Revista Cultura y Ocio

Sistema injusto de acceso acaba con la vida de un opositor.

Por Patriciaelballetdelaspalabras
Nadie que no haya opositado a Educación estos años sabe las secuelas que está produciendo este absurdo sistema de selección en las personas que luchan por conseguir que la Administración ponga en un papel que son docentes, aunque lleven años siendo utilizados de manera precaria como tales.
El último ejemplo lo tenemos en el triste desenlace de nuestro compañero Alejandro López, interino de Geografía e Historia, que ha fallecido sin llegar a saber que este año, por fin, iba a recibir su plaza. La noticia nos ha dejado desolados, por eso queremos compartir la carta de su amigo y compañero de oposiciones.
<<Quería rendir un pequeño y merecido homenaje a nuestro compañero de la especialidad de Geografía e Historia Alejandro López, que murió el pasado día 5 de julio, horas después de defender brillantemente su programación didáctica en el Tribunal nº 49. Como se puede comprobar sacó plaza en esta convocatoria después de varias convocatorias de lucha, al menos las cinco últimas codo a codo conmigo. Salvo una aprobó todas, encerrona incluida, pero siempre se quedó cerca de la plaza. Era un gran profesor, muy competente y una buena persona, siempre amable con todos sus compañeros. Yo le conocía de coincidir en estas últimas convocatorias de oposiciones y este año pensábamos que era nuestra oportunidad, después de luchar los últimos 8 años. Ambos conseguimos plaza en el citado tribunal nº 49. El día 5 de julio había quedado con él para ver las notas que salían en el tablón pero no llegó a la cita, a pesar que le llamé para preguntar por qué tardaba tanto en llegar. Desgraciadamente había fallecido, debido a que no pudo sobreponerse al estrés y al cansancio de las oposiciones. Así es la vida, después de años de lucha, murió el día que se había ganado su plaza. Por increíble que parezca es así. Ambos habíamos llegado a la conclusión que era una de nuestras ultimas oportunidades de sacar plaza. No eramos bilingües y, por lo tanto, las posibilidades de trabajo futuro se oscurecían en el horizonte. Alejandro representaba, como yo, a una generación de personas con inquietudes intelectuales que no manejan suficientemente el inglés porque estudiamos en sistemas educativos que no permitían aprender debidamente el idioma. Tampoco tuvimos la oportunidad que tienes muchos alumnos jóvenes de Erasmus y programas de intercambio, de manera que debíamos sacar pronto las oposiciones por si algún brillante gestor se le ocurre firmar un decreto donde solamente puedan opositar los habilitados en inglés. Alejandro se esforzó más que nunca para ganarse por derecho su plaza pero desgraciadamente no supo que la había ganado. Es muy cruel la vida pero es completamente real. Se lo merecía como nadie, por aptitud y por buena persona. Era un gran profesor al que le debo haberme hecho alguna de las últimas correcciones de mi programación didáctica. Era así de generoso, a pesar de que yo era un opositor que le podía superar en la carrera por ganar la plaza. Realmente llevo pensando todo el fin de semana si a veces merece la pena tanto esfuerzo, tantas horas robadas a la familia y a los amigos para sacar tiempo para estudiar. Yo siempre le recordaré y espero que la Consejería de Educación pueda ceder su plaza al siguiente compañero en la lista. Es un acto de justicia que intentará promover su familia ante las instancias competentes. Es la intrahistoria de las oposiciones. También una compañera del tribunal nº 45, perdió a su padre mientras defendía la programación. Al salir de la encerrona, le comunicaron que su padre había muerto. Dejo escrito para que dimensionemos todo, sobre todo la Administración el esfuerzo que hacemos por conseguir un puesto de trabajo digno y estable. No es gratuito todo esto. Por todo ello, el esfuerzo y la memoria de nuestro amigo Alejandro, merece todo nuestro reconocimiento y nuestra empatía. Puedo atestiguar que era buen profesor y mejor persona. Y para que quede claro que todo esto no lo escribe ningún troll, mi nombre es Victorino López Iglesias, un humilde profesor que quería rendirle un pequeño homenaje a un hombre que ha muerte tras mucho años de lucha el día que se ganó el derecho de disfrutar del sueño de haber conquistado un plaza. Descanse en paz>>.
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