Revista Opinión

Tal día como hoy

Publicado el 11 septiembre 2011 por Carmentxu

Hoy me cuesta escribir porque estoy anclada en un momento del tiempo, tal día como hoy diez años atrás. Había aprovechado toda la mañana para limpiar a fondo la casa, era martes, y a las tres de la tarde, por fin, aún cansada, pero ya duchada y con la comida preparada, me dispuse a pasar una tarde anodina durmiendo, o leyendo, o escribiendo, o volviendo a dormir, las posibilidades eran infinitas… O quizá frente al televisor. Los 11 de septiembre son fiesta sólo en Catalunya, así que, aparte de TV3, el resto de cadenas ofrecen una programación que fomenta la siesta y el aturdimiento. Nos quieren abotargados.

Tal día como hoy
En esas estaba yo cuando encendí la televisión. Aún no había chocado el segundo avión contra la torre sur. Cuando lo hizo y se confirmaron los temores de que aquello no fuera fruto de un accidente, tuve la certeza en aquel preciso instante empezaba un episodio histórico: la tercera guerra mundial. “Si lo sé no limpio el piso…”, pensé mientras miraba esta casa ordenada y limpia hasta lo enfermizo en que se habían convertido las llanuras de papeles y ropa de unas horas antes. Llamé a mi jefa, una psicópata con claros síntomas de trastorno bipolar que tenía por aquel entonces, con la esperanza de acentuar su enfermedad con la primicia. Ella trabajaba ese día igualmente, y no se había enterado de nada. La apremié a que encendiera el pequeño televisor de su despacho. Le puse en antecedentes y luego ya no sé qué hizo. Yo estuve el resto del día y hasta altas horas sin pestañear, quemándome la vista al igual que ardían los escombros. Me llamaban amigos, llamaba yo, comentábamos…

Muchas veces me acuerdo de aquel día, tan mediático, porque desde entonces, al igual que me pasó entonces, me cuesta creer lo que veo, leo y oigo… Empezó una guerra, sí, pero fue la del terror. En estos diez años, el enemigo ha ido mutando y ahora se pasea por los pasillos del Banco Mundial, del FMI, de agencias de clasificación, de búnkers a prueba de escuchas y de oficinas secretas con puertas falsas… Están ganando batalla a batalla. Y me quito los zapatos y el cinturón, obediente, cada vez que cojo un avión porque ahora soy sospechosa de terrorismo.

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