Revista Educación

Sobre los recortes en el sistema de educación español

Por Jlmon

RECORTE SIN MIEDO SEÑOR WERT

Las medidas de austeridad anunciadas por el Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Jose Ignacio Wert a los consejeros de Educación en la Conferencia Sectorial han sido respondidas de forma airada por oposición y sindicatos como no podía ser de otra forma. 

El aumento de la ratio de alumnos por aula deteriorará la calidad de la enseñanza. Pero seamos serios, el deterioro se producirá sobre un nivel de calidad muy alejado del que se supone debe mostrar un “país desarrollado”. Llueve sobre mojado y este chaparrón no hará sino confirmar que estamos calados hasta dicha sea la parte. Este paraguas no sirve y nos empeñamos en remendarlo una y otra vez pese a que los aguaceros arrecian.

El problema no se encuentra ni en la ratio, ni en las horas lectivas y menos aún en complementos o bajas cubiertas. El problema es de fondo cuando no de partida. Necesitamos replantearnos una serie de cuestiones básicas que por muy elementales que parezcan, están muy lejos de haber sido respondidas por las sucesivos responsables de la Educación en este país.

 

¿Para qué debemos educar?

¿Cómo debemos educar?

¿Cuándo debemos educar?

¿Qué debemos enseñar?

¿Qué necesitamos potenciar?

¿Quién debe educar?

¿Cómo debe formarse?

¿Qué debe acreditar?

 

Y sólo por citar las más evidentes…

 

El modelo educativo de este país continua anclado en la adquisición de conocimientos vía recepción con un sistema de evaluación – valoración rayano en lo esperpéntico. Pero no podía ser de otra manera atendiendo a las vías de acceso a la profesión docente, formación didáctica ofertada, acreditaciones exigidas, niveles de formación continua y, por supuesto, retribuciones económicas y reconocimiento social. Dicho de otra manera, tenemos no lo que nos merecemos, sino a lo que aspiramos.

 

En esta vida, resulta interesante hacer la “o” con un canuto, resolver derivadas, conocer la composición del cloruro de potasio, leerse a ratos tontos El Lazarillo de Tormes y, si me apuran, saber que el Tratado de Utrecht fue canela en rama. Pero después hablamos de emprendedores, innovadores, investigadores y agentes de trasferencia tecnológica (léase comerciales de fotocopiadoras) como si el Ebro pasará por Valladolid y de paso también el Ródano, Danubio y Éufrates.

 

Señor ministro Wert, hace tiempo que dejamos de esperar al bueno de Godot, pero continuamos a la espera de un poco de sentido común que ponga orden en este museo de antigüedades que es la educación en España. Está bien esto de “un niño, un ordenador”, pero estaría mejor plantearse para qué coño se va a emplear tan magno descubrimiento y, sobre todo, si el que está al cargo de la nave sabedónde hay que darle para que se encienda el aparatito dichoso. Por cierto, la suspensión del Programa Escuela 2.0. es una de las pocas medidas razonables que se han adoptado en los últimos tiempos dada su incoherencia en un sistema educativo como el actual. Dejémonos de frivolidades que no está el patio para juergas.

 

Está bien esto de conocer, pero si no se sabe pensar, es como regalarle a Chita una maquina de escribir y suponer que automáticamente nos va a escribir la segunda parte de Guerra y Paz o Paz en la Guerra si lo prefieren desde un punto de vista más patrio. Señor Wert, no es que los finlandeses, suecos o alemanes sean más listos, guapos o ricos. No, definitivamente no. Simplemente tienen un poco de sentido común y saben que en esta vida lo realmente importante es ser capaz de “pensar”, es decir generar nuevo conocimiento a partir del que se posee o, si lo prefiere, ser capaz de plantearse problemas, generando estrategias que den lugar a su resolución. Si además sabemos hacerlo en equipo, somos creativos, flexibles, estratégicos, colaboradores y soñadores, eso ya es la leche en verso.

 

Disculpe esta personalización injustificada. Usted es el último de una larga lista de gestores públicos que pasan sin pena ni gloria por ese ministerio desde que el Espadón de Loja (léase Ramón María Narváez y Campos, Duque de Valencia) jugaba al trúqueme con su prima María Antonia. Recorte todo lo que quiera, hasta del papel del váter si Europa así nos lo pide. Como mucho se ganará dos o tres reprimendas y algún que otro dislate por el responsable sindical de turno. Pero, de verdad, poco más en un sistema educativo tan caduco e inoperante como este que sufrimos desde tiempos de Viriato.

¿Sabía usted que ni los libros escolares de Lengua Castellana y Literatura utilizan ya la palabra “INDUCIR”?

Pues ya ve, en esas estamos.


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