T2 Trainspotting, elige facebook

Después de dirigir algunas TV Movie y capítulos de series para televisión, Danny Boyle hizo su debut en la gran pantalla con el film Tumba abierta con Edward McGregor en el trío protagonista.
Pero fue con Trainspotting, su siguiente trabajo, cuando el realizador inglés dejó boquiabierta a toda una generación de adolescentes (y adultos también). Trainspotting fue la adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por Irvine Welsh en 1993.
Trainspotting no mostró intenciones ante una posible secuela a corto plazo, ni siquiera cuando el propio Irvine Welsh escribió Porno en 2002, novela que seguía de cerca las desventuras de los protagonistas de la primera entrega.
Han pasado dos largas décadas desde el estreno de la primera película. Un largo espacio de tiempo que sirve perfectamente al propósito del film.
El guión escrito por John Hodge, guionista de la original, despliega toda su historia, justamente, veinte años después de los acontecimientos de la película original. Una amplia línea temporal que dota al film de una ambientación tremendamente real, debido a que este transcurso de tiempo en la vida real es idénticamente el mismo que en el film.
En consecuencia, los actores han envejecido en tiempo real y el paso del tiempo para el espectador ha sido el mismo que el que nos muestra el film. Así pues, T2 es una de las pocas películas que puede presumir de un desarrollo temporal real.
Mark Renton abandonara Escocia, y la heroína. Ahora, Renton vuelve a su Edimburgo natal con el objetivo de rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de toda la vida: David "Spud" Murphy, y Simon "Sick Boy" Williamson; al mismo tiempo que Francis "Franco" Begbie sale de la prisión con sed de venganza.
A diferencia de la novela original, Boyle ha bautizado la secuela como T2 Trainspotting, que difiere del título de su respectiva novela, de la que Boyle asegura que, en esta ocasión, argumentalmente no guarda demasiada relación con la misma. Un dato que mi nula afición por la lectura me impide corroborar.
Hace algo más de un año que Boyle anunció la intención de rodar esta secuela de una de película cumbre para muchos cinéfilos, que es considerada un clásico del cine ‘underground’.
Desde entonces, los que tenemos Trainspotting entre nuestras películas favoritas, no hemos dejado de fantasear y crearnos elevadas expectativas.
Algunas de las primeras opiniones en el estreno el pasado viernes, defenestraban esta continuación, cosa en la que no estoy de acuerdo.
Es cierto que esta secuela no impacta de la misma forma en que lo hizo la primera parte. Existen distintos motivos para ello, aunque el principal es que el espectador de mediana edad está mucho más curtido que en 1997, que era un simple adolescente. Durante estas dos últimas décadas se han visto muchas más películas controvertidas que han hecho del espectador un hueso duro de roer.
Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner, veinte años más viejos en la película y en la vida real, vuelven a encarnar con mucho acierto a Renton, Begbie, Sick Boy y Spud, personajes que cualquier fan del film conoce perfectamente y con los que disfrutará de nuevo con todos sus tics.
La película toma como punto de partida el desenlace de la primera parte que utiliza como impulsor de la historia y ahonda en la vida personal de cada uno de los cuatro integrantes. T2 tiene una vena un poco más dramática, pero no olvida el humor negro característico del primer film y sigue denunciando la vida perfecta.
El esquema argumental es muy similar al de la original, pero se adapta perfectamente a los tiempos actuales. Bendito discurso se marca Renton cuando adapta el monólogo de ‘elige vida’ a los tiempos actuales; cargando contra el estilismo, el glamour, las redes sociales, etc.
Aun con sus altibajos, me parece una continuación muy digna, que si bien no alcanza el estatus de su antecesora, es consecuente con los hechos de la primera entrega y tiene secuencias que bien merecen la oportunidad ante un visionado.
Como he dicho, debido al paso de tiempo, la película nos deja una ambientación, y perdón por la expresión, jodidamente real. Punto a favor que compensa algunos altibajos durante la película. También hay que tener en cuenta las expectativas generadas desde que saltó la noticia de que habría una secuela hace más de un año.
A pesar de todo, Boyle mueve la cámara con una certeza similar a la obra primogénita y sitúa al espectador perfectamente en el presente del film.
Por otro lado, los actores no necesitan de caracterización alguna, ya que han envejecido tal cual requiere la linea temporal propuesta en el film. T2 me parece una secuela bien solventada y con algunas secuencias que compensan plenamente otros momentos menos interesantes dentro de la historia que nos propone Boyle.
T2 recurre a la nostalgia desde el punto de vista de sus personajes y sus planes de futuro, aunque estos sean una mierda. Desde luego, nuestra vida no tienen nada que ver con la de sus protagonistas, su afán por la heroína y los negocios turbios, pero Boyle ha conseguido que nos sintamos identificados con su ‘causa’ y forma de vida, aunque ésta no sea lícita.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero creo que Boyle ha salido airoso de una empresa tan complicada, rodar una secuela de Trainspotting sin caer en el aburrimiento.