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Solo dijo: "¡idos todos a la mierda!", y poco después expiró

Publicado el 10 febrero 2015 por Desequilibros
"Maestro, dínos algo", le requeríamos día tras día, pero él permanecía siempre en silencio.
De pronto, un día se remueve, nos mira y hace gesto de hablar y todos nosotros, embobados, esperando; ya tenemos testamento, pensamos.
Solo dijo: "¡Idos todos a la mierda!", y poco después expiró, dejando a los desconsolados discípulos con un palmo de narices".
Estas fueron las últimas palabras de Ezra Pound, a modo de testamento intelectual. 
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Ezra PoundEzra Pound es considerado uno de los más grandes poetas estadounidenses. Y seguramente lo es, aunque, como todos lo poetas, es más conocido que leído.
Pero no solo fue poeta; también fue ensayista y crítico. Y su figura es esencial para comprender uno de los momentos más brillantes de la literatura de los Estados Unidos de norteamérica: "la generación perdida", esa a la que también pertenecieron autores de lectura obligada como John Dos Passos, William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steinbeck o Scott Fitzgerald.
Muchos de ellos son autores de culto; o sea, esos de los que todo el mundo habla bien pero de los que casi nadie ha abierto una página. La brillantez de esta generación ha sido reconocida por los Premios Nobel, que obtuvieron tres de ellos, en 1949, 1954 y 1962, aunque también hicieron incursiones en el periodismo y el cine, bien como autores de las obras adaptadas, bien como guionistas: Por quién doblan las campanas, Al este del Edén, Las uvas de la ira, El gran Gatsby, El sueño eterno, El largo y cálido verano, El diablo era una mujer, (Amanece que no es poco)… son algunos de los títulos clásicos del cine en los que figuran sus nombres.
En sus labores de crítico y promotor, ayudó en sus respectivas carreras literarias a autores como William Butler Yeats, T.S. Eliot, James Joyce o D. H. Lawrence.
Erza Pound y Allen Gingsberg. Septiembre 1967Pero Ezra Pound era poeta, así que su obra es poco accesible y prácticamente desconocida. Pero su influencia fue definitiva para la siguiente brillante generación de escritores norteamericanos: la generación beat, a la que pertenecen Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William S. Burroughs.
Y, a través de ellos, la influencia de Pound llegó a la siguiente generación de la cultura americana, la de Bob Dylan, Tom Waits, Jim Morrison o Janis Joplin.
En España su huella también es visible en el movimiento de los Novísimos, la antología en la que José María Castellet reunió a los poetas más renovadores de la poesía española de los años 60: Vázquez Montalbán, Pere Gimferrer, Ana María Moix (sí, la hermana de Terenci) o Leopoldo María Panero, por citar solo los, quizá, más conocidos.
Como ven, una figura imprescindible. Pero también polémica.
En cierta ocasión, Yeats le entregó unos poemas para que los enviara a una conocida revista poética americana.
Antes de enviarlos, Pound se permitió el lujo de corregir de su puño y letra algunos de los versos.
Después de aplacado en enfado mayúsculo del poeta irlandés, el propio Yeats reconoció que los cambios habían mejorado el original y dijo de él:
"Ezra tiene una naturaleza áspera y testaruda, y siempre está hiriendo los sentimientos de las personas, pero creo que es un genio".
También era generoso con sus amigos. Hemingway le dedicó unas líneas muy expresivas* y fue Pound quien reunió el dinero que permitió a Joyce terminar el Ulises.
Lo más sonado de su ideología fue su apoyo declarado y entusiasta al fascismo de Mussolini. Y como tal hizo de bocero del Eje en la Segunda Guerra Mundial y el antisemitismo afloró en su obra, aunque al final de sus días opinaba que no era más que un "sanbenito".
Fue detenido en Roma al finalizar la guerra y exhibido públicamente en una jaula como un mono durante varias semanas en un campo de prisioneros en Pisa.
Devuelto a EE.UU. fue juzgado por traición pero fue declarado loco e internado en un sanatorio psiquiátrico: "su celebridad y su legendario desequilibrio lo salvaron: eximido por motivos psiquiátricos (aunque nunca recibió un diagnóstico específico)".
Su peripecia durante aquellos años y el desenlace inusual de su juicio ha dado pábulo a la idea de que, en realidad, era un espía americano infiltrado en las filas fascistas, y que tras sus soflamas antisemitas y fervor nazifascista se ocultaban mensajes cifrados para los aliados.
Tumba de Ezra Pound en VeneciaVolvió a italia en 1958, donde murió en 1972, en Venecia.
Cerca ya de la muerte, vivía en casa de una aristócrata italiana que le tenía acogido.  
Francisco Nieva, dramaturgo y director teatral, Académico de la Lengua, Premio Nacional de la Teatro en dos ocasiones, Premio Nacional de Literatura, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, se encontraba también viviendo en Venecia.
Allí se entera de que Erza Pound, el poeta "más grande de Estados Unidos", se está muriendo.
Nieva se unió a un grupo de discípulos de Pound y todas las tardes iban a visitarlo…
…esperando que nos dijera algo, algunas palabras que nos sirvieran de testamento intelectual. "Maestro, dínos algo", le requeríamos día tras día, pero él permanecía siempre en silencio.
De pronto, un día se remueve, nos mira y hace gesto de hablar y todos nosotros, embobados, esperando; ya tenemos testamento, pensamos.
Solo dijo: "¡Idos todos a la mierda!", y poco después expiró, dejando a los desconsolados discípulos con un palmo de narices".
Así era Ezra Pound: generoso, egocéntrico, hiriente, contradictorio, genial.
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Bibliografía:
Ezra Pound, el traidor era un espía.
Ezra Pound: santo laico, poeta loco. *
• Entrevista de Pier Paolo Passolini a Ezra Pound.
• Justo Navarro; El espía. Anagrama.
• Sebastián Moreno; La academia se divierte. La esfera de los libros.
La muerte de Ezrta Pound. (Entevista con Allen Ginsberg).
Historia de un pedestal.Solo dijo:

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