Revista Cocina

Still life minimalista: su proceso creativo

Por Soniaif

Esta no es una entrada como cualquier otra. En esta entrada no os enseño nada interesante, pero os ayudará en los malos momentos. Es la historia de la creación de un still life minimalista y su proceso creativo.

still life

Antes de comenzar a leer la entrada de hoy sobre el fallido proceso creativo de una pobre fotógrafa, os recomiendo que conozcáis la fotografía final, y el paso a paso de la creación de la corona de hojas de olivo de la imagen ¡Es bonita, de verdad!

¿Ya está? ¿Ya la habéis visto y leído? ¡Comencemos entonces!

Tengo la suerte de trabajar en algo precioso. Soy tan afortunada que me paso el día enseñando a los demás lo que me apasiona. Encima, puedo emplear mi tiempo creando cosas bonitas y poco prácticas. Nadie me mira mal, ni cree que lo estoy malgastando (el tiempo) ¡Me encanta mi trabajo!

Hace unos días, y en plena campaña navideña (ya os contaba el otro día que los autónomos pensamos en la Navidad en pleno verano), se me ocurrió hacer una bonita corona-guirnalda con ramas de olivo. Su destino: una sesión de fotos de still life minimalista. Que se lleva mucho ahora.

En mi cabeza estaba claro: minimalista = facilito, facilito.

¡Ja!

Still life minimalista

Comencé decidiéndome por una composición con mayoría de blancos (suelo, silla y fondo). Pero eso sí, con un toque de color gracias al verde de la corona, y algún que otro complemento para probar fórmulas diferentes. Facilito, facilito.

Este es el esquema de luz que utilicé en todas las composiciones:

still life de estilo minimalista

La colcha de organza, matizaba la luz directa del sol, aunque al ser muy fina, dejaba pasar los rayitos que le darían vida a la foto. Y todo sin tener que luchar demasiado con el contraste lumínico. Luz intensa, blanco, paz, tranquilidad… ¡Y unas narices!

Os aseguro que hice más de 80 disparos entre pruebas de luz y pruebas de composiciones. Más de 40 vueltas le di a la dichosa silla, y más de 40 cambios de dichosa corona aquí o allá.

Mi problema: encontrar la composición que atraiga, la textura que dé vida, el factor que distinga a la imagen con tanto  minimalismo. Llegó un momento en el que lo mandé a la porra (al minimalismo) y decidí emplearme a fondo con complementos y fondos de otros colores.

Y entonces, después de unas horas de rabia contenida, surgió mi temperamento artístico (es decir, la mala, mala uva). Mandé todo a freír puñetas, tiré de la colcha de organza con muy malas pulgas y la lancé sobre la silla. Después de soltar unos cuantos exabruptos me marché del estudio, pensando que más me valdría dedicar mi vida al encaje de bolillos.

Aunque a veces, la solución está delante de tus narices…

Pero antes de cerrar la puerta, sin saber la razón, miré hacia atrás y la magia surgió. Me encontré con la composición que había estado buscando desde el principio. Allí, esperándome. Paciente, tranquila, relajada, aunque hubiera sido el resultado de mi mal carácter cuando no me sale una foto como yo quiero.

still life minimalista

Lo sé, no siempre es sencillo el proceso creativo. A veces tenemos la sensación de estar completamente bloqueados y faltos de ideas e inspiración. Pero la magia, si somos pacientes, trabajadores y persistentes, siempre llega. Aunque sea en forma de colcha de organza tirada de cualquier manera sobre la silla, una corona puesta sin ninguna gracia y un reflector tirado por el suelo…

Tened paciencia. Trabajad sin desfallecer. No penséis que todo lo que hacéis no sirve para nada. El arte (y la fotografía lo es) tiene estas cosas: te hace sufrir a veces, pero siempre da sentido a tu vida.

still life minimalista

De un creativo a otro: tú vales mucho.

Sonia


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