Cuando una relación de rompe, un sentimiento de desamparo e incapacidad nos invade y se apoderan de nosotros. Más adelante llegara la rabia, la frustración, la tristeza… son emociones que se irán y volverán, y debemos dejarnos sentir sin anclarnos en ellas, nos acompañaran durante el duelo y nos harán más sabias.
Aceptando el dolor de la ruptura, aceptaremos, también, el amor y podremos valorar nuestro pasado para abrirnos con ganas al futuro.
Si sabemos gestionar bien esas emociones que nos producen el desamor o el abandono, ciodaremos nuestra autoestima y nos liberaremos del reproche y de la culpa.
¿Cómo superarlo?... Pues, con las “cosas que nunca te dije”, es importante para llevar bien la ruptura expresar todo aquello que no hemos dicho, tanto respecto de nuestros sentimientos, como de lo que nos hemos callado durante la relación… la expresión de las cosas que quedan por decir puede ayudarnos a cerrar una puerta y a abrir otra. Si nos cuesta expresarnos cara a cara una buena opción es una carta imaginando que la otra persona la leerá.
“Lo que no te agradecí”… a la persona con la que hemos compartido esos años de nuestra vida, todo lo que nos ha aportado durante todo este tiempo, y nos pondremos en disposición de valorar lo recibido, y desde allí intentar superar la ruptura, si reconocemos lo que nos ha enseñado la relación, podremos abrirnos al porvenir
“Lo que está por venir”… lo previsible es que tengamos varias parejas estables a lo largo de nuestra vida, eso si, con un coste emocional importante. La flexibilidad nos ofrece la posibilidad de tener varias relaciones a lo largo de una vida y poder experimentar con cada persona, distintas formas de relación y de crecimiento, para ello debemos reconocer y dar un lugar a las relaciones que hemos mantenido.
“Lo que tengo que valorar”… sabernos valorar independientemente de la mirada del otro, la capacidad de querernos a nosotros mismos nos pone a prueba al enfrentarnos al fracaso o cuando nuestra pareja no quiere continuar viviendo con nosotros, aquí llegan nuestros fantasmas, …”ya no sirvo, no encontrare a nadie que me quiera…”. Saber que tenemos valor para otras personas y para nosotros mismos por el solo hecho de existir.
“Lo que tengo que interiorizar”… aceptar que es cosa de dos es compartir la responsabilidad y aligerarse de la carga de los momentos difíciles. Analizar la parte que lleva cada uno en el proceso de la ruptura es importante, y no para juzgarnos o culparnos sino para ver de qué manera podemos hace la ruptura más llevadera. Culpar al otro nos traerá más conflicto y dolor.Y así, emprenderemos un nuevo camino, debemos aprender a soltar, para dejar espacio a lo nuevo, confiar en los cambios, disfrutar de las nuevas circunstancias… aceptar nuestra autonomía, cuidar a nuestros amigos, poner la distancia necesaria, abrazar a la duda, cuidar nuestra salud, buscar nuevos retos, saber partir y volver a echar raíces…
Caty Soler
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