Sofisticada y cosmopolita, Estambul enamora

Sonidos, colores, cultura y contrastes son las realidades que hallaréis en un viaje a la ciudad situada entre dos mares (Mar de Mármara y Mar Negro) y entre dos mundos (oriente y occidente). La antigua Constantinopla os aseguro que no os dejará indiferentes. Su tradición, modernidad, exotismo y heterogeneidad os trasladarán a otras épocas caminando sobre modernos barrios, con el sonido de fondo de las llamadas a la oración de los almuecines.

Mezquita Azul

Fue capital de tres imperios, Romano, Bizantino y Otomano. Durante el reinado de Soliman el Magnífico, en el s. XVI, se construyeron los principales edificios y mezquitas y fue en esta época cuando se convirtió en una vasija repleta de culturas e idiomas. Hasta el XIX cuando empezó su declive con el imperio Otomano. Actualmente, a pesar de los momentos convulsos que vemos, Estambul es una ciudad sofisticada y cosmopolita que os enamorará en cuanto la viváis un par de días.

Palacios, mezquitas otomanas, casas de baños, cisternas, iglesias bizantinas, teterias y bazares son algunas de las maravillas que iréis descubriendo durante vuestro deambular por la ciudad. El estrecho del Bósforo separa a la ciudad y divide ambos continentes. En la orilla oeste, el Estambul europeo, se divide de nuevo por el Cuerno de Oro en el viejo Estambul (al sur) donde se encuentran la gran mayoría de lugares famosos en el barrio de Sultanahmet y el Beyoglu (al norte).

Para los que todavía estáis dudando sobre este destino, Capital Europea de la Cultura en 2.010, en este primer post hago mención de los principales lugares, de mi viaje, para visitar por el barrio de Sultanahmet. Estoy seguro de que me han quedado rincones pendientes, y esa es sólo una motivación adicional para regresar a Turquía.

Santa Sofia

Santa Sofía, terminada en el 537 es el monumento más conocido de la ciudad (entrada de 10TYR, 9-17h de ma-do). La mayor iglesia de la cristiandad, en la época Bizantina hasta el s. XV que Mehmet la convirtió en mezquita hasta el s.XX que se convirtió en museo por Mustafa Ataturk (fundador de la actual nación de Turquía). Impresionan sus mosaicos que veréis en las cúpulas y las vistas de la Mezquita Azul. Os aconsejo ir temprano para evitar las aglomeraciones de turistas. En el camino hacia la Mezquita Azul podéis parar en alguno de los puestos ambulantes de té o salep. Si queréis que sea te turco pedidlo específicamente y su color rojizo oscuro indica su calidad.

Mezquita Azul, construida en el s. XVI y situada en frente de Santa Sofía, el sultán Ahmet I quería una construcción que rivalizara con ésta. Tiene seis alminares (algo que en su momento sólo había en La Meca) y el patio más grande de las mezquitas otomanas. El esmero y grandiosidad de la construcción se refleja no solo en el exterior de piedra y mármol, sino también en el interior con sus 21.000 azulejos azules y verdes (que le dan su nombre), los mosaicos, las 260 ventanas que proporcionan la luz natural y una enorme sala de oración. Enormes alfombras y lámparas de araña completan la decoración interior. Son especialmente atrayentes las caligrafías que rodean la cúpula con versículos coránicos y sentencias del profeta. Por supuesto rigen las normas de vestimenta y comportamiento para visitar cualquier mezquita.

Mezquita Azul

Cisterna basílica. Es el lugar ideal para relajarse y pasear tranquilamente y al fresco (10TYR, 9:30-19:30) Construida en el 532 por Justiniano I, para que abasteciera de agua al Palacio Bizantino, en los bajos de una Basílica (Stoa) que actualmente no existe. Está formada por 336 columnas que se reutilizaron de otros edificios. Como curiosidad, hay dos columnas que tienen cabezas de medusas en su base (a ver si podéis encontrarlas!). Por sus dimensiones la Yerebatan almacenaría 80.000m³ de agua. El recorrido es sobre unas plataformas de madera que permiten ver algunas…carpas! El que haya monedas en el agua, no sigue ninguna tradición.

Palacio Topkapi. Construido desde el s. XV de la conquista por Mehmet fue la residencia de los sultanes hasta el XIX (10 TYR, 9-17h, mi-lu). A lo largo de los años los sultanes fueron añadiendo edificios al Palacio hasta convertirlo en el gran complejo actual. Es uno de los palacios más visitados de Europa. Reservaros tiempo suficiente, para ver sus patios, las diversas salas, piezas de arte, mosaicos y jardines. La visita al harén (que significa privado) ha de hacerse de forma guiada (con una nueva entrada), pero es absolutamente recomendable para conocer las dependencias de la familia imperial. Además las vistas desde sus muros de la ciudad, del Bósforo y sus orillas son excepcionales.

Palacio Topkapi

Parque Gülhane. Últimamente este parque ha estado envuelto en las protestas que han agitado la ciudad, ya que se trata de un gran pulmón natural además de un lugar para el esparcimiento y relajación de los estambulitas. Lo cierto es que es un lugar estupendo para pasear y evadirse de la bulliciosa vida urbana. Formó parte del Palacio Topkapi y se considera el parque más antiguo de la ciudad. En la parte norte del parque hay terrazas que ofrecen buenas vistas del Bósforo y la parte asiática de Estambul. Recuperar energías en alguno de los puestos de comida y tumbarse a la sombra es un gran plan para unas horas, antes de continuar con la ruta.

Museo arqueológico de Estambul. Situado al lado del parque Gülhane, está formado por tres edificios diferentes (Arqueológico, Antiguo Oriente, Cerámica) que en su momento formaron parte de Topkapi (9:30-17h, ma-do). Merece absolutamente la pena perderse por sus salas para admirar obras de las épocas griega, romana, bizantina y de todos los rincones del Imperio Otomano. Las salas de los sarcófagos donde descansan los reyes de Sidon y el sarcófago de Alejandro (representación del general griego en lucha contra los persas). En el edificio del Museo de Oriente hay piezas procedentes de Egipto, Anatolia y Mesopotamia. También está el tratado de Kadesh (considerado el tratado más antiguo del mundo firmado entre egipcios e hititas).

En los siguientes post os hablaré sobre los medios de transporte, alojamiento, el viaje a Capadoccia y la segunda parte de Estambul.

Mi recomendación es, levantarse temprano (casi con la primera oración de los almuecines), desayunar (café o té) y salir a recorrer la ciudad y el barrio. Esta zona os sorprenderá en cada callejuela, detenerse en las meyhane para comer, y en las çay bahçesi para degustar un té y un narguile, probar los lokum, y por la noche visitar alguno de los locales de moda, o terrazas con actuaciones.

Ah, un dato más, fue desde esta ciudad de donde salía el primer tren internacional de lujo, el Orient Express que la conectaba con Paris.