Revista Economía

¿Son compatibles ahorro y endeudamiento?

Publicado el 16 septiembre 2016 por Tino López @nosoloeconomia
¿Son compatibles ahorro y endeudamiento?

La fuerte crisis económica que hemos atravesado estos años atrás ha llevado a niveles altísimos de endeudamiento, tanto que la tasa de ahorro descendió hasta niveles nunca vistos en algunos años. Cabe preguntarse entonces si es posible ahorrar y endeudarse a la vez. ¿Son en realidad compatibles ahorro y endeudamiento?

Debido al cataclismo económico que sufrieron la mayor parte de las economías occidentales hace algunos años, la actitud de los consumidores e incluso de muchos empresarios ha sido la de huir de la deuda como si de la lepra de tratara.

Lo cierto es que ni a unos ni a otros les falta razón. Después de todo, una de las causas de la crisis económica ha sido el elevado e insostenible endeudamiento particular que, finalmente, generó una sucesión de impagos de las deudas contraídas y la consiguiente quiebra del sistema. Lo que ahora muchos se preguntan es si el ahorro y el endeudamiento son realmente compatibles.

En realidad, la cuestión tiene truco, dado que la respuesta dependerá siempre del nivel de endeudamiento que se asuma. Hemos consultado a los expertos del comparador bancario Busconómico, especialistas en productos tanto de ahorro como de financiación, para que nos resuelvan la duda.

El ahorro es compatible con el endeudamiento pero… ¿es conveniente?

Nada impide que destinemos una parte de nuestros ingresos a ahorrar, mientras que la otra esté destinada a saldar progresivamente una deuda.

Cuestión distinta es si resulta conveniente o no. Ciertamente, todo va a depender del interés que debamos pagar por la deuda contraída, en comparación con la rentabilidad que podamos llegar a obtener con el dinero ahorrado.

¿Cuándo es recomendable ahorrar manteniendo deudas?

Por ejemplo, si procedemos a imponer a plazo fijo nuestros ahorros y logramos una rentabilidad anual del 2%, no tiene demasiado sentido emplear ese dinero para saldar una deuda cuyos intereses anuales están por debajo de ese porcentaje.

Este tipo de fenómenos son relativamente raros, puesto que los productos de ahorro no suelen ofrecer una rentabilidad superior a los préstamos bancarios. Sin embargo, es posible encontrar estas situaciones cuando la deuda contraída o el producto de ahorro en cuestión sean de largo plazo.

Eso es precisamente lo que ha ocurrido con muchas hipotecas de interés variable en España. La reducción de los tipos de interés ha contribuido a abaratar el precio de las hipotecas hasta niveles que no habían visto desde hacía décadas. Esto ha representado una excelente oportunidad para muchos ahorradores, quienes habrán hecho bien en destinar sus ahorros a depósitos y demás imposiciones a plazo.

Es cierto que la bajada de los tipos de interés también ha afectado a estos productos de ahorro. No obstante, los ajustes no han tenido lugar de forma simultánea y, de hecho, durante una buena temporada –y aún hoy-, se pueden ver depósitos a unos intereses por encima de las TAEs pagadas por las antiguas hipotecas a interés variable.

Además, tampoco podemos olvidar que existe la posibilidad de contratar depósitos en el extranjero. Las entidades bancarias de determinados países como Chipre o Grecia ofrecen unos elevados intereses a cambio de depositar los ahorros en una cuenta o un depósito. Si uno está dispuesto a tomarse las molestias de abrir una cuenta bancaria en esos países puede, efectivamente, compatibilizar el ahorro con el endeudamiento de una forma muy lucrativa.

¿Cuándo no es recomendable ahorrar manteniendo deudas?

En caso contrario –si los intereses de la deuda superasen a la rentabilidad que obtenemos con los ahorros-, debemos saldar la deuda lo antes posible, destinando la mayor parte de nuestro excedente de ingresos a este propósito.

¿Qué hay del apalancamiento financiero?

Por supuesto, estamos dejando fuera de la ecuación uno de los principios empresariales más importantes. Nos estamos refiriendo por supuesto a la correlación entre apalancamiento e inversión. Esta estrategia no consiste en otra cosa que endeudarse con el objetivo de destinar el capital que nos han prestado a una operativa que nos genere un mayor retorno que el interés que debamos pagar por la deuda contraída. No obstante, en este caso, estaríamos hablando de inversión, no de ahorro, y por lo tanto, introducimos un factor de riesgo en el que seguramente no están pensando los particulares que se plantean combinar ahorro e inversión.

El apalancamiento financiero es algo a lo que pueden acudir tanto particulares como empresas. Sin embargo, cabe insistir en que se trata de una figura más pensada para la inversión, dado que la rentabilidad que se suele obtener con las principales herramientas de ahorro suele ser más bien baja y raramente supera a la tasa de interés establecida en los préstamos bancarios.

Ahorro y endeudamiento pueden ser compatibles

Compatibilizar ahorro y endeudamiento es perfectamente posible pero no necesariamente recomendable. Sólo cuando la rentabilidad obtenida por nuestros ahorros supere a los  intereses a pagar por nuestra deuda, esta opción será conveniente. En caso contrario, estaremos siendo víctimas de un espejismo, dado que pese a tener la impresión de estar ahorrando, en realidad, estaremos volviéndonos cada vez un poco más pobres, dado que los intereses de la deuda se acumularán y, antes o después, deberemos pagarlos junto con el capital original. En esas circunstancias, cuanto antes saldemos la deuda, antes detendremos la generación de más intereses a pagar en el futuro y menos nos empobreceremos.

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