Cuando decimos pollo, para mí se enciende una bombillita, esa que nos saca del apuro en algún momento. Tanto si vamos a comer en casa, como si nos vamos a la playa, el pollo es un gran acompañante. Esta receta se caracteriza por su sabor, ese poquito de dulzor le da un toque exótico y el resultado nos deja una carne muy blandita y dorada.
Revista Cocina
Cuando decimos pollo, para mí se enciende una bombillita, esa que nos saca del apuro en algún momento. Tanto si vamos a comer en casa, como si nos vamos a la playa, el pollo es un gran acompañante. Esta receta se caracteriza por su sabor, ese poquito de dulzor le da un toque exótico y el resultado nos deja una carne muy blandita y dorada.