Revista Diario

Sin tiempo ni para respirar

Por Treintañeraconhijo
Menudo día el de hoy. No he parado en todo el día. A mi amiga S. le han inducido el parto a causa del problemilla que ya os conté. Afortunadamente todo ha ido bien y la niña y la madre están perfectamente. Ni siquiera la han tenido que dejar en la incubadora y eso que le faltaban dos días para llegar a la semana 36.
Su hija mayor se ha quedado con nosotros así que cuando mi hijo ha salido de la ludoteca hemos ido a buscarla a la guardería y con su maleta se ha venido a casa. Mi hijo y ella se llevan muy bien y siempre están preguntando el uno por el otro, pero a veces están como el perro y el gato. Hoy le ha dado al niño por imitar todo lo que hacia la niña: si ella se bebía un vaso de agua, él quería un vaso de agua, si ella se comía un bocadillo de jamón, él quería un bocadillo de jamón, cada juguete o libro que cogía ella , él también lo quería así que ha habido algunos momentos de tensión, pero nada que no hayamos podido solucionar.
No se han querido echar la siesta porque al estar los dos juntos pues se distraían mutuamente. Así les ha pasado, hemos bajado a la piscina y cuando hemos subido después de ducharnos todos nos hemos ido al centro comercial a cenar, ha sido una cena rápida, tan rápida que no hemos bajado del coche porque se han quedado los dos fritos y nos hemos vuelto a casa. Les he puesto el pijama y a dormir. La niña se ha despertado mientras la ponía el pijama y le he preguntado que quería cenar y mientras mi marido le hacia la cena se ha vuelto a quedar dormida, así que la hemos acostado. No me extraña que no pudieran ni con su alma, llevaban todo el día sin parar.
Y yo después de recoger lo de la cena y poner dos lavadores por fin me he podido sentar un rato que no había podido hacerlo en todo el día.

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