Son muchos

Alrededor de 300.000 altos cargos chinos a distintos niveles fueron sancionados por corrupción el pasado año, informó el principal órgano de disciplina del Partido Comunista de China.

Se trata de un país bastante cerrado en cuanto a la información que de él obtenemos internacionalmente, pero trescientas mil personas son muchas personas, incluso en China, es una ciudad mayor que Gijón corrupta, podrida por dentro; o como A Coruña, es mucha gente, tal vez demasiada, incluso para un país como China. Decíamos el otro día en este espacio, que el problema de la corrupción en nuestro país era transversal e interesaba todas las formaciones, siendo fruto de la propaganda y la información sesgada, el entender que unos partidos se encontraban más limpios que otros. Nadie es menos asesino por haber liquidado un número inferior de congéneres, la condición se adquiere por el hecho y a partir del primero, todos son culpables. La transversalidad no solo es entre partidos, sino entre países, con la disculpa, en el caso del gigante oriental, de que, siendo físicamente tan parecidos, tal vez se hayan confundido unos con otros.