Revista Política

Subir el IVA contra la voluntad popular genera rebeldía

Publicado el 16 marzo 2010 por Franky
La decisión de subir el IVA carece de legitimidad moral si no viene precedida por un drástico plan de austeridad pública que incluya rebajas en los sueldos y privilegios de la casta política. No es admisible que el peso de la crisis la soporte el ciudadano y no el gobierno, que no ha cumplido con su deber de previnir y combatir el desastre y que, cargado de arrogancia y negándose a ahorrar y a dar ejemplo, sólo sabe subir los impuestos. Zapatero, al imponer esa medida contraria a la voluntad popular, va a destapar la caja de los truenos y a provocar en España un rechazo generalizado a la "casta" política, sobre todo, al gobierno, al que muchos ciudadanos empezarán a ver como enemigo, no como aliado. El odio ciudadano a la "casta" política y al gobierno es el síntoma más alarmante en democracia y la prueba de que se avanza hacia el "Estado fallido". --- El gobierno que preside Zapatero, empeñado en subir el IVA, a pesar de que los ciudadanos no quieren y de que las grandes instituciones internacionales y expertos lo desaconsejan, está provocando a la ciudadanía y alimentando el odio ciudadano al poder político. Para colmo de males, esa subida la impone el gobierno sin haber dado antes un claro ejemplo de austeridad, como exige la ciudadanía, un gesto del poder que incluya una reducción del número de altos cargos públicos y una reducción drástica de los sueldos y privilegios de los políticos.

La decisión del gobierno Zapatero de incrementar el IVA, adoptada desde la arrogancia, de manera autoritaria y en contra de la opinión mayoritaria de los españoles, es una medida suicida y contra la cordura que tendrá efectos muy graves sobre la democracia española, entre los que destacan los siguientes: una parte de los ciudadanos, incluyendo a decenas de miles de empresarios, se sentirán hostigados por el gobierno, al que considerarán "enemigo", se incrementará el rechazo de los ciudadanos a la "casta" política; acenturá el divorcio entre los ciudadanos y sus dirigentes; disparará todo tipo de boicots y medidas ciudadanas contra el poder, inlcuyendo el fraude fiscal, la insumisión, el incremento de la economía sumergida y la reducción drástica del consumo ciudadano.

Los políticos aparecen ya en las encuestas señalados por los ciudadanos como el tercer gran problema de España, después del paro y de la situación económica. Sin maquillaje, quizás serían el primer problema de la nación. Esa opinión demuestra el rechazo y la rabia de los ciudadanos frente a la "casta" arrogante que ocupa el poder político, especialmente contra el gobierno, que está conduciendo al país hacia la pobreza, el desempleo, la desilusión, la desconfianza y el fracaso.

Zapatero no es consciente del riesgo que asume al imponer la subida de impuestos contra la voluntad popular. Para él, gobernar contra la opinión de la mayoría es normal y lo ha hecho en varias ocasiones importanes: al impulsar el nuevo Estatuto de Cataluña, al negociar políticamente con ETA, al ampliar la ley del aborto y al sobir los impuestos, entre otras. Su actitud beligerante contra el ciudadano degrada la democracia y la convivencia y generará reacciones fuertes como el boicot al poder político, la reducción voluntaria del consumo, el fraude fiscal, la migración de muchos empresarios hacia la economía sumergida y el odio a la "casta" política, todos ellos de gravísimas consecuencias y antesala del "Estado Fallido" y del colapso de la paz social.

El Partido Popular, consciente del efecto demoledor que esa medida tendrá sobre la economía y la opinión pública, está apoyando la rebeldía ciudadana frente a la actitud despótica e impopular del gobierno, lo que espolea opciones y sentimientos ciudadanos tan graves como la insumisión, el boicot y el odio al gobierno, al que comienza a verse como enemigo del pueblo.

Pero la que es verdaderamente peligrosa y suicida es la actitud de Zapatero, empeñado en imponer su voluntad, sin contemplaciones, a los ciudadanos, a los expertos y a las grandes instituciones internacionales que desaconsejan la subida del IVA, subvirtiendo así las bases de la democracia y el peso del ciudadano en el sistema.

Al imponer una subida dolorosa de impuestos sin haber tenido antes el gesto solidario y ejemplar de un plan drástico de austeridad que afecte a la clase política y a los cargos públicos, decisión que los ciudadanos están esperando inútilmente desde hace más de un año, Zapatero está provocando a la ciudadanía y destapando la caja de los truenos.

Sin la menor duda, la subida de IVA tendrá efectos contrarios a los deseados y el gobierno, en lugar de recaudar más, sentirá en sus riñones los efectos del boicot activo ciudadano, que dejará de consumir para lograr que el gobierno sea derrotado y muerda el polvo. Cansados de ser ninguneados, esquilmados, acribillados a impuestos, cazados en las carreteras por agentes cuya obsesión por recuadar con sanciones es vergonzosa, ignarados por el poder en los procesos de toma de decisiones y escandalizados ante los obscenos privilegios de los políticos, los ciudadanos quieren ahora demostrar al gobierno quien tiene realmente el poder en democracia.

Las consecuencias del enfrentamiento gobierno-ciudadanos, si nadie las remedia, serán terribles y nos conducen hacia el Estado Fallido.



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