Revista Jurídico

Tabacalera, un pelotazo que siempre olió muy mal

Por Barrinto
El Ayuntamiento de Valencia decidió hace algunos años adquirir la antigua fábrica de Tabacalera y decidió hacerlo mediante una permuta del inmueble, recién adquirido por un empresario local, con un edificio municipal situado en uno de los mejores puntos de Valencia, en la plaza de América, frente al jardín del Turia. El asunto olió mal desde el principio y fue apestando a medida que conocíamos detalles de la operación. Sobre todo, porque se renunció a subastar el valioso inmueble municipal, con lo que se habría obtenido dinero suficiente para comprar tres tabacaleras.
El PSPV-PSOE, con su portavoz municipal, Carmen Alborch, a la cabeza, ha denunciado ahora ante la Fiscalía Anticorrupción al Ayuntamiento que preside Rita Barberá por un presunto delito de prevaricación. Es interesante leer la denuncia, que enlazo aquí (.pdf), porque relata cómo fueron sucediendo los hechos y cómo el empresario acabó teniendo un beneficio de 100 millones de euros, según cálculos documentados de los denunciantes. Por si no tienes tiempo o no te apetece, he aquí una enumeración de los hechos:
1999: Altadis traslada la producción y cierra la fábrica de Tabacalera. (en la foto, la fábrica antes de los derribos)
2001: El Ayuntamiento, por unanimidad, decide intentar adquirir el edificio, que éste mantenga su protección y que no tenga en ningún caso un uso residencial, sino administrativo.
2002: El Ayuntamiento, la Generalitat y el Ministerio de Cultura deciden otorgar al edificio de Tabacalera la máxima protección prevista en la Ley de Patrimonio Histórico Español, la de Bien de Interés Cultural (BIC).
2002: Seis días después del acuerdo para declararlo BIC, la empresa Inmobiliaria Guadalmedina (IGSA), del Grupo Ballester, compra a Altadis el 49% del edificio por 7,9 millones de euros. La Generalitat paraliza el expediente de declaración de BIC. Cinco meses después, IGSA solicita la permuta de la parte central del edificio y el derribo de las naves laterales y traseras para construir viviendas.
2005: la alcaldesa, Rita Barberá, firma el acuerdo de PERMUTA en los términos solicitados por IGSA y se compromete a rebajar la protección del edificio, derribar parte del mismo, permitir a IGSA construir viviendas en los solares resultantes y permutar la parte central de la antigua fábrica por el edificio municipal de la plaza de América. (en la segunda foto, figuración de cómo quedará el edificio con los bloques residenciales detrás)
  • En la permuta, para valorar el edificio del Ayuntamiento se utiliza un informe municipal, sin tasación independiente, que fija el precio en 4.173 euros por metro cuadrado. (en la tercera foto, el inmueble municipal que ya está siendo derribado)
  • Pocos meses después, la Generalitat subasta un edificio situado a 70 metros de distancia pero en segunda línea respecto al jardín del Turia, el de los antiguos juzgados. Alcanza un precio de 7.134 euros por metro cuadrado.
2006: la Generalitat y el Ayuntamiento descatalogan el edificio, recalifican el inmueble y autorizan el derribo de las naves traseras y laterales. Unas semanas después, IGSA adquiere el 51% restante a Altadis por 52 millones de euros.
2007: La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, el Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana y el Ministerio de Cultura se pronuncian contra el derribo. Las naves se derriban.
El hedor que desprende la operación urbanística de marras intentan aventarlo con la imagen de lo bonito que ha quedado el nuevo edificio municipal en Tabacalera (45 millones de euros ha costado la reforma). Le toca hablar a la Justicia. Delito o no, para éste que paga sus impuestos en Valencia es una vergüenza.

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