Revista Psicología

Síndrome del ejecutivo: Cuando las vacaciones son un problema (Parte 1)

Por Centro Psiconet

Con el otoño a la vuelta de la esquina la mayoría hemos dicho adiós hace unas semanas a la playa, a la montaña, al turismo… O lo que es lo mismo, a unos días de descanso y desconexión de nuestra rutina laboral.

En el artículo sobre el síndrome postvacacional hablábamos de la morriña tras las vacaciones, pero ¿qué pasa cuándo la fuente de estrés no es la oficina sino estar en la tumbona sin hacer nada?

¿En qué consiste el síndrome del ejecutivo ?

Estas son las principales características:

Preocupaciones reiteradas por el hecho de no estar en nuestro puesto de trabajo o por tener un acceso limitado a él. Visualizamos consecuencias negativas que ocurrirán si no estamos disponibles para resolver imprevistos, pero algunas personas llegan a preguntarse qué pasará con su puesto si es otro quien lo soluciona: ¿Y si se dan cuenta de que no soy infalible?

¿Vida personal? ¿Qué es eso?

Imaginemos una bolsita de té. Cuanto más tiempo permanece en el agua caliente, más intenso es su sabor.

Si pensamos en el trabajo de forma constante y nos dejamos llevar por las preocupaciones lo que estamos haciendo es absorber también el espacio que conforma nuestra vida personal, por lo que apenas descansamos, nos divertimos o prestamos la atención adecuada a lo que tenemos delante.

No sin mi móvil

Cualquier aparato tecnológico es una fuente ilimitada de información, pero es el teléfono móvil el que se convierte en un apéndice más de nuestro cuerpo. Una vez que salimos del trabajo seguimos vinculados a través del correo electrónico, whatsapps…  Siempre con algún cargador a mano.

¿Qué pasa en vacaciones? Lo mismo, pero con un malestar mayor por no tener accesible un ordenador o la oficina.

Estrés, miedo, irascibilidad…

Con todos esos pensamientos que comentábamos antes, es inevitable sentir ansiedad, miedo por si nuestro puesto de trabajo podrá estar en peligro, notar que saltamos con más facilidad ante cualquier comentario (con los conflictos extra con nuestros seres queridos que esto suele provocar)…

En algunos casos este mix de emociones tan intensas acaba desarrollando estrés, con lo que en vacaciones cambiamos el estrés del ajetreo laboral por el estrés por no estar allí.

– ¿Y en el cuerpo?

Cada persona es un mundo, pero algunas serían: dermatitis, alopecia, problemas gastrointestinales, insomnio, disfunciones sexuales, tensión muscular, dolor de cabeza, apatía…

Si este tema te interesa, próximamente hablaremos de las causas más probables de la aparición de este síndrome y algunos tips para manejarlos.


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