Revista Espiritualidad

Te deseo un muy mal 2020 para ti y tu familia

Por Chocobuda

Te deseo un muy mal 2020 para ti y tu familia

Año nuevo es la época de desear que los caprichos se cumplan, de que la salud esté mejor que nunca y que el trabajo/dinero no falte. Es lindo, claro. Lo hacemos todo el tiempo porque es muy agradable saber que al menos en el mundo de la imaginación, tendremos la vida maravillosa que queremos.

¿Te has puesto a pensar que los deseos de año nuevo son como una especie de hechizos? Queremos que las cosas salgan bien sin esfuerzo y sin obstáculos; y que un amigo imaginario celestial nos ayude tan solo por nuestra bonita cara. ¡Qué increíble que todo fuera como en nuestras fantasías!

Es impresionante lo egocéntrico que es todo lo relacionado a esta festividad auto-impuesta (como todas las demás).

A la naturaleza no le importan nuestros minutos ni nuestros años. “Año nuevo” es solo un concepto más, un día más. Eso por sí mismo es maravilloso y mágico.

Las etiquetas “bueno” y “malo”, solo viven en nuestra imaginación y siempre están vistas desde el ego. La vida es más inteligente que nosotros y aún lo que no nos gusta, la vida lo aprovecha para mejorarse a sí misma.

Lamentablemente estás en Chocobuda, un blog de Budismo Zen. Aquí no te deseo cosas lindas. Con todo mi corazón deseo que 2020 sea un año terrible, difícil y lleno de obstáculos.

¡En Chocobuda te anti-felicitamos por el nuevo año! Es un experimento que comencé en 2014 en el que ha habido buenos resultados, pues las personas que leen y lo entienden, saben que los objetivos personales se cumplen exclusivamente cuando:

  • Cuestionas lo que hay, para buscar una mejor forma de hacer las cosas.
  • Investigas y creas una base de conocimiento.
  • Formulas ideas e hipótesis.
  • Experimentas.
  • Cometes errores una y otra vez, para levantarte y continuar.
  • Llevas lo aprendido a la vida cotidiana.
  • Compartes los resultados para el beneficio de los demás.
  • Pero sobre todo, cuando entiendes que el camino lento siempre es el mejor.

Así que te deseo con todo mi ser, que 2019 sea un muy mal año:

Que el caos mental y el ruido externo sean insoportables. Para que así te animes a sentarte a meditar y entiendas que es la madres de todos los hábitos.

Que el dinero falte. Para que entiendas que la vida es mejor y más tranquila cuando se vive con solo lo necesario y sin excesos.

Que te quedes solo. Para que entiendas el valor de la amistad y la importancia de aprender a vivir con uno mismo. El silencio es más importante y agradable de lo que imaginas.

Que te hagan ver lo tonto que eres. Para que entiendas que no eres mejor que nadie y veas el daño que has causado cuando te burlas de los demás. También te servirá para ver todo el camino que aun falta por recorrer.

Que la salud sufra. Porque así entenderás lo importante que es mantener el cuerpo sano y quizá podrías dejar de tratarlo como bote de la basura.

Que sientas mucho frío y no tengas cómo cubrirte. Porque así sabrás lo que sufren otras personas que no tienen las mismas oportunidades que tú. También valorarás el milagro que significa que tengas acceso a ropa, energía y a tener un techo sobre ese bloque que llamas cabeza.

Que caigas en la desesperación. Porque después del drama tendrás que ser creativo, valiente y sabio para poder convertir la dificultad en oportunidad.

Que estés triste. Así sabrás lo valiosa que es la risa y el asombroso poder curativo que nos da.

Que te mientan y que creas. Es la manera en que sabrás el sufrimiento que has causado cuando tu habla no es sincera y hay motivos escondidos en tus acciones.

Que te traicionen. Para que entiendas el valor de la lealtad y no traiciones a las personas que te quieren.

Que te manipulen. Así verás que la manipulación es una de las peores formas de violencia y evitarás manipular a los demás.

Que te falte comida. Porque así sentirás compasión por los que no la tienen y, si eres inteligente, ayudarás. También podrás sentir gratitud por todas las personas y seres vivos que dan su vida para que tu alimentación sea posible.

Que alguien te pague con ingratitud. Así conocerás lo que se siente cuando no te dignas a ser agradecido con las personas y seres que te rodean.

Que la desorganización y indisciplina te causen muchos problemas. Es la única forma que tenemos para entender lo vital que son los hábitos para el ser humano.

Que sufras la muerte de un ser querido. Para que entiendas que todo en el universo es impermanente y des valor a todas las personas que te honran con su presencia.

Que te olviden. Sólo así entenderás lo que la gente siente cuando la ignoras.

Que te discriminen. Así estarás del lado de todas las personas a las que has etiquetado, juzgado y tratado mal por ser diferentes a ti.

Que no te agradezcan nada y que ignoren tus esfuerzos. Porque vivir en ingratitud hace que la vida se vuelva horrible y difícil de llevar.

Que en tu país nada funcione. Para que veas lo necesario que es educarte a ti mismo y educar a los jóvenes en ciencia, arte, cultura, filosofía y sobre todo compasión. Si comenzamos con ellos, quizá los políticos del futuro sean personas de bien.

Que 2020 sea un mal año, lleno de retos, montañas que escalar y de obstáculos. Si puedes salir adelante de todo esto, la noche del 31 de diciembre de 2020 serás una persona agradecida, compasiva, generosa y con un corazón más noble.

Esta es mi manera de desearte que este año que comienza sea el mejor año de tu vida. Pero claro, eso está en tus manos.


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