Revista Política

Sobre la disciplina de voto y el caso de Ernest Maragall

Publicado el 31 julio 2012 por Trinitro @trinitro

En un sistema electoral como el español, los candidatos que salen elegidos en cualquier parlamento no lo son por su carácter personal, por lo majetes que son, por sus ideas o por la gracia que tienen al hablar. Lo son porqué el partido que ha conseguido determinados escaños los ha puesto en la lista. No entraré a valorar si es mejor las candidaturas unipersonales, listas abiertas y demás mitos de la democracia molona. Tampoco entraré a valorar si la elección de candidatos con este sistema favorece unos perfiles u otros.

Quiero utilizar esta premisa para analizar el caso de la disciplina de voto que rompió Ernest Maragall recientemente. Ernest Maragall no es diputado por sí mismo, sino lo es porqué se presentó en unas listas del PSC, y por tanto tiene obediencia debida al cargo en base a los acuerdos del grupo parlamentario, los acuerdos del partido y, y es lo que se olvida, las ideas por la que los votantes votaron el PSC en las elecciones parlamentarias.

A priori, cuando un diputado decide romper la disciplina de voto, en general comete una traición que no creo que sea legítima, en general. Si no estás de acuerdo con la línea del grupo parlamentario y los famosos órganos internos del partido tu posición no es mayoritaria, debes acatar al estar ejerciendo una responsabilidad que tiene obediencias debidas, o irte.

A menos que… realmente en tu programa electoral o la idea por la que te han votado ponga lo que tú defiendes. Y aquí entramos en una zona de grises donde no me atrevo a mojarme. Ernest Maragall ha votado a favor del Pacte Fiscal, porqué él cree que el PSC representa, también, una parte de la población que está de acuerdo con el pacte fiscal. Hay varios militantes muy significados del PSC y movimientos sociales de izquierdas (como el movimiento sindical) que también han apoyado el pacte fiscal. Además permitidme que ponga muy en duda la capacidad de los órganos internos del partido de ejercer posicionamiento político en nada que no sea la suma de intereses creados de los capitostes del PSC. Y ni siquiera eso, porqué en el PSC hay un posicionamiento tibio en contra de Eurovegas, pero cualquier alcalde del Baix Llobregat puede permitirse el lujo de contradecirlo alegremente, sin que se plantee ningún debate al respecto en el Consell Nacional. Así que los alegatos al debate interno, por favor, permitidme que me los tome un poco con cierto cinismo.

Por otro lado, el PSC no es solo el PSC de los que mandan ahora, o de los que logran las mayorías en las agrupaciones, aún el PSC le suele votar gente algo distinta, y es el debate entre si un partido es más de los militantes (sobretodo de esos que aguantan/mos horas en reuniones absurdas para poder opinar luego en los congresos) o más de sus votantes (a quien hemos de dar respuesta como partido que pretende gobernar y estar en el centro político, no en la marginalidad). Y en este caso, la indisciplina de voto de Maragall se puede entender como un acto en este sentido.

Yo la pregunta que me hago, Pallach, ¿qué hubiera votado? ¿el PSC actual realmente recoge las sensibilidades que tenía cuando fue fundado y ocupa el espacio político que tenía intención de ocupar? ¿hay espacio para un catalanismo no nacionalista de centroizquierda como el que ha sido el PSC durante 20 o 30 años o ya se ha roto ese espacio?. Yo creo que esto es un aviso de que o el PSC retoma cierta situación de equilibrio entre posiciones catalanistas y no catalanistas, o se fragmentará. Lo que ahora impera, lo que ahora manda, es la versión federación catalana del PSOE, con la que puedo simpatizar en algunas cuestiones, pero que creo que no representa por sí sola el conjunto de sensibilidades de la gente que vota al PSC.

Otra opinión, distinta a la mía y realizada también por un insider del PSC la podéis leer aquí.

 

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