Revista Bares y Restaurantes

Tarjetas de visita malqueridas

Por Ruth Agua @ruthagua

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“Detalles con mimo”

Cuando visito un lugar que me llama la atención y me conquista ya sea por su comida, el ambiente, originalidad, creatividad… Siempre, sin ninguna excepción, me acerco a uno de los encargados y le pregunto por su “tarjeta de visita”. Lo malo de haber estado varios años estudiando diseño, es que se convierte en ocasiones una obsesión, forma parte de mi formación profesional como aquel que dice. Por eso colecciono tarjetas de visitas, en un vistazo puedes valorar qué transmite ese sitio sin haberlo visitado previamente.

Hace unas noches, disfrutando de Toledo, decidimos entrar en “La Malquerida de Trinidad”, durante el día habíamos pasado varias veces por su puerta y desde un principio captó mi curiosidad, por eso al caer la noche nos dirigimos allí. Como comenté en mi entrada: “Día y Noche en Toledo”, me encantó el ambiente, desde su banda sonora, el trato del personal, hasta su decoración y cócteles. Un pequeño bar-restaurante que te invita a quedarte durante horas atrapado en buenas conversaciones o “citas contigo mismo”, en el sentido de disfrutar un café acompañado de lecturas interminables.

Cuando terminó nuestra velada, me acerqué a pedir una tarjeta, la sorpresa fue que en vez de encontrarme con la tarjeta clásica de siempre, vi entre mis manos dos tapones de corcho de vino donde aparecía el nombre del sitio, su dirección y el teléfono. La originalidad de su presentación fue lo que consiguió que mi visita en “La Malquerida” la catalogara de 10.


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