Revista Comunicación

Sons of Anarchy, conclusiones al final de la sexta temporada

Publicado el 14 diciembre 2013 por Javier Ruiz Fernández @jaruiz_

Esta semana terminó la sexta, y penúltima, temporada de Sons of Anarchy de Kurt Sutter, una de las series estrella de la FX yanqui, demostrando, una vez más, porque sus comedias, sus dramas y, en general, su televisión se ve en los cinco continentes .

Antes de que sigas, esto contiene spoilers a saco. Vamos, que si no te has visto la serie: 1) no sigas leyendo (porque no te vas a enterar, o bien porque te vas a enterar de cosas que todavía no quieres saber) y 2) es de lo mejor que se ha podido ver en los últimos años, junto a Breaking BadThe Wire y, para mi gusto a un nivel algo inferior, The Walking Dead Boardwalk Empire —obviando la temática entre ellos.

El emblema que todos los miembros del grupo llevan bordado en su espalda.

El emblema que todos los miembros del grupo llevan bordado en su espalda.

A mother’s work (El trabajo de una madre, aunque a mí, aquí, me pegaría más la acepción “labor”), el decimotercero capítulo de la sexta temporada, cierra una parte muy importante de la serie con los valores que, tradicionalmente, se han ido gestando a lo largo de seis años: amor (por la familia, por los hijos, por el club…) y honor, pero también protección, violencia, visceralidad y egoísmo e incluso justicia, aunque más poética que de otro tipo.

A grandes rasgos, la temporada ha seguido una línea de acción clara: los Sons, decididos a abandonar el negocio de las armas penden de un hilo entre las negativas del IRA verdadero, y su relación con las bandas de negros, de latinos y las triadas chinas parece empeorar; entre tanto, un exalguacil (un miembro del cuerpo de  los marshal) entre en escena después de que Otto asesine a una enfermera en prisión —implicando a Tara Knowles de paso— con el fin de invalidar su testimonio. Por último, una de las KG-9 que los Hijos de la Anarquía suministran a la banda de Nero es tomada por el hijo de uno de los cabecillas de los Byz Lats. A su vez, Bobby abandona Charming, a priori, para unirse al grupo de nómadas; no obstante, durante la reunión donde Jax presenta la votación en la que los Sons deben decidir si abandonan el contrabando de armas o no, se revela que estaba buscando nuevas incorporaciones para fortalecer su división.

Todos estos arcos: el marshal Lee Toric, el exilio de Bobby y los problemas con el IRA se resuelven paulatinamente, volviendo a abrir una serie de temas de mayores proporciones que, como tradicionalmente ha sucedido, parecen superarles. Contra todo pronóstico y a costa de mucha sangre, Jax consigue hacer ver a los irlandeses que una relación comercial con las bandas de negros es posible, obviando por el camino la desestabilización que ello supone para las triadas chinas y los chicanos en las cercanías, en concreto, en Stockton. De este modo, a medida que se cierran hilos parece intuirse que se abren otros nuevos; el primero está claro, las nuevas relaciones entre latinos, donde Nero toma partido al alejarse del grupo de Jax; en segundo lugar, la nueva posición que ocupan Gemma y Juice tras el doble asesinato y, por último, la comprometedora situación en la que se encuentra el expresidente de los Sons en la escena del crimen.

De derecha a izquierda: Jax Teller, Bobby Elvis, Chibs, Tig Tragger,

De derecha a izquierda: Jax Teller, Bobby Elvis, Chibs, Tig Tragger y Happy, algunos de los protagonistas de Sons of Anarchy.

Entre los principales puntos a destacar, en especial, del capítulo final, sorprende lo inesperado de la rectitud y el comportamiento directamente bueno y expiatorio de Jax, que choca frontalmente con la concepción combativa, pero inútil, de intentar no convertirse en alguien como Clay Morrow, o peor. Asimismo, algunos comentarios destacan la doble lectura que puede hacerse del título, el cual podría designar a la actitud protectora de Tara, cuyo fondo sí entiende Jax al abandonar ese estado de ceguera que deja paso a una mejor comunicación de la pareja y, de igual modo, la postura de Gemma (que oscila entre la protección y la venganza), quien llega al extremo de asesinar a su nuera. En esta línea es muy esclarecedor el comentario que Wendy hace a Wayne antes de decidirse a ir a rehabilitación, donde le dice que Jax y ella habían sido siempre buenos amantes, pero que la boda fue cosa de Gemma, quien quería ser abuela. Gemma consigue lo que quiere, cuando lo quiere; todo y de todos, como una Lady Macbeth moderna ya entrada en la cincuentena.

Sons of Anarchy, conclusiones al final de la sexta temporada

Jax Teller (Charlie Hunnam) y Tara Knowles (Maggie Siff).

Finalmente, se distinguen un par de temas extra, más allá de la familia, del honor y del compañerismo. Primero, si continúa una línea similar donde la única justicia que existe, y a pequeña escala, es la poética; la traición de Juice no puede quedar impune de nuevo:  fue él quien traicionó a Jax, quien traicionó a Clay y quien ha vuelto a traicionar a Jax y al club. Sin embargo, si nos remontamos más atrás, también es culpable de las traiciones junto al FBI y la agente Stahl, los problemas con los novatos (prospectsy el cártel de Romero y, sí, tiene un don para salir de una pieza. Segundo, no es difícil augurar que los acontecimientos actuales pondrán patas arriba al club y, probablemente, darán bastante relevancia a los mayas, a las triadas y, no me extrañaría, que también a Nero. Y tercero y último, ¿soy el único que nota ese sentimiento de espiral donde el orden ya ha cogido un camino de no-retorno muy similar al de Walter White en la segunda parte de la última temporada de Breaking Bad? Quizá se trate de aquello que Kurt Sutter, de una u otra manera no se corta en repetir, y es que Sons of Anarchy no va a terminar bien, en muchos sentidos. Ahora, a esperar.


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