Revista Espiritualidad

Te sobra todo… Hasta tú

Por Kheldar @KheldarArainai

Estás sufriendo una saturación tal que me pregunto cómo es que no estás ya gilipollas sin remedio. Tal vez lo estás y todavía no me he dado cuenta. Tal vez todavía tengas remedio. Tal vez no estás tan saturado y eres gilipollas desde la fábrica. Tal vez no estás gilipollas y sí saturado… Tal vez nada de lo anterior.

A quién le importa. Parece que ni siquiera a ti.

Estás sufriendo una discapacidad, de esas que no se ven pero se sienten por dentro. O tal vez tu discapacidad llegue a tal grado de no poder sentir ni eso. Te falta sentimiento, esa es tu discapacidad. En alguna etapa de tu vida cambiaste el sentir por el pensar en tu sentimiento y tu sensación, y dejaste de hacerlo. A duras penas sí eres capaz.

No lo echas de menos porque “ya no te duele”.

Estás sufriendo por una lucha entre tu interior y todo lo que tiene para que le des al mundo, y tu exterior intento por introducir cambios en todas las facetas. Cambios impuestos a partes de tu persona que no conoces como deberías ni comprendes, ni mucho menos aceptas… Pero que te han dicho que te sobran.

Esto parece una historia de esas con mal final.

Te sobra todo… Hasta tú.

 

Poco te falta para intentar suicidarte.

Sinceramente, si lo intentaras o no, tampoco es que fuera a preocuparme… No soy responsable de tu vida, pero tú sí. Y viendo como le faltas al respeto, yo no creo que la respete más que tu… Mal que pueda sonar, poco me importa.

Hablemos claro.

Primera sobra: la falta de criterio, la superficialidad, y otros menesteres.

Si vienes a contarme tus penas, ten un poquito de sangre y un poco más de cojones para soportar y vivir tu propia vida; y no caigas en la bajeza de pedir una vida más sencilla, o tratar de conseguir la que te vendan como perfecta.

Todos hemos querido que nos den las cosas hechas, ser famosos o ricos para tener más comodidades y desahogos… Y esa vida es una puta mierda.

  • El dinero arde en las manos, y no tiene duración ni valor real. Las economías de hoy en día no tienen un respaldo detrás del dinero que mueven. Podrías limpiarte el culo con tus billetes y no se sufriría por la pérdida
  • La fama es efímera. Te conviertes en un juguete roto, un capricho de la masa. Tu vida deja de pertenecerte y pasa a ser vox populi en gran medida. También te puede tocar no ser tan humilde y campechano como pensabas, fama y fortuna mediantes.

Vivimos en un mundo que nos llena los ojos y los oídos de mierda. Que nos ensucia las mentes y juega a violar nuestras conciencias para que tengamos una serie de ideas de lo bueno, lo malo y lo que no es ni uno ni otro; pero según como te coja o cojas tú a los demás, puede ser la hostia (para tu cara) o bien la hostia (de bueno).

Los niños de hoy en día están sometidos a un intento por hacerlos madurar demasiado deprisa. Quedan cojos por el camino. Los adultos de hoy son niños forzados a crecer en muchos aspectos, y forzados a permanecer infantilizados en ciertas cosas.

Se ha privado a la educación de hoy día de bastante chicha, de lo que llamamos sustancia y fundamento, para rellenar currículo. Ahora tus niños salen del instituto hablando inglés y/o francés… Pero sin tener ni puta idea de lo que es el ingenio y la creatividad, sin tener nociones del trabajo en equipo o de ser resolutivo.

Y no les pidas expresar sus opiniones en público, que salvo unos cuantos que son tachados por el resto de freaks (y a todas luces son los que más potencial tienen, aprovechado o no, a pesar del selectivo trato devaluante que sufren); todo lo más que puedes obtener es gruñidos y hartazgo de sus farfulleos incoherentes.

  • Sobran cojones, falta educación.
  • Sobran capullos, faltan personas.
  • Sobran falsos problemas con erradas soluciones.
  • Sobran falsos profetas, políticos y demás buitres varios.
  • Sobran especuladores que juegan con vidas ajenas.

Pero también sobra el pensamiento de que “somos incapaces contra esto”.

~~õ~~

Segunda sobra: las máscaras, el falso concepto del yo, y otros menesteres.

 

Con dos cojones (Photo credit: Carlos Luna)

A veces topas con personas geniales. Y a veces con personas que aparentan ser geniales, hasta que no les da para más y no pueden seguir pareciéndolo.

No faltan personas que quieren vivir la vida de alguien que no son.

No faltamos tampoco quienes les decimos que eso es traicionarse.

Sobra pedir armonía interior, conexión y satisfacción con tu vida y tu persona… Y cometer actos de violencia contra uno mismo tales como intentar asumir personajes y roles para definir una identidad nueva… Una que supuestamente consiga lo que la actual no pudo.

Sobran los juegos con otras personas. Esos juegos tontos en base a intentar ligarte a quien sea de la manera más estúpida, vanidosa, egoísta y destructiva posible. Esa en la que el concepto de estar a la altura es “rebajo al otro” cuadno debería ser “me elevo yo”…

Es “rebajo al otro”… Y con ello declaro mi propia bajeza.

Y no solo mi bajeza, sino mi incapacidad. Incapacidad para crecer y alzarme. Incapacidad para estar a la altura de las circunstancias. Incapacidad general para relacionarme.

Tanto como sobran los de atender e ignorar selectivamente, los de intentar parecer más valioso y solicitado delante de los demás, y demás odas al ego exacerbado.

Sobra el deseo de imponer la voluntad sobre la realidad. De que las cosas salgan como yo quiero que salgan y si no, me enfado y no respiro. O te la lío. Total, como no puedo soportar mi mierda -que no es otra cosa que el hecho de que no salen las cosas como me gustaría-, en vez de tragar te jodo a ti y a quien me pille por delante.

Eso es poco menos que analfabetismo emocional.

 ~~õ~~

Tercera sobra: subproductos humanos.

English: Maletas de aluminio para moto

¿Quieres una? Te la dejo barata barata. (Photo credit: Wikipedia)

Sobran las cataplasmas, los remedios milagrosos, los cura-lo-todo de sabor amargo para el alma, los aceites de serpiente y las cosas en esa onda. Vivimos en una cultura que ama tener soluciones rápidas y busca experiencias… Pero abandona totalmente el proceso que las brinda. Quieren todos las cosas hechas y si puede ser, para ayer. Pero no quieren hacerlas. Quieren tenerlas hechas.

Quieren todos que se les diga qué hacer -los menos, y en ciertos casos únicamente-, cómo hacerlo, cúando y dónde hacerlo. Por qué hacer eso. Por qué no hacer otra cosa. Qué me aporta. Qué me niega. En qué perjudica y/o beneficia hacerlo.

Qué ventajas tiene frente a no hacer nada.

Solución, sin comprensión. Resultado, sin trabajo. Experiencia, sin proceso.

Sobran los zorros disfrazados de oveja que por un lado intentan meter baza en el rebaño para mejorar la vida del mismo, y por el otro en realidad el beneficio lo buscan para la suya propia. Esos zorros que no dudan en sembrar discordias en el interior de los demás, en sus vidas y en sus relaciones, para hacerse ver como necesarios.

Sus artimañas te van dejando solo poco a poco, hasta que pueden hincarte el diente.

No les interesas tú. No son tus amigos. No quieren tu bien.

Quieren tu dinero. Tu baza de promoción. Que digas que “ellos sirven”, para que otros caigan en las mismas que estás tú. Para poder expoliarlos también.

Sobran los remedios y remediadores que te alejan de ti y te intentan acercar a algo que no eres. Que intentan hacer que dejes de sentir. Que te inducen a creerte cosas supuestamente para motivarte, para enaltecerte, para que crezcas y mejores…

Y te llevan, como pronto compruebas, a todo lo contrario.

A no ser que seas un ser rematadamente simple y tu única preocupación sea vivir como te salga de la punta del nabo sin importarte las responsabilidades de tus acciones y del trato que ostentas a otras personas, te dueles. Porque te duele ver tu vida así.

Y si no te duele, porque hasta de eso han logrado privarte…

La inquietud. El auto-saboteo. Cualquier acto de este tipo te revelará tu estado real.

  • Sabes que las cosas NO funcionan como te contaron.
  • Sabes que NO te sientes mejor actuando así.
  • Sabes que NO disfrutas más la vida o las relaciones de esa manera.

Pero si tienes una mente simple, lo único que te importa es salirte con la tuya.

Y eso es una de las mayores sobras. La simpleza.

Lo que no me sobra es tiempo para seguir hablando de sobras.

Es posible que no nos sobre lo mismo… Pero puedes creerme.

Si te has sentido aludido o insultado incluso con algo de lo que he escrito anteriormente… Ten claro que te sobra todo, hasta tú. Esa idea de ti que guardas.

Si no te has sentido aludido ni insultado… Puede que te sobre también la manía del “eso no va conmigo”. O la del “estás dando por hecho cosas que no son así y no conoces”. Son dos manías que sobran totalmente.

Si no te ha gustado lo que dije, puedes tragar o escupir.

Eso ya te lo dejo a ti… Junto a la tarea de encontrar lo que te sobra.

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Kheldar


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