Revista Coaching

Sin jardinero no hay jardín

Por Liderarte

FloresHemos escuchado muchas veces que sin siembra no hay cosecha. Nadie lo pone en duda, claro. Pienso que sin embargo esta frase se queda corta… la siembra es sólo el inicio de la cosecha. No basta sembrar una semilla y esperar a que crezca… sin dudas hay que cuidarla y brindarle el entorno adecuado para que la semilla dé su fruto. Esto me lleva a reflexionar que sin jardinero no hay jardín.

De pequeña (y aún hoy en día) en casa de mis padres teníamos un hermoso jardín. Todos me preguntaban quién era el jardinero. Y es que no contratábamos ningún jardinero… o sólo lo hacíamos para momentos excepcionales. Nadie me creía. Estaba claro que esas preciosas flores, arbustos y árboles no crecían de esa manera si nadie cuidaba de ellos. Claro! No teníamos jardinero, pero era mi madre la que hacía las veces de jardinera. Estratégicamente, ella sabía cuánto regar cada planta, dónde plantar, cuándo convenía sol y cuándo sombra. Qué florecía en verano y qué en invierno… y con toda esa información, más un genial entusiasmo por ver arreglado su jardín le hacían cuidar con esmero cada detalle. Dos veces al año el jardín sufría una gran transformación, para prepararse al nuevo clima, a la nueva estación. Y semana tras semana, día tras día, había que quitar malezas, desprender ramas y hojas, regar…

Y es que así debe ser con nuestra vida, con nuestros proyectos, con nuestras relaciones. No basta con plantar la semilla, con tener una genial idea o iniciar bien una relación. Hay que perseverar, cuidar con esmero, como el sembrador… como el jardinero. Regar, cultivar, aprender, limpiar malezas, estar en los detalles. Todo esto debe hacerse regularmente si queremos tener una buena cosecha… si queremos lograr un hermoso jardín. Si queremos alcanzar aquél proyecto o mantener y acrecentar nuestras relaciones.

No lo olvidemos. Sin jardinero no hay jardín.


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