'spain-air'

España -¿o es el mundo entero, ya?- sigue siendo diferente! En un momento de cambio y de posibilidad de mejora de un sistema anclado en valores retrógrados, tóxicos y caducos de autosuficiencia, autocomplacencia y de prepotencia, puestos en duda y cuestionados ante otros nuevos y necesarios paradigmas, como el respeto, el valor añadido y la responsabilidad ante lo humano y lo medioambiental, se siguen haciendo las cosas al viejo estilo! No es de extrañar, pues los estados, los políticos y las grandes empresas e instituciones, siguen apostando por dilatar el proceso de cambio que, gracias a la crisis, tenemos todos la oportunidad -¿o ya la necesidad?- de realizar, entre otras cosas,  para mejorar nuestro mundo!

Mientras en Davos los presuntos expertos mundiales intentan desesperadamente dilatar o evitar el proceso de ruptura del antiguo Sistema -lo que producirá, sin duda, más sufrimiento inútil en nosotros, los ciudadanos-, en España se cierra en unas horas una compañía aérea sin previo aviso y dejando a los sufridores usuarios y empleados en tierra, con todos los inconvenientes que conlleva. Durante muchos años he trabajado como consultor de empresa, especializado en gestión de crisis. He vivido y gestionado numerosas situaciones parecidas (cierres, ere’s, catástrofes, etc.), en las que, una de mis tareas principales, era, precisamente, preveer en lo posible el impacto que pudiera tene una drástica decisión y mirar de paliarla para que no hubieran afectados.

Ni que decir tiene que, haya o no razones para justificar una medida inmediata, siempre difícil y dramática como es el cierre de cualquier empresa, aparte de las razones políticas y meramente económicas que pueda haber detrás, las cosas hoy en día hay que hacerlas de otra manera! Con responsabilidad, ética y buenas maneras! Hoy, la responsabilidad ante los empleados, usuarios y ante otros agentes implicados, es un deber! ¿Dónde está la tan cacareada Responsabilidad Social Corporativa o RSC que tanto preconizan las empresas e instituciones? En éste, como en otros innumerables casos menos visibles, no existe! Uno, con los años, va viendo que las cosas no están cambiando como deberían… la casa real, Camps, Botín, Spanair, el Liceo, etc. son ejemplos de la falta de transparencia de siempre y de la sospechosa complicidad de la Justicia, los políticos, las instituciones y de los poderes fácticos en un país “de charanga y pandereta“, como ya decía Machado!

Si hubiera colaborado en el proceso de cierre de Spanair, sin duda, las cosas las hubiera planteado de otra manera. Mejor, qué duda cabe! En primer lugar, siendo como era la crónica de una muerte anunciada y un lujo económico imposible de mantener en los tiempos que corren, habría tomado las medidas oportunas para suavizar el efecto y, en lo posible, evitar los damnificados. Un Plan de Contingencia preparado con antelación “por si acaso…” siempre es una poderosa herramienta! Pero no trabajé en ello, hoy en día todo se arregla en los despachos, bajo la mesa de juntas y con la nocturnidad y alevosía pertinentes, con el beneplácito de los políticos, claro está. Y ahora que pienso, acepto el error que en su día tuve de ofrecerme para trabajar en Spanair, cuando lograron convencerme de su honestidad, buenas intenciones y de ser un reto empresrial digno de participar en él, aportando mi experiencia. Sí, en su día mandé mi CV cuando buscaban profesionales para llevar adelante una romántica idea, que ahora veo ultrajada y carente de viabilidad!

Actualmente solo me involucro en proyectos -viables o no, el tiempo lo dirá- en los que creo y tienen una componente humana, coherente y responsable! Puedo equivocarme, es verdad, uno aún aprende de sus errores! En mi ida actual, intento que todo tenga su sentido y esté alineado con mi fuero interno y mi propósito personal, lo que no siempre es fácil ni cómodo! Esto me procura la satisfacción y felicidad en mi vida, después de muchos años de sombras, viviendo y trabajando sin verdadero sentido! Desde mi amor hasta mi trabajo, cualquier decisión cotidiana en mi vida buscan la integración y el alineamento con mis valores personales y más profundos. No sé si eso me hará rico y reconocido… o simplemente feliz y me permitirá compartir mi felicidad con quien quiero!

Sea o no una exigencia personal o un derecho colectivo ya en nuestros días, la responsabilidad y la libertad para obtenerla es algo inherente en mi vida y en mi persona! Y, por lo que veo, ese bien escaso que significa, sigue sin exigirse y sin ofrecerse en un mundo que pide a gritos ese cambio de paradigmas y la vuelta a los valores eternos e incuestionables de cualquier ser humano y de la sociedad que lo acoje! ¿Aprenderemos algún día a hacer las cosas bien hechas? ¿Dejaremos que las cosas mejoren gracias a la crisis o intentaremos desesperadamente prolongar esa agonía de un mundo aún demasiado inhumano, insolidario e irrespetuoso con uno mismo, con los demás y con el planeta que habitamos, basado en el enriquecimiento a toda costa y en la sobreexplotación de los recursos naturales?

No hace demasiados meses precisamente se llevaba a cabo el juicio del fatal accidente de un avión de Spanair, en el que hubo muchas víctimas inocentes! Como no podía ser de otra manera, los presuntos responsables e inculpados fueron -como suele pasar siempre en estos casos- los técnicos y los “exculpados“, quienes mandan y toman las decisiones, no siempre responsablemente! Con perdón, quién hubiera dicho entonces que ese fatal accidente y ese tardío juicio eran una significativa y desafortunada metáfora y una premonición del actual hundimiento de la Compañía, años después! La vida avisa siempre, envía señales y, ya se sabe, “quien avisa no es traidor“! Si no podemos o no queremos ver las señales, o no actuamos ante ellas, no tenemos derecho a afirmar que nuestro mundo y la vida son más injustos que cada uno de nosotros con nosotros mismos… y con todo lo que nos rodea!

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