Revista Opinión

Solo una raza, la raza humana

Publicado el 04 noviembre 2011 por Daniruiz @daruiz03

Antes de comenzar a escribir el artículo, me gustaría dejar claro, que me encantaría no tener la necesidad de escribir sobre esto, si la sociedad fuese más tolerante.
Solo una raza, la raza humana.La humanidad sigue evolucionando, crecen los medios educativos y para culturizarse, aumentando consecuentemente el fomento de la educación, pero parece ser, que la conciencia social y el concepto de igualdad, se ha quedado algo estancado  en la era Neandertal.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos […]” Así lo expresa la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aunque realmente de que sirve tenerlo redactado, cuando las personas no están concienciadas. Por mucho que se diga una y otra vez, que se hagan manifestaciones y concentraciones en contra del racismo y la xenofobia, seguirá existiendo un pensamiento contrario a la evolución moral y social de las personas, un pensamiento intolerante contra el resto de razas, que lo único que provoca es un malestar social continuo. 
¿Quién es el encargado de darles el “derecho” a las personas de hacer distinciones y discriminaciones, por razón de color o raza? ¿Acaso se puede juzgar por pertenecer a otra raza, sin ni si quiera conocer a esas personas? 
Si todos pensáramos como los niños, que juegan, corren y ríen juntos sean de donde sean, todo sería más fácil. Ellos nos dan día tras día lecciones de moral, ya que su inocente cabeza, aún no ha sido violada por las frases racistas de los inconscientes que le rodean. 
Los peores, son aquellos que se auto declaran racistas y se sienten orgullosos de ello, y que luego, comen Kebabs, cenan en “Chinos” y compran en los “Moros” y que si tuvieran la oportunidad, besarían en la boca al “negro” que hizo que su equipo de fútbol, consiguiera otra victoria. Que sería de ti amigo mío sin ellos.
Es que no hay trabajo, vienen de fuera a quitárnoslo”. Es muy fácil echarles a los de fuera la culpa, cuando tienen que venir ellos a hacer el trabajo que no quieres, un trabajo “sucio”; un trabajo que no haces por miedo a que se te caigan los anillos que te compraron papá y mamá, cuando ni si quiera tienes el título de la E.S.O. Qué esperas, ¿qué te llamen para trabajar en una oficina? Maldita ignorancia.
A mi parecer, miles son las injusticias existentes todavía en este mundo “moderno” ¿Por qué viajar a otro lugar para trabajar y poder comer, se considera ilegal?  ¿Qué tiene de malo ser inmigrante? Ellos han venido a trabajar, no a robar. Miles fueron los españoles que se fueron hace décadas a trabajar a Alemania o Australia. Es cierto que hay casos en que se dedican a robar, o se dan esas circunstancias, pero del mismo modo pienso, que igual que roban marroquíes, rusos o rumanos, también roban catalanes, andaluces, manchegos o madrileños, y me atrevería a decir que en muchas ocasiones los de la tierra, son peores todavía.
No es cuestión de caridad, ni intento convencer a nadie, sino que solo les invito a pensarlo y reflexionar detenidamente antes de discriminar, pues esto, solo es cuestión de conciencia.
Quería finalizar este artículo, con una historia que encontré en internet, que ojalá fuese real:
En un avión...
- ¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata.
- ¿Es que no lo ve? - Responde la dama - Me colocaron junto a un negro. No soporto estar lado de uno de estos seres repugnantes. ¡Denme otro asiento!
- Por favor, cálmese. - dice la azafata - Casi todos los asientos están ocupados. Voy a ver si hay un lugar disponible.
La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
- Sra., como yo pensaba, no hay ya ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase.
Antes de que la dama pueda hacer el menor comentario, la azafata sigue:
- Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, vistas las circunstancias, el comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante.
Y dirigiéndose al negro, la azafata le dice:
- Si el Sr. Lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera.
Y todos los pasajeros alrededor, que, sorprendidos, asistían a la escena se levantaron y aplaudieron...
Dani Ruiz 


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