sobre la honestidad brutal de Fito y otras yerbas duranbarbescas

Duran Barba, el gran gurú que le cuida el rancho a Macri

1. Fito les cantó las cuarenta a la mitad del electorado porteño y la verdad que no se entiende el escándalo. ¿Cual es el punto de repudio ante su humilde opinión? ¿es solo porque a Fito le da asco? ¿Por eso es fascista?De repente, los verdaderos representantes del odio y el resentimientos se sintieron afectados. Todos atacan a Fito cuando en realidad no ocupa ningún cargo ni es siquiera referente del kirchnerismo. Firma la nota como vecino de la Ciudad. 2. Mientras tanto, ahora y de repente, Macri recibe con algarabía la victoria del domingo y llama con tono conciliador, habla de amor y felicidad. 3. Seamos piolas de una vez: al ciudadano medio no le interesa las acusaciones al macrismo, tampoco le preocupa la desantención hacia la educación y la sanidad pública, Macri lo sabe tanto como sus asesores de imagen. Quizás sea hora de buscar otro discurso que atraiga parte del electorado porteño que posee el mayor nivel de renta nacional y le importa poco y nada las medidas de inclusión social y la lucha por los DDHH que enarbola como bandera el kirchnerismo.4. Digamoslo de una vez: hace falta un Duran Barba a nuestro Frente. Nuestro discurso muchas veces no concuerda con el mundo posmoderno en el que vivimos, obviamente, en esto tiene que ver la principal batalla que entablamos que es el cambio cultural pero que también sabemos que sólo se puede alcanzar a largo plazo  (estructuralmente) mientras que tenemos que ganar la ciudad a corto plazo. 5. Lo de Duran Barba es simple y claro: prepara a sus candidatos como si fueran productos, no busca informar, referirlos, sino por el contrario genera consignas vacías de sentido pero con gran gancho para el ciudadano inmerso en este mundo heredero de los noventa, individualizante y consumista. 6. ¿Sería una locura o contradicción recurrir a tales recursos marketineros? No, porque simplemente en dicho discurso no existen mentiras sólo mensajes inobjetables y abstractos, lo que no significa que se abandonen las convicciones.7. Sería un medio mas que imprescindible en tanto los medios hegemónicos sigan dominando el discurso y proteja la mediocridad de la oposición. El caso de Fito es el más claro ejemplo de inflar una opinión de una figura reconocida, pero no vinculada a la política, que termina siendo un objeto de ataque concreto al candidato Filmus. Un botón basta de muestra: son innumerables los exabruptos de personas en funciones ligadas al Pro que no han tenido la más mínima repercusión y que, en la mayoría de los casos, sí eran manifestaciones claramente fascistas.