Revista América Latina

S.O.S opositor.

Publicado el 23 febrero 2014 por Jmartoranoster

Carola Chávez.


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Con las protestas de los últimos días volvemos a enfrentarnos a la ilógica lógica opositora. Vale decir que también que en estos días pude comprobar que esa ilógica oposición cuenta cada vez con menos adeptos. Porque al fin y al cabo el pensamiento se rebela a que la locura de unos pocos ponga en riesgo la estabilidad de muchos.
Sostener que quienes han dejado destrozos por donde pasa su marcha son manifestantes pacíficos, y que hacer eso es su derecho sagrado; asegurar que el llamado de Leopoldo López a protestar en la calle “hasta que este gobierno caiga” no es una incitación desestabilizadora cuyo fin es derrocar al gobierno; decir “cero impunidad” y en seguida exigir la liberación de “los estudiantes”, como si un carnet estudiantil fuera un salvoconducto para delinquir; y para colmo, acusar al gobierno de haber generado esos hechos por quién sabe qué fin es como poco, una grotesca demostración de cinismo.
Pocos, muy poquitos ciudadanos están a aplaudiendo estos hechos. A pesar de su descontento, de su desacuerdo con el gobierno, la mayoría de los opositores que conozco los condenan y están hartos de la malcriadez de los jóvenes guarimberos que, no conformes con los destrozos, insisten en bloquear las calles y avenidas de urbanizaciones donde la mayoría de los vecinos son opositores al gobierno, es decir, sus aliados naturales si sus protestas no fueran tan desnaturalizadas.
Los dirigentes de oposición tampoco quedan muy bien parados porque no no se deslindan de la violencia con la contundencia que muchos de los que los ha apoyado esperan. Estos “líderes” mediáticos, acostumbrados a imponer agendas a través de la tele o de grandes y alarmantes titulares de prensa, no terminan de entender que la política que hace de abajo hacia arriba, desde la gente, y ciegos de ambición no escuchan que lo la gente quiere es vivir en paz; que ya la locura de “lo que sea con tal de salir del gobierno” no cala. Pero, claro, la mayoría de la dirigencia opositora no puede tener otra agenda que no sea la que impone quien los financia.
Están pisoteando un suelo fértil dónde podrían cultivar un liderazgo serio, una opción seria para tantos que la están reclamando. Ojalá, por el bien de Venezuela, alguno de ellos lo entienda y actúe.


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