Siria, una tragedia consentida

Estando de vuelta tras un paréntesis vacacional; en el que he dado descanso a mi constante indignación ante las vergonzantes injusticias que se dan a diario en nuestro imperfecto mundo, para vivir unos días de espaldas a la triste realidad que nos rodea –algo que recomiendo a todos en beneficio de la propia salud mental-; quisiera dedicar mis primeras reflexiones a una de las mayores atrocidades que se están viviendo en estos momentos, la guerra Siria y el éxodo masivo que se está dando por parte de su población.

Según diversos medios se calcula que la cifra de muertos en el conflicto sirio podría superar el cuarto de millón y el número de desplazados andaría rozando a los 10 millones de personas. Y mientras los que se hacen llamar países desarrollados y la ONU siguen sin mover un dedo para poner fin a la cruel dictadura siria y a la atroz guerra civil que se está cebando principalmente con la población civil, ya que se calcula que dos terceras partes de los fallecidos en el conflicto sería la indefensa población civil.

Otro punto de obligada mención es el de los millones de exiliados que la guerra siria está causando y que por lo visto ha desatado las alarmas en la caduca, encorsetada y deshumanizada Europa al ver como sus fronteras comienzan a verse desbordadas por parte de cientos de miles de personas que huyendo de esa atroz guerra buscan la seguridad y un futuro mejor para ellos y sus hijos en el viejo continente.

Una vez más se pone de manifiesto la criminal hipocresía de los países que hemos denominado como desarrollados los cuales nunca se han preocupado de intentar poner solución a los diversos conflictos armados que se han ido produciendo en nuestro mundo si no les afectaba en nada, como podría ser ver sus fronteras desbordadas, o sin con ello no había algún tipo de beneficio para su economía o de los lobbys amigos del gobierno de turno, y ejemplos tenemos unos cuantos.

Y en cuanto a la Europa de los 28 parece ser que aún no han aprendido a trabajar de manera conjunta a la hora de tomar importantes decisiones, en la que todos sus estados miembros se pueden ver afectados, y la solidaridad con otros países y entre ellos mismos brilla por su ausencia. Aún tenemos muy fresco en la memoria el desesperado llamamiento que Italia viene haciendo desde hace ya algún tiempo a sus socios de la Unión Europea para poner solución al habitual drama que vive con los desembarcos masivos en sus costas de emigrantes procedentes de Libia y para evitar el elevadísimo número de naufragios que se producen en sus aguas territoriales, y para repartir entre los países europeos los demandantes de asilo procedentes de países como Siria o Libia.

Sólo queda esperar que ahora que el drama del elevado número de los exiliados llama a la puerta de la toda poderosa Alemania se empiece a trabajar por poner solución in situ a los conflictos armados que afectan a Siria, así como a Libia.

MSNoferini

Para ilustrar esta denuncia y reflexión podía perfectamente haber optado por poner una impactante imagen de destrucción y muerte, sea la de los muertos por los bombardeos o los que mueren en la desesperada huida del país, pero he preferido ilustrarlo con la fotografía aparecida en la portada del diario ABC, en su editorial del pasado 28 de agosto, que refleja el sufrimiento a la vez que la esperanza de quienes traspasan las odiosas alambradas que les cierran el paso en las diversas fronteras.