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Conocimos este curioso estilo pictórico de dibujar en el agua, por un vídeo actual de un turco que dejamos para el final, aunque parece que su origen es más antiguo y de un poco más al este.
Como suele ocurrir con la mayoría de artes clásicas, es complicado averiguar su origen exacto, pues según la nacionalidad de la fuente que consultemos casi siempre el sentido patrio puede más que la objetividad y así nos encontramos con distintas atribuciones sobre su origen. Pero en esto del marmolado (o veteado) en papel, parece que hay más o menos consenso sobre que comenzó en Japón, así que hasta prueba en contrario usaremos su nombre nipón: Suminagashi. Etimológicamente, tinta flotando.
Go Turkey
Entre los siglos IX y XII, los primeros dibujantes sobre agua usaban sólo tintas azules y negras, con las que formaban círculos que luego distorsionaban soplando (o con abanicos), generando patrones con forma de remolino.
Este arte llegó a ser muy popular entre los miembros de la realeza cuando los dibujos empezaron a servir para decorar el papel. Para ello se usaban láminas absorbentes que en contacto con la superficie del agua tintada, permitían la transferencia del dibujo. De esta manera se conseguían diseños con formas similares al humo.
En el siglo XV se desarrolló otro estilo de marmolado en Turquía y Persia, el que se conoce como Ebru, el arte de las nubes. En estos países se utilizaban pinturas al aceite y gouaches en unión con unos espesantes naturales -generalmente algas- para el agua, lo que mejoraba la flotación de los pigmentos. Se agrandaron los recipientes y comenzaron a utilizarse herramientas básicas para manejar la pintura. Todo ello permitía un mayor control por parte del artesano y por tanto, unos diseños más sofisticados.
La diferencia principal entre el Suminagashi y el Ebru, es que en el segundo la pintura no es absorbida por el papel, sino que se adhiere al mismo gracias al tipo de materiales utilizados.
Algunos links y un vídeo más a continuación.