Revista América Latina

Son sangre nueva para los vampiros de la calle…

Publicado el 16 diciembre 2016 por Jmartoranoster
Gente sube y baja, anda molesta, respira y refunfuña, pero anda…parados en la cola del banco Delsur para depositar o retirar dinero. Reclaman a los vigilantes que el chino que les manda a hacer la cola bajo el sol y les humilla es quien recibe el privilegio de pasar antes con sus maletas de billetes de 100bs.
Para recoger todos los billetes de 100 que aún quedan en la calle sería bueno que habilitaran el horario navideño y más cajeros en los bancos, comenta la gente.
Por otro lado, colombianos remarcan precios en la existencia de vieja mercancía que tienen en exposición, sin ninguna novedad ni visita del SUNDDE en sus cuevas, palacios o castillos del blúmer. Total: en este país sin ley… murmuran.
Suenan silbidos de gente que molesta critica los abusos de los comerciantes. Gente que quiere sacar su pensión del banco con los billetes que haya. Y gente que quiere depositar pacas de billetes que le quedaron frías como en el caso de chinos, árabes y colombianos, quienes no esperaban el zarpazo del presidente Maduro.
En la espera a que se mueva la cola del banco (ya teniendo varias horas de pie o sentados en el suelo o acuclillados) los hombres afuera van a consumir cigarros, las damas toman vasitos de café mientras actualizan sus historias más recientes. El tránsito fluye en las calles. El frutero vende mandarinas y se embolsilla los billetes que sudorosos y sucios viajan de mano en mano.
Las mujeres más ancianas se sientan un rato en las escaleras. Quieren retirar su pensión para ir a comprar alimentos o chucherías para sus nietos, algunas. Otras, quieren ir a la tienda de cosméticos para comprar algún colorete y salir coquetas a caminar por las calles de Mérida.
Los hombres mientras tanto conversan sobre sus quehaceres domésticos pendientes, según su edad y jerga. Expresan cansancio por la espera, aunque también paciencia. Comentan sobre la mecánica automotriz o plomería, la pintura que han de comprar para sus casas pintar y a sus mujeres alegrar.
Una chama pasa cotorreando por la acera, con otra contemporánea suya. Buscan la mirada de algún mozuelo. Ellas salen ahora con sus jean muy pegaditos y a la cadera, dejando ver el hilo turquesa sin etiqueta que llevan. Comen barquilla, chupando de lado y lado, ojeando pícaramente a hombres recostados en los postas, mientras ellos menean sus monedas o llaves dentro de sus bolsillos, tocándose sin mucho disimulo el pene, imaginando quién sabe cuántas travesuras con esas chamas, chamitas, casi niñas. Son sangre nueva para los vampiros de la calle.
A la gente que al fin logra salir del banco, se le pregunta: ¿Y usted por qué tardó tanto? Y responden: es  que hay mucho dinero! Y yo comento a propósito: menos mal que hay crisis y no había con qué resolverla! Y la gente arruga el ceño, pero reconoce que hay dinero, mucho y en exceso en la calle.
De pronto, pasa un tipo con 3 más metiendo 7 cajas de las de huevos para el banco, van llenitas de billetes de 100 Bs. Y un chino arriba se ve sentado, bien acomodado, sobándose la panza y tirando pedos mientras le cuentan su dinero.
Al final de la tarde, entrada la noche y ya en casa, prendo la tele: “Nuevas medidas beneficiarán a usuarios de cuentas bancarias que paguen electrónicamente sus servicios y compras”, dice el decreto presidencial que lee el Ministro de Comunicación.
Antes de dormirme pienso: mañana será otro día, inevitablemente!

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@macupatra

Autor:

MACUPATRA-

Son sangre nueva para los vampiros de la calle… Escritora, poeta, revolucionaria, bolivariana y socialista hasta la médula Son sangre nueva para los vampiros de la calle…

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