- Reconocer el rechazo: Es algo normal, desde que nacemos nos sometemos a rechazo, recuerda que fuiste el NO rechazado de millones de espermatozoides.
- No tenerle miedo: El reconocimiento del rechazo debería implicar no tenerle miedo, aunque a veces no sea así, y tengamos ese miedo inherente que nos paraliza. Sobre todo a volver a ser rechazados y entrar en una espiral descendente de actitud, fuerza y ánimo.
- INSISTIR: Para ello, lo único que hay que hacer es insistir, pero insistir justificando, con razones, con aptitudes, y de la mejor manera para convencer de que podemos hacer algo.
- Convencernos a nosotros mismos: Insistir sin creer en que somos capaces de conseguirlo, no nos servirá de nada.
- Convencer a otros: Es el último paso que se producirá de forma automática si hemos dejado el miedo de lado, si insistimos y si nos hemos convencido a nosotros mismos de que somos capaces.