Revista Psicología

Síntomas del déficit de atención e hiperactividad en niños

Por Mundotlp @MundoTLP
Síntomas del déficit de atención e hiperactividad en niños
Características que son señales de alerta:

Los niños pequeños tienen energía de sobra. A partir de los dos años, que es cuando inicia la etapa de la marcha y la exploración y están en constante movimiento. Esto, aunque es normal en la mayoría de los casos, suele preocupar a los padres quienes se preguntan si es posible que su hijo esté presentando un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

¿En qué radica la diferencia entre un niño enérgico y uno hiperactivo? Lo primero que hay que saber es que es un trastorno crónico que afecta a millones de chicos. Sus síntomas suelen presentarse antes de los 12 años y, en algunos, es posible que sean notorios a partir de los 3 años. Por ello, es esencial estar atentos a la aparición de algunas señales de alerta.

Falta de atención

– No es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores por descuido en los trabajos escolares.

– Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos.

– Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente.

– Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o los trabajos escolares.

– Tiene problemas para organizar tareas y actividades. Se le dificulta seguir instrucciones.

– Evita o le disgustan las actividades que requieren un esfuerzo mental de concentración, como la tarea escolar.

– Pierde los elementos necesarios para realizar las tareas o las actividades, por ejemplo, lápices, borradores o juguetes.

Hiperactividad

Por su parte, un niño que manifiesta un patrón de síntomas de hiperactividad e impulsividad a menudo presenta las siguientes características:

– Le cuesta permanecer sentado en el aula, en actividades como hacer tareas o completar juegos de mesa o en otras situaciones que requieren concentración.

– Si está sentado, se muestra inquieto, da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.

– Está en constante movimiento. Va de un lado para otro en situaciones donde se le pide permanecer quieto.

– Tiene problemas para jugar o realizar actividades pausadas o tranquilas.

– Habla demasiado, da respuestas apresuradas o interrumpe a las personas con las que se comunica.

– Tiene dificultades para esperar su turno.

– Interrumpe conversaciones, juegos o actividades de otros, o se entromete en ellas.

Dado lo anterior, si bien es normal que los niños tengan mucha energía, si esto interfiere con su comportamiento y desempeño en el hogar, en la escuela o en entornos sociales, es posible considerar un diagnóstico de TDAH. Si los padres tienen preocupaciones continuas por síntomas de falta de atención y / o hiperactividad por un período de seis meses o más deben consultar con un especialista.

Algunos pasan por alto los síntomas de falta de atención e hiperactividad como un simple problema de comportamiento lo que puede retrasar el diagnóstico y afectar negativamente, ya que muchas veces son considerados “traviesos” o “problemáticos”.

Es esencial que participen en actividades al aire libre durante su tiempo de ocio como correr, jugar con la pelota, andar en bicicleta y divertirse en los juegos del parque, actividades deportivas en equipo como fútbol natación, basquet, etc. Mantenerlos ocupados en actividades al aire libre es importante porque los niños con TDAH son propensos a la adicción que generan los dispositivos electrónicos.

Creencias comunes

El problema es de crianza. FALSO. Algunos creen que tienen su origen en una “mala crianza”. Sin embargo, el comportamiento está relacionado con sus síntomas de hiperactividad y falta de control de los impulsos. De hecho, para trabajar con niños con TDAH los padres necesitan muchas más habilidades y técnicas que solo adquieren con el acompañamiento y orientación de un equipo médico profesional.

El consumo de dulces produce hiperactividad. FALSO. Aunque se sospecha del azúcar como causante de la hiperactividad diagnosticada, no existen pruebas confiables al respecto. Lo que sí genera su consumo es el incremento de energía para sustentar las actividades en las que los niños requieren gran gasto calórico.

Los niños con TDAH tienen mayores riesgos que los que no presentan el síndrome. VERDADERO. Tienden a tener más accidentes y lesiones que los que no lo padecen. Además, tienden a tener una mala autoestima y son más propensos a tener problemas para interactuar con chicos y adultos.

El TDAH solo afecta a los niños. FALSO. Si bien ocurre con mayor frecuencia en varones que en mujeres, ambos sexos lo presentan. Lo que sí es cierto es que las conductas pueden ser diferentes en ambos. Por ejemplo, los niños suelen ser más hiperactivos y las niñas tienden a ser distraídas en silencio.

El TDAH desaparece a medida que crece. FALSO. Aunque, en algunos casos, los síntomas disminuyen a medida que el niño madura, algunas personas nunca superan completamente los síntomas. Por lo tanto, del tratamiento adecuado que se le brinde al niño, dependerá su adaptación y su desarrollo con éxito.


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