Revista En Femenino

Sobre la pobreza de los Curriculum

Por Maternidadconsciente @MaternConscient
Sobre la pobreza de los Curriculum

Mi curriculum dirá "escribana". Y nada más. No dirá que algunos meses antes me había inscripto para empezar a estudiar Literatura, pensando en tener un trabajo que no sea tan incompatible con escribir, pero que a medida que pasaba el tiempo me hacía más consciente de lo difícil que me iba a resultar dejar cada tarde, durante tantas horas a mi bebé chiquito, que ya se empezaba a hacer notar con sus patadas dentro de mi vientre. Tampoco dirá que Dante se había comprometido a apoyarme y a dedicar sus tardes a andar entre mamaderas y pañales para que yo salga a buscar mi modo de ser feliz. Mi curriculum tampoco dirá que habiendo empezado a correr abril, la idea de no hacer nada empezó a pesarme, ni que un jueves por la noche, mientras él había ido a una reunión de amigos, empecé a buscar en Internet alguna alternativa de estudio que pudiera hacer a distancia. No había posibilidad de Literatura, ni de Psicología... Apareció, en cambio, Escribanía y pensé que quizás, solo quizás, la posibilidad de ejercerla aliviaría mis deseos de escapar de tanto conflicto que me representa el Derecho. Mientras tanto podría estudiar en casa, con mis hijos. Le mandé un mensaje y me contestó algo así como "sos una loca linda" y "mañana lo hablamos, pero sí, dale para adelante". Y a la mañana lo hablamos...y le dí para adelante. Tampoco dirá que esa misma tarde fuimos todos: él, Vicky, Valentino en la panza y yo a la Universidad a inscribirme, ni que él intentaba mantenerla tranquila a Vicky, que saltaba de silla en silla mientras yo llenaba los formularios, pudiendo apenas respirar porque Valen ya ocupaba todos los espacios. No habrá ni una referencia a los dos parciales que tuve que recuperar, porque en esa fecha nacía Valen, ni sobre la felicidad que había en nuestra casa, ni sobre lo poco que en ese momento me importaban los parciales. Tampoco podrá nadie saber, al leer mi curriculum, sobre los días en que me levantaba bien temprano, antes que amanezca, para poder estudiar mientras todos dormían, porque era el único momento de silencio; ni sobre los otros días en los que tuve que estudiar con Disney Junior a todo volúmen y Valen colgado de la teta, interrumpiendo la lectura para preparar chocolatadas, ir al pediatra, cambiar pañales o buscarla a Vicky del jardín. 

Nadie tendrá ni la mínima sospecha, cuando lo lea, de los aguantes que Dante me hizo, de las veces que se quedó en casa para que yo pudiera ir a rendir, las que preparó la comida o aguantó mis caras de cansancio por la noche, de las reuniones que tuvo que postergar, ni de las que tuvo que hacer en casa con Valentino a upa y Vicky saltando en los sillones. 

No habrá ni un punto en el que diga que alguna vez tuve que ir a rendir con Valen colgado en el fular porque no había tenido tiempo de sacarme leche, ni de lo mucho que adoraba distraer mi mirada de los apuntes para verlo dormir a mi lado.Y estoy segura que no habrá ni indicios del día que, faltando solamente dos materias para terminar, Dante me vio con los ojos hinchados de tanto llorar y me preguntó qué me pasaba, solo para descubrir que "no se si quiero hacer esto el resto de mi vida". Y justo cuando esperaba la peor de sus reacciones, encontré en cambio esos ojos buenos que yo ya conocía, un abrazo y un montón de palabras dándome permiso para ser yo misma, más un plus de "vamos todos a besarla a la mamá", y los rulos de Vicky, y los besos babosos de Valen... Por eso el día de hoy, para mí es el símbolo de un montón de cosas buenas, aunque no se si tienen tanto que ver con haber terminado la carrera de Escribanía. Simbolizan ante todo que pude cumplir mi proyecto de hacer algo productivo para mí misma durante este año en que había decidido quedarme en casa a ser mamá, simbolizan la presencia de un compañero que me ama con todas mis confusiones a cuestas, sin sujetarme a un modelo de quién debería ser para él, simbolizan otro paso más en mis tantas búsquedas de encontrarme a mí misma. Y después de todo eso no puedo dejar de pensar en lo pobre que se verá mi curriculum al decir "escribana", porque afuera habrá quedado lo más importante. 


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