Sueño dorado (USA, 1939)

Título original: Golden Boy

Director: Robert Mamoulian

Guion:Lewis Meltzer, Daniel Taradash, Sarah Y. Mason

Música: Víctor Young

Fotografía: Karl Freund, Nicholas Musuraca

Género: Melodrama, Deportivo (Boxeo)

Reparto: WILLIAM HOLDEN, BARBARA STANWYCK, ADOLPHE MENJOU, LEE J.COBB, JOSEPH CALLEIA, SAM LEVENE, EDWARD BROPHY, BEATRICE BLINN, WILLIAM H.STRAUSS, DON BEDDOE, CHARLES HALTON, C. ROSEMOND, CHARLES LANE, HARRY TYLER, STANLEY ANDREWS, robert sterling

Argumento

Un joven con vocación de violinista entra en el mundo del boxeo para conseguir algo de dinero, y sin darse cuenta, empieza a alejarse de su verdadero sueño. 

El padre intenta recordarle que su pasión es la música, pero al hijo no le resulta fácil reemprender ese camino. 

Vista dos veces en mi vida, la primera de ellas, por televisión, junto a mis aitas y hermano, jovencito, pensé esto de ella (escribí el comentario algún año después):
"Estupenda película sobre el mundo del boxeo, magníficamente dirigida e interpretada.
Su ritmo es tan ágil, que el metraje se pasa en un suspiro.
Los diálogos son rápidos e incisivos, muchas veces a cargo de la siempre brillante y aquí preciosa, Barbara Stanwyck.
Una buena historia soberbiamente sustentada por un dúctil guión, hacen que no se olvide fácilmente este film, pese a los años transcurridos.

Como curiosidad, en la ceremonia de los Oscars de 1977, Stanwyck y Holden subieron al escenario juntos a dar un premio. En ese momento, Holden, por sorpresa, dijo a todo el mundo que le debía su carrera a Stanwyck, por su magnífico comportamiento para con él, entonces un principiante, en este film. Ella, que no se lo esperaba, le abrazó y dio un sentido bes".

Sin embargo, viéndola ahora de nuevo, por aquello de la nostalgia, en junio de 2023, observo, con algo de pena, no demasiada tampoco, que el paso del tiempo le ha hecho mella y elementos como el ritmo se me aparecen algo lentos, como también personajes esquemáticos, rayanos en la caricatura, como el del siempre magnífico Joseph Calleia.
No obstante, también me maravillo con la exquisita fotografía del gran Karl Freund, así como de las exquisitas composiciones de Barbara Stanwyck, siempre estupenda y de Lee J. Cobb, aquí encarnando a un hombre mucho mayor que él en aquellos años.
Sigue estando bien, pero no tanto como la tenía en mi memoria.
Supuso el debut como protagonista (ya había aparecido sin acreditar en un par de films), de Wlliam Holden, uno de mis favoritos.