandonando la costumbre, tan sana por cierto, que habían tenido hasta ese instante de versionar grandes clásicos como hemos ido comprobando a lo largo del artículo de hoy.

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Ya os he comentado antes que el protagonismo de Hucknall iba siendo cada vez más grande y, de algún modo, estaba eclipsando poco a poco al resto de miembros del grupo. No hay más que echar un vistazo a todas las portadas de sus discos. En todas ellas, sin excepción, el único que aparece es él mismo, ni rastro del resto. Significativo.

De cualquier manera, el disco está lleno, una vez más, de grandes canciones, destacando entre todas ellas el sencillo que más éxito cosecharía: “Something Got Me Started”.

Podríamos decir que “Stars” es un disco de contrastes. Como decía el chiste, venía con noticias buenas y noticias malas. Las buenas eran que su éxito en el Reino Unido fue auténticamente brutal. Las malas es que en Estados Unidos se llevarían un inesperado chasco, ya que el público norteamericano daría la espalda a su música. “Fifty Fifty” que se dice.

La verdad es que es muy llamativo el distinto grado de aceptación que tuvo a los dos lados del charco, ya que mientras que en USA pasó con más pena que gloria, en su país natal sería considerado como uno de los álbumes británicos más grandes de la historia. Como digo siempre, para gustos: colores.

De cualquier forma, con éxito o sin él, la buena música es la predominante, con canciones tan espectaculares como la que da título al disco, una melancólica y simple canción de amor.

Lo que estaba claro es que las primeras diferencias entre Hucknall y el resto del grupo habían empezado a aparecer por distintos motivos. El principal, claro está, era el excesivo protagonismo que el cantante estaba acaparando en decrimento del del resto de sus compañeros de fatigas, pero no era el único.

Otra de las causas de este desencuentro era el pequeño giro que en lo referente a estilo estaba empezando a dar el grupo. Los críticos musicales habían empezado a acusarles de estar dulcificando en exceso su estilo, abusando mucho de baladas y medios tiempos y lo cierto es que no les faltaba algo de razón.

Como muestra de este edulcoramiento no hay más que escuchar otra de las canciones que sería publicada como sencillo, un tema dedicado a los tiernos niños que lleva el título de “For Your Babies”. Definitivamente sí, su música empezaba a alejarse de la de sus principios, una lástima.

Evidentemente, el pequeño descalabro sufrido en Estados Unidos también ayudaría para que esas diferencias se hicieran más visibles y evidentes, por lo que sucedería lo inevitable, las primeras deserciones y los primeros cambios en la formación del grupo. A partir de este momento el liderazgo de Hucknall ya sería definitivo, algo que a la larga pasaría factura.

No quiero cerrar este apartado dedicado a “Stars” sin saborear la canción que a mi manera de ver más se parece a la esencia que siempre había emitido el grupo. Que conste que no es un mal disco, ni mucho menos, pero sí que podría decirse que empezaban a apartarse del buen camino. Los americanos sabrían verlo de inmediato y por eso les darían la espalda. Por cierto, la canción a la que me refiero es “Your Mirror”.

Prueba de que los tiempos estaban cambiando para el grupo sería que tendrían que pasar cuatro largos años para que apareciera en el mercado su siguiente disco. Sería en el año 1991 cuando publicarían “Life”.

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Aunque éste y los siguientes discos seguirían viniendo firmados como “Simply Red“, podría decirse que el grupo como tal había acabado. A partir de ese instante Hucknall haría y desharía a su antojo y se iría rodeando de distintos músicos tanto para giras como para publicar nuevos trabajos. Ya nada volvería a ser como antes y la decadencia empezaría a ser evidente.

Su mercado se vería reducido a Europa y, sobre todo, el Reino Unido, ya que en Estados Unidos podría decirse que se habían olvidado de su música. De hecho, “Life” sería su trabajo más flojo hasta ese instante y el que menor éxito y ventas había cosechado. Como ya os digo, la caída había comenzado y era inevitable.

Sin embargo, el primer sencillo que aparecería de este disco contrastaría con el resto de sus canciones ya que sí que lograría un gran éxito. De hecho “Fairground”, que así es como se titula, puede considerarse como el último hit del grupo. A partir de ahí, todo bastante discretito como os iré contando a continuación.

Otra de las pocas canciones que adquirirían cierta popularidad de este trabajo lo haría gracias a uno de los acontecimientos deportivos más imporantes que se celebrarían en el año 1996, casi un año después de su publicación.

Ese año, la Eurocopa de Fútbol se celebraría en Inglaterra y su canción “We’re In This Together” sería interpretada por Hucknall de un impresionante coro. La verdad es que les quedó bastante bien.

De lo que no había ninguna duda es de que ya no sonaban como antes. De ese soul de sus comienzos y que nos dejaría auténticas joyas llevándoles al estrellato no quedaba prácticamente nada. Su sonido cada vez tenía toques más cercanos al funk y sus discos estaban formados casi al cincuenta por ciento por canciones para bailar y baladas romanticonas.

Como prueba de ese evidente cambio, no hay más que escuchar este “Remembering The First Time”. Nada que ver, ya os digo.

Después de esta pequeña, o grande según se mire, decepción, Hucknall llevaría a cabo un acto recurrente que todo artista que ha pasado por este trance de cambio de estilo, de formación y caída de ventas, es decir, la publicación de un disco de grandes éxitos.

Estaba claro que con ese trabajo daban por finalizada su primera etapa. Realmente ya no eran un grupo sino un solista con una banda de acompañamiento. Estaba claro que todo quedaba atrás con este “Greatest Hits” que aparecería en el año 1996 conteniendo todos sus éxitos hasta ese momento y, algo llamativo a la par que elocuente, sin ningún tema inédito.

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Las especulaciones sobre el final del grupo y el inicio de la carrera en solitario de su vocalista empezaron a ser cada vez más frecuentes, pero lo cierto es que a Hucknall no le hacía falta tomar esa decisión. Él tenía todos los derechos sobre el nombre de la banda y quería seguir explotando de alguna manera la fama adquirida con él en tiempos mejores.

Así las cosas, en el año 1998 aparecería el siguiente disco de Simply Red bajo el título de “Blue”, un disco que intentaría retornar a los buenos tiempos, regresando a una música soul aunque de inferior calidad a la de antaño. Daba la impresión de que la complicidad con sus nuevos músicos no era la misma y que la creatividad de Hucknall había decrecido notablemente.

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El retorno al soul no sería el único aspecto que retomarían en este nuevo trabajo, ya que volverían también a la fórmula de versionar canciones de otros artistas intentando darle su propio toque. Realmente, las dos únicas canciones dignas de destacar de este disco serían precisamente esas versiones.

La primera de ella sería el clásico de The Hollies titulado “The Air That I Breathe”, interpretado a la manera Hucknall.

De cualquier forma quedaba bastante claro que habían perdido casi totalmente su esencia. Ya ni tan siquiera cuando versionaban grandes canciones eran capaces de darles el toque adecuado y llevarlas a los primeros puestos de las listas de éxitos como siempre habían hecho. La decadencia era bastante evidente.

Además, Hucknall, bastante despistado el pobre, estaba empeñado en experimentar con otros estilos y mezclar sonidos en sus canciones, atreviéndose incluso con el reggae. Por este motivo, la otra versión de la que os he hablado antes no sería más que el tema de Gregory Isaacs titulado “Night Nurse”, para lo que contaría con la colaboración del dúo jamaicano Sly & Robbie.

Del resto de las canciones del disco, de las nuevas creaciones, la verdad que mejor no hablar, ya que ninguna de ellas adquiriría notoriedad suficiente. Como ya digo, la caída continuaba.

Daba la impresión de que Hucknall había perdido totalmente el control sobre su música. Sus últimos discos habían tenido muy poca aceptación y su calidad había ido decreciendo apreciablemente, pero la palma se la llevaría con la aparición de su siguiente trabajo tan sólo un año despues. Las prisas no son buenas consejeras y más si es para hacer algo “raro raro raro”.

Así las cosas, en el año 1999 publicaría “Love And The Russian Winter” (el título ya evidencia que las cosas ya no eran como antes), que pasa por ser el peor producto de toda su carrera en el que realizarían una especie de experimento en el que intentaron abrazar las nuevas tendencias musicales y algunas versiones disco de sus grandes éxitos de siempre.

Me váis a perdonar que os diga que el disco es verdaderamente infumable, ya que los nuevos temas no son nada del otro mundo y las versiones bailables no hacen sino destrozar esas joyas que habían ido ofreciéndonos durante sus primeros años.

Opinad vosotros mismos viendo y escuchando este “Your Eyes”, uno de los temas novedosos.

Como las cosas no marchaban del todo bien, por no decir bastante mal, Hucknall repetiría jugada con la publicación en el año 2000 de un nuevo recopilatorio, el segundo en cuatro años, mala señal, que en esta ocasión llevaría el título de una de sus canciones de siempre: “It’s Only Love”.

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En esta oportunidad el recopilatorio sí que incluiría un tema inédito, titulado “Lady Godiva’s Room”, pero que no aportaría nada nuevo. Una balada que nada tiene que ver con sus grandes baladones de siempre. Se supone que los temas inéditos que se incluyen en los recopilatorios son uno de los grandes reclamos para subir sus ventas, pero en esta ocasión el resultado tampoco sería el deseado.

Viendo como estaban desarrollándose los acontecimientos en los últimos años y con los malos resultados que sus últimos discos estaban obteniendo, no era de extrañar que muchos pensaran que el momento de la desaparición del llamémosle “Proyecto Simply Red” estaba bastante cerca.

De hecho irían pasando los meses sin volver a tener noticias de la publicación de nuevo trabajo hasta que en el año 2003, justamente cuatro años después de la aparición en el mercado de su último disco con temas nuevos, llegaría por sorpresa un nuevo álbum que recuperaría mínimamente el gran terreno perdido. Su título “Home”.

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El disco en sí no es nada del otro mundo, pero una de sus canciones sí que obtendría un éxito relativo y sería habitual escucharlo en las radiofórmulas y similares.

En esta ocasión no sería exactamente una versión de un clásico de algún otro artista, pero sí que tendría cierta similitud. Me explico. Durante toda la canción puede escucharse de fondo un sampler de una de las mejores canciones del dúo Hall & Oates titulada “I Can’t Got For That (No Can Do)”, lo que le da un toque elegante y peculiar. Por cierto, el título de este tema es “Sunrise”.

Con este nuevo disco mejorarían algo sus resultados de ventas, aunque las críticas siguieron siendo poco amables. Cierto es que podía apreciarse cierta mejoría con respecto a anteriores trabajos, algo que tampoco era demasiado difícil, pero seguían estando muy lejos de aquellos momentos en los que sus canciones se escuchaban una y otra vez y se colocaban nada más publicarse en los primeros puestos de las listas de éxitos.

Esa mejoría da para que haya alguna que otra buena canción, no excelente, pero si buena, como puede ser este “Fake”.

Posiblemente animado por esa pequeña mejoría, Hucknall decidiría no arrojar la talla y dos años después, en el año 2005, publicarían un nuevo trabajo en el que volvería a caer en el error de experimentar con otros sonidos. Cuando las cosas no funcionan se acostumbra a intentar cualquier cosa por retornar a la senda del éxito y casi nunca con buenos resultados.

El disco en cuestión llevaría el título de “Simplified” y obtendría los peores resultados de ventas en el propio Reino Unido de toda su trayectoria.

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Nuevamente nos encontraríamos ante un disco que remezclaría de una manera poco convencional los grandes éxitos de siempre. La inspiración de Hucknall parecía que se había agotado y no hacía más que reincidir en intentarlo con remezclas y fusiones que no conducían a ningún sitio.

El disco contiene algunos de sus éxitos más sonados con unos inusuales arreglos de música cubana, así como algún tema nuevo, como este “Perfect Love”.

No sé que opinaréis vosotros, pero a mí escuchar sus grandes canciones con esos arreglos de música cubana me suena cuanto menos raro. Y digo raro por ser educado, porque realmente a mí no me gustan nada. Os pongo un ejemplo y vosotros mismos sacaréis vuestras conclusiones. Esto que viene a continuación es “Something Got Me Started” en plan cubano total.

Dado que con este último disco se la pegarían incluso en sus tierras británicas, prácticamente sólo tendría cierta repercusión precisamente en Cuba, al año siguiente, en 2006 publicarían solamente un single, a modo de prueba, a modo de poder comprobar si su público habitual y paisano sería capaz de seguir siendo fiel a su música y la verdad es que ni frío ni calor, cero grados.

La canción en cuestión lleva el título de “Oh What A Girl” y no tendría la más mínima repercusión, a pesar de que a mi modesto entender posiblemente fuera la mejor canción que habían grabado desde hacía muchos, pero que muchos años.

Otra vez más se repetiría la historia. Muchos pensaron que “Oh What A Girl” iba a ser una especie de canción de despedida, pero de nuevo Hucknall demostraría que no estaba dispuesto a rendirse fácilmente. Tan sólo un año después saldría al mercado “Stay”, un nuevo álbum.

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El fracaso fue estrepitoso y podría decirse que era un disco que podían haberse ahorrado. Hacia tiempo que el proyecto estaba agotado y no remotaba el vuelo, por lo que seguir insistiendo daba la impresión de que era un trabajo en balde.

De hecho, únicamente se publicaría un sencillo de este disco y, como os podréis imaginar, no obtendría ningún tipo de éxito. Su título: “So Not Over You”.

El silencio volvería a ser la respuesta, y tras tres largos años sin saber nada de ellos, en el año 2010, Hucknall anunciaba que “Simply Red” ya eran historia y lo dejaban. Lo cierto es que lo habían dejado ya hacía muchos años y ellos no lo sabían.

Pero como tantas y tantas veces, el gusanillo de la música, el del reencuentro y el de retomar la actividad terminarían por hacer mella en el cantante, y en el año 2015, coincidiendo con el treinta aniversario de su creación, Hucknall reuniría a gran parte de los músicos que le habían acompañado para iniciar una pequeña gira conmemorativa.

Una cosa llevaría a la otra, y ese mismo año aparecería en el mercado un nuevo disco con material inédito. Como decía el programa de televisión “estaban avisados y volvieron a caer”. El título de este, hasta ahora, último disco de su carrera es “Big Love”.

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El regreso del grupo obtendría bastante éxito a nivel de conciertos pero no tanto a nivel de ventas de discos. Está muy claro que no acaban de conectar, a pesar que que “Big Love” es un trabajo correcto, que suena muy bien y en el que han introducido a sus canciones unos arreglos orquestales que le dan empaque y elegancia.

Lo que falla, como desde hace bastante tiempo, es un tema de esos que enganchan al público y que se escuchan por todas partes hasta la saciedad. Eso no lo han conseguido tampoco con este último disco, aunque canciones como “The Ghost Of Love” son dignas de ser escuchadas en buena compañía.

En definitiva, podría decirse que mientras Simply Red funcionaron como un auténtico grupo, con unos músicos que importaban los mismo que el vocalista, su éxito fue rotundo y grande, pero en el momento en que se convirtió en el grupo de Hucknall en exclusiva, la caída fue rápida y en picado. Así que quedémonos con la música de su primera etapa que es realmente buena.

Y esto es todo por hoy, nos vemos y nos escuchamos muy pronto, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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