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¿Te pones guapa para ti o para los demás?

Publicado el 14 enero 2020 por Key Hunters @zapatoalacabeza
Hay una discusión más vieja que las montañas, de la que es imposible escapar en cualquier caso pero especialmente si eres una mujer, que es la que intenta explicar por qué las personas empleamos tiempo en mejorar nuestro aspecto físico.
Esta conversación suele empezar porque alguien, por ejemplo tu amiga Patricia, dice algo así como
"yo no me maquillo para gustarles a los demás sino para gustarme a mí"

Y eso en principio está muy bien, pero resulta que todo el mundo sabe que tu amiga Patricia antes muerta que sin maquillar pero luego si no queda con nadie se puede pasar cuatro días sin ducharse.
Que eso también está bien, faltaría más, pero la incongruencia es bastante evidente y suele dar lugar a discusión.
¿Le da a Patricia vergüenza admitir que le importa la opinión de los demás? ¿Está mintiéndose a sí misma tal vez? ¿Hay alguna laguna en su lógica que se nos está escapando?
Tras ser testigo de este tipo de conversación incontables veces, la última en esta encuesta de twitter:
Bueno, entonces a ver : las mujeres os ponéis guapas por...— Loretta (@jbasalo1970) August 2, 2019

me he planteado cuál era mi opinión al respecto y he visto que la cosa es más complicada de lo que parece.
Mi concepto de "aumentar mi atractivo"  consiste básicamente en llevar ropa que me quede bien y que combine entre sí, y últimamente en llevar dosis mínimas de maquillaje. Mi estilo oscila sin lógica detectable entre parecer una indigente o un miembro de la alta sociedad -pero en barato, que toda mi ropa es de H&M-, tanto cuando socializo como cuando voy al trabajo -en todas las oficinas en las que he trabajado estaba perfectamente permitido ir hecho unos zorros-, así que a simple vista no es fácil entender cuándo estoy intentando impresionar a los demás. Lo único que suele ser estable es que cuando me pongo un conjunto extravagante o más trabajado de lo habitual suelo hacerlo cuando no va a verme nadie conocido, porque me molesta que la gente piense que estoy haciendo un gran esfuerzo por tener buen aspecto.
INCISO
Esto es una tara personal que tengo, muy negativa. Igual de malo es tirarte tres horas maquillándote, peinándote y eligiendo ropa por miedo a no gustarles a los demás, como evitar ponerte guapo para que la sociedad no crea que te has rendido ante sus normas. Las dos cosas son una tontería y estoy trabajando en lo mío.
FIN DEL INCISO
Esto podría dar a entender que no me pongo guapa para los demás, ya que en ese caso lo haría cuando quedara con cuanta más gente mejor, ¿no?
¿Y entonces por qué estoy escribiendo esto en un pijama de los Aristogatos y una camiseta que compré hace veinte años?
Tengo una respuesta a ésta pregunta y al título del post, pero antes veamos qué opciones hay, para que tengáis ventaja la próxima vez que os veáis involucrados en esta discusión.
1. Me pongo guapa para los demás
Ésta es fácil. Inviertes tiempo en este asunto porque quieres ligarte a alguien, o que ciertas personas tengan una imagen mejor de ti, o porque quieres tener mejor pinta que alguien que te cae mal. Miles de opciones pero la base es la misma en todas y se entiende de sobra.
Éste pasa mucho pero se acepta poco. Lo que nos lleva a la opción 2,
2: Me pongo guapa para los demás pero no quiero admitirlo
Como indico en el primer inciso de por ahí arriba, me molesta mucho que las personas que me acompañan piensen que estoy intentando impresionarlas con mi físico, cosa que me imagino le pasa a más gente. La belleza, aunque yo soy muy fan porque le da alegría a la vida, es algo superfluo que distrae de otras cosas que sí son importantes, y darle un peso excesivo suele ser síntoma de poca inteligencia o de tener las prioridades muy mal establecidas.
Además, y esto es importante, si no te esfuerzas por estar guapo y tu aspecto es malo tienes un pase. Pero si te esfuerzas por estar guapo y tu aspecto es malo, entonces el ridículo es inevitable. He visto, probablemente igual que vosotros, a chicas yendo a la peluquería porque después iban a ver al chico que les gustaba, y caer en la más absoluta desolación cuando dicho chico no les ha prestado la más mínima atención. Ese golpe es duro en cualquier caso pero cuando ha habido un esfuerzo extra para estar atractivo la humillación es mucho mayor.
Creo que esta opción está increíblemente extendida. La cantidad de personas que se esfuerzan por parecerse a una estrella de Hollywood pero se niegan a admitir que ello tenga nada que ver con la percepción que tienen los demás de ellos es enorme, creo que por la mezcla que explico de no querer parecer superficial y de no sufrir una caída muy dura si el resultado no es el esperado.
Una vez eres consciente de estar en este grupo ya no puedes pertenecer a él, así que aunque creo que ésta ha sido mi situación en algunos casos en el pasado, hoy por hoy me parece que apenas me pasa. Sigamos.
3. Me pongo guapa para mí y me da igual cómo me vean los demás
Si os digo la verdad creo que esto es mentira en el 99.99% de los casos.
Estoy segura de que hay alguien (ese 0.01%) que lleva máscara de pestañas en casa y se pone camisas de seda aunque no vaya a salir ni a bajar la basura. Son la excepción, no mienten a nadie y su existencia queda anotada. Ahora los demás.
La inmensa mayoría de la gente que afirma no tener en cuenta la opinión de los demás en estos temas luego, al igual que nuestra amiga Patricia, no se molesta ni en lavarse los dientes si no va a tener compañía. Esto, por más que yo intente entenderlo, me da la sensación de ser una mentira absoluta, dirigida más al que la dice que a los que escuchan. Cuando hablo con una persona de este grupo suelo escuchar cosas del tipo "si salgo de casa sin corrector de ojeras me veo horrorosa", lo que desde su perspectiva significa que ella misma sufre por su mal aspecto y eso no tiene nada que ver con los demás. Lo que falla aquí es que ese sufrimiento viene de que otras personas le van a ver pinta de yonki y van a tener una mala opinión de su calidad como potencial pareja o como amenaza si son del mismo sexo o lo que sea. Esto tiene toda la pinta de ser una de esas actitudes de autoengaño que no vienen de una mala intención sino de una falta de introspección. Quiero decir, esta chica no es que se esté mintiendo a sí misma de manera activa, sino que probablemente no se ha parado a pensar qué hay detrás de su aprensión a dejar el antiojeras en casa.
Esta opción, salvo en contadas excepciones, me parece una ilusión y no me creo casi nada.
4. Me pongo guapa porque no me queda más remedio
Esto incluye ir de traje a una entrevista aunque no te guste llevar corbata, no salir de fiesta en deportivas para que te dejen entrar en los clubes pijos, maquillarte para que tu cuñada no te pregunte si te encuentras mal en una cena familiar, esas cosas.
Esto es fácil y nos pasa a todos cuando hay un propósito claro, pero también sucede que esta sensación de obligación social pasa a ser el motivo principal por el que algunas personas emplean tiempo en mejorar su aspecto en el día a día.
Esto tiene dos posibilidades.
4.1: percepción distorsionada de la realidad
Esto pasa tanto, tantísimo. Personas que creen que los demás viven para observarles desde lejos y sacarles defectos. Si salen de casa con cierta ropa entonces sus compañeros de clase se reirán de ellos a sus espaldas, así que deben ir con algo más caro e incómodo de lo que les gustaría. Si tienen manchas en la piel obviamente todo el mundo se va a dar cuenta y nadie pensará en otra cosa durante todo el día. Si llevan demasiado escote habrá quien opine que van provocando porque quieren atención, así que será mejor llevar algo más discreto aunque estemos a cuarenta grados.
No me voy a extender más con esto porque seguro que me entendéis todos, pero para el que no,
BREAKING NEWS
A NADIE LE IMPORTAS.NI TÚ, NI TU ASPECTO. LA GENTE TIENE COSAS QUE HACER. DEDICA TU ENERGÍA A OTRA COSA.
Pasemos a la siguiente sub-opción.
4.2: La dependencia de las mejoras físicas es tan habitual que renunciar a ellas sí tiene consecuencias
Me explico; si hasta al gimnasio vas con corrector y sombra de ojos y la raya del ojo pintada y base de maquillaje o lo que sea que llevas pues entonces efectivamente el día que no lo llevas sí parece que estés enferma. No es que la gente quiera ser ofensiva -o no todos-, es que tu aspecto dista tanto del habitual que parece que algo pasa. Luego pues también he visto a universitarios reírse de una amiga por no llevar el pelo planchado un día, pero bueno tiene que haber de todo en la viña del señor.
Ésta es una de las razones por las que, como comento arriba, mi estilo varía tan salvajemente. Como me incomoda tanto el que la gente me pregunte si tengo una entrevista o una cita porque voy especialmente bien vestida, lo que hago es que de manera aleatoria me pongo un conjunto encantador y así nadie me da la chapa el día que visto especialmente bien, porque ya están acostumbrados. Lo opuesto en mi caso es más fácil porque hecha una mierda voy más a menudo, pero el concepto es el mismo.
Aquí cada uno que haga lo que quiera, evidentemente, pero mi consejo no solicitado es que no os hagáis esto a vosotros mismos. Que si vais sin maquillar o sin afeitar o en general hechos unos pordioseros de vez en cuando -siempre que oláis bien- no pasa nada. La belleza es un añadido estupendo pero no es crucial; no merece la pena estar sometido de esta forma. Los demás lo superarán.
5. Me pongo guapa porque cuanta más belleza en el mundo, mejor
Le tuve que dar muchas vueltas a esta cuestión para darme cuenta de que ésta era la descripción que mejor reflejaba mi caso, que ya expliqué parcialmente en este otro artículo sobre los actores de Hollywood y las inseguridades del ciudadano medio.
Básicamente la explicación de esto es que las cosas, los animales, las personas, los sitios, cuanto más bonitos mejor. Prefiero ver edificios elegantes, calles limpias y cuidadas, jardines verdes y coches que brillan. Si los edificios se caen a trozos, las calles tienen adoquines levantados y los coches necesitan una mano de pintura pues tampoco pasa nada, pero las cosas que son cuquis a la vista tienden a alegrarme el día, por lo que tiene lógica que me guste ver personas que me resultan estéticamente agradables. Y si a mí me gusta ver personas con vestidos bonitos y barbas bien recortadas lo justo es que yo contribuya en lo posible y de vez en cuando trate de aportar algo de belleza a los demás.
Obviamente si como efecto secundario algún joven arrebatador se enamora de mí pues qué le vamos a hacer, pero digamos que no es en lo que voy pensando cuando me pongo una falda bonita.
Así que ése es el resumen. Me pongo guapa porque quiero que el mundo sea más bonito.
Aunque mi pijama de los Aristogatos también está bien.
p.d. Hablo en femenino en los títulos porque el ejemplo soy yo, pero todo esto, por más que se empeñe todo el mundo en que afecta a las mujeres más que a los hombres, vale para cualquiera.

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