Revista Coaching

Solsticio de invierno

Por Mbbp

SOLSTICIO DE INVIERNO

Esta noche en el Hemisferio Norte será el Solsticio de Invierno, la noche más larga del año y, a su vez, el día en que comienza el invierno! Solemos celebrar en primavera el día más largo del año, pero ignoramos el solsticio de invierno, quizás porque nos gusta más el sol y su luz! Pero, en la vida y en el Universo, es tan necesaria la luz como la oscuridad! Es más, la una no existiría sin la otra! Así, el solsticio de invierno es el final de un ciclo en que el día se ha ido haciendo, día a día, más corto hasta la noche más larga del año, que es hoy. A partir de ahora, el día se va alargando día a día, la noche mengua, hasta que llega de nuevo la primavera, cuando la luz del día gana a la oscuridad! Y así se repite año a año ese ciclo interminable que es la vida, donde todo empieza y acaba… y todo vuelve a comenzar!

Aún asi, la noche es siempre mágica, según como, más de lo que es el día con su luminosidad! Luz y sombra son igualmente necesarias, pero la noche invita a soñar y a dejarse llevar por su magia y su misterio! La noche es un momento para reencontrarnos con nosotros mismos, para disfrutar del silencio o de la pasión, para compartir complicidades y para hablar de amor! La quietud de la noche esconde grandes secretos, bellos sueños y pasiones encontradas! La luz del día, en cambio, los exhibe públicamente, con descaro y con intensidad. La oscuridad es el escenario perfecto para la intimidad, con uno mismo o con quien amas, aunque ahora mismo no esté junto a ti. Su sonoro silencio y su ausencia, según como, nos invitan a escuchar al corazón y/o a mantenernos en silencio, haciéndonos suspirar…

Sabes que soy un gato y, como tal, prefiero la clandestinidad y complicidad de la noche, que me invita a soñar! Con o sin luna, la noche me invita a pasear, a reflexionar, a suspirar, a meditar, a hablar de la vida, a desear, a callar y a admirar, amando siempre en silencio! Quizás porque me gusta tu Alma expuesta y tu piel deseada, de noche! Me gusta el murmullo y una leve insinuación tuya, escondida. Me gusta la timidez que se esconde tras la oscuridad. Me gusta cerrar mis ojos y saber que estás! Disfruto con el suave vaivén del mar llegando a la arena, donde tú estás! Me gusta oirte respirar profundamente a mi lado, cada noche! Me entusiasma el silencio de un bosque encantado por ti! Me gusta presentir tu mirada, aún sin verla! Me gusta sentirte cerca, aunque ahora no estés acurrucada a mi lado! Me gusta tener que buscarte en el silencio de mi corazón, donde para siempre ya estás! Me gusta imaginarte por siempre amada, serena y feliz… compartiendo cada noche plateada, junto a mí!

Pero, aún así, tenemos miedo a la noche! Aunque la negra noche del Alma es el inicio necesario del nuevo amanecer! Y cuanto más oscura sea esa larga noche, más resplandeciente será el nuevo día, como son las horas inmediatas antes del amanecer! Y el solsticio de invierno es, precisamente, el inicio de la paulatina llegada del sol a nuestra vida! La noche del Alma, como el invierno, es necesaria, porque en su vacuidad y en su silencio, nos deja solos ante todo lo esencial de nuestra vida. En el invierno, los árboles y los prados siguen viviendo en su interior, bajo el espeso y frío manto de nieve que los cubre. Es una vida rica en el interior, en la soledad y te permite prepararte para esa otra etapa más extrovertida de la vida, como lo es la primavera, cuando brota de nuevo la vida en forma de color, aroma y sabor… para compartir!

Es verdad que, a veces, la oscuridad de la noche o la aparente falta de vitalidad del invierno asustan, acostumbrados como estamos al ruido y a la actividad. Pero es la quietud y el silencio exterior de la noche y del invierno, lo que nos invita a profundizar en nuestro interior en busca de la energía y la vitalidad, lo que en el Alma es el amor. Pero para lograrlo, antes hay que vaciar el corazón de dolor y de sufrimiento, para sustituirlo por amor! El invierno nos invita a vaciarnos y quedarnos con lo esencial de nuestra vida… como esos árboles que, despojados de hojas, dibujan su silueta rígida, firme y solitaria en el horizonte. La hierba del prado amarillea, aparentemente sin vida, como el agua del manantial que yace helada en los surcos y grietas entre las piedras. El invierno es un duro y cruel paisaje, que sugiere los momentos más difíciles de la vida. Pero, bajo ese semblante descorazonador también hay belleza y vida, solo que en el interior y fuera de la mirada de nuestros ojos! Para lograr ver color, el invierno nos invita a presenciarlo desde el corazón, donde siempre hay amor!

Pero, a fin de cuentas, todo cambia y todo pasa en este Universo nuestro y esa negra noche de tristeza y soledad necesarias, pronto traerán de nuevo luz al nuevo día, que está por llegar! Como tras el frío invierno que comienza ahora, pronto llegará la primavera que traerá color, luz y armonía a nuestra nueva vida, despertando de nuevo el amor! Aunque quisiera, no puedo evitarte la oscura noche ni el invierno frío, solo puedo unirme a tu silencio y a tu soledad para pedirte que tengas confianza en ti y en la vida, porque has iniciado el camino hacia tu amanecer en la eterna primavera! Sí puedo, mientras, compartir mi Alma contigo, en la que no hay inviernos ni primaveras, ni largas noches ni días… porque -aunque la vida está hecha de luces y sombras- ella hará que todo lo veas desde el corazón, donde siempre hay y habrá sentido pleno y color, junto al verdadero amor!

Bienvenid@ al nuevo amanecer que hoy empieza y recuerda que ya tienes mi Alma contigo para acompañarte en tu camino…

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