Revista Opinión

Sobrevivir a Sudán

Por Paupelu
Sobrevivir a SudánEl mundo de la blogesfera se retroalimenta constantemente. A veces escribimos para mostrar algo a los demás y siempre leemos para aprender. Por eso la casualidad me ha llevado a esta historia. Hace una semana aproximadamente leía en el blog de Jacobo Rivero este post sobre Sudán del Sur y un concurso de mates celebrado en Juba, la ciudad que será capital del nuevo estado africano a mediados de año. Ayer mismo mientras veía un partido de NCAA entre Temple y California me sorprendió el nombre de un jugador de los Golden Bears: Bak Bak. Era obligatorio buscar su origen. Efectivamente, es sudanés y más concretamente de Wau, en Sudán del Sur, la misma ciudad que vió nacer a Luol Deng, actual jugador de Chicago Bulls. Busqué información sobre su vida y encontré una historia digna de ser contada.
Sobrevivir a SudánBol Bak Deng nació en Wau un 27 de Diciembre de 1989, en plena Guerra Civil Sudanesa. Las tropas militares aplastaban a los insurrentes del sur, en su mayoría católicos, en su búsqueda por lograr mayor autonomía. Esta denominada Segunda Guerra Civil Sudanesa (que no dejaba de ser una continuación de la primera) se cobró casi dos millones de victimas, entre las que se encontraba una hermana de Bak Bak y tres de sus tíos. Su padre era General del ejército de Sudán del Sur y creyó conveniente que su esposa y sus hijos abandonaran la región por el miedo a sufrir las represiones de los musulmanes del norte. La familia de Bak emigró en primer lugar a Sudáfrica y posteriormente a Kenia. Martin, el padre del pívot de la Universidad de California, asumió la realidad: su familia no sobreviviría.
Pero la realidad era distinta. Bak y su madre sobrevivieron en Kenia. El chaval comenzó a destacar físicamente y a llamar la atención de muchos ojeadores deportivos. Uno de ellos le ofreció la primera posibilidad de salir de África rumbo a Grecia, donde podría dedicarse al baloncesto profesional. Su madre, Elisabeth, no vio con buenos ojos que un chico de 16 años fuera a Europa. Ante un chaval con sus cualidades físicas las oportunidades no tardan en repetirse. Un ojeador le ofreció la posibilidad de jugar en Mount Zion Christian Academy, el instituto ubicado en Durham, Carolina del Norte (hogar de la Universidad de Duke) y de donde surgieron talentos como McGrady o Stoudemire. La opción era tan apetecible que esta vez Elisabeth no dudó un instante y Bak hizo las maletas rumbo a uno de los estados baloncestísticos por excelencia.
Al llegar a Durham el representante en cuestión avisó a Bak que no jugaría en Mount Zion, sino que lo haría en American Heritage en Plantation, Florida. Mount Zion negó el transfer a Bak, ya que había pagado los costes del traslado desde Sudán. El chaval se quejó amargamente al hombre que le había prometido el futuro en Estados Unidos y este no tuvo otra solución que abandonar a Bak a su suerte, llevándose consigo el pasaporte y la documentación del joven jugador. Bak debía volver a Sudán para recuperar su pasaporte. Al llegar al aeropuerto fue detenido y le despojaron de las pocas posesiones que tenía: ropa, dinero y recuerdos en forma de fotografías familiares. Podía volver a Estados Unidos, previo paso por Kenia, donde una vez reunido de nuevo con su madre, siguió jugando al baloncesto. Ya en su corta etapa en Florida había oído hablar del instituto Village Christian, situado en un pequeño municipio de las afueras de Los Ángeles, Sun Valley. Cuando pudo recuperar la documentación necesaria, viajó a California.
Sobrevivir a SudánEn su primer año no pudo jugar al baloncesto, ya que formalmente se trataba de un transfer desde el instituto American Heritage. Al igual que le ocurrió a otros baloncestistas africanos, como Hasheem Thabeet, Bak fue tutelado por una familia estadounidense, con quien viviría y quienes se encargarían de su manutención. Su madre americana, Denise LaBorico, hizo todo lo posible para que mantuviera el contacto con su madre mediante llamadas telefónicas tres veces por semana. Pero probablemente el momento más importante en la vida de Bak tuvo lugar el día en que un hombre de 2'20 se le acercó. El chaval preguntó quién era ese gigante que le habían dicho que quería conocerle: "es tu padre", le dijeron. Michael había oído que su hijo estaba triunfando jugando al baloncesto y quiso conocerle. Ahora hablan una vez al mes por teléfono.
El baloncesto supuso una salida para Bak Bak en su vida. Tras su brillante etapa en el instituto californiano de Village Christian llegaron las ofertas académicas: Gonzaga, Louisville, Pittsburgh y California, la elección definitiva de Bak. La Universidad donde nació el movimiento Hippy ubicada en Berkeley exige requisitos académicos casi del nivel de Ivy League (la conferencia de las Universidades de mayor nivel académico como Yale, Princeton o Harvard). Bak obtuvo una de las notas más altas posibles en el examen de acceso y otros factores, como el hecho de que se trata de una de las Universidades con mayor variedad de alumnos africanos de Estados Unidos, terminaron por empujarlo a esta decisión. Hoy día, 11 años después de convertirse en refugiado de guerra, Bak Bak es un jugador de rotación del equipo que dirige el mítico Mike Montgomery (Stanford, Golden State Warriors). Lo más importante es que, a partir del próximo mes de julio, viajará a su país, a Sudán del Sur, sin miedo a represiones de ningún tipo. Se acabó la guerra. Comienza el baloncesto.
Sobrevivir a Sudán
PD: Hoy se estrena en Canal +, a las 22 horas, el documental realizado por el programa de Informe Robinson sobre Manute Bol, el más importante baloncestista sudanés. Vaya por él.
PD2: La información extraída para este post está sacada de un artículo del San Francisco Gate que podéis leer aquí y de otra publicada en BearInsider.com.
PD3: Me permito el lujo de invitar a quien lea este artículo se aventure a buscar otra historia relacionada con el baloncesto en Sudán del Sur y así completar una trilogía de este nuevo estado africano.

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