Revista Psicología

Técnicas para mantener la calma en una conversación

Por Centro Psiconet

Los seres humanos somos puramente sociales y como explica el historiador Yuval Harari, es precisamente esta cualidad la que nos ha fortalecido y diferencia del resto de especies, pero nadie dijo que el don de comunicarnos fuera sencillo.

“¡Pero si hablar es facilísimo!” Claro, lo difícil es cómo lo decimos, porque como hemos visto a lo largo de estas semanas, muchas veces nos dejamos llevar por la tensión del momento y perdemos los papeles.

Hoy hablaremos de dos técnicas para expresarnos de forma calmada y firme a la vez, evitando contaminar el diálogo con palabras de las que luego nos podamos arrepentir.

2 técnicas para tranquilizarse en una conversación

  • Técnica del disco rayado

Uno de nuestros principales problemas a la hora de comunicarnos es que a veces no somos capaces de persistir en aquello que queremos.

Seguramente todos hemos vivido la situación de estar tranquilos en el sofá en pijama con la perspectiva de pasar una noche tranquila y de repente… Nos llama un amigo con ganas de todo lo contrario.

Comenzamos diciéndole que no nos apetece salir, él insiste y le respondemos con una excusa diferente… ¡ERROR! Hemos abierto la veda para dejarnos persuadir por la otra persona porque nos hemos quedado sin argumentos o nos da vergüenza decir que no y puede que al final nos lo pasemos bien con el nuevo plan, pero no era lo que queríamos hacer.

¿Qué podemos hacer?

 Insistir, insistir e insistir como si nos hubiésemos quedado rayados. Lo ideal es elegir una frase corta que nos permita poner el “piloto automático” independientemente de lo que la otra persona nos conteste.

Puede darnos vergüenza ser tan repetitivos, pero es la única manera de que capten que no queremos salir y aunque insistan durante un tiempo, acabarán asumiendo que no hay nada que hacer.

– ¿Salimos esta noche?

+ Hoy no me apetece, estoy cansado

– Venga, ¡lo pasaremos bien!

+ Te lo agradezco pero no me apetece, estoy cansado

– No seas aburrido, que vamos a ir todos

+ No me apetece, estoy cansado

  • Técnica del banco de niebla

Esta herramienta nos puede venir bien especialmente ante dos situaciones:

1-  Cuando no queremos contestar en ese momento

El objetivo es ganar tiempo para pensar una respuesta adecuada (el clásico “uhmmm no lo sé, luego te digo algo”)

2 – A la hora de recibir una crítica de una persona con la que no tenemos mucha confianza o cuyo comentario no es lo suficientemente relevante como para defendernos o empezar una discusión

Imaginemos una escena en la que estamos tomando algo y comentan sobre nuestra ropa con el objetivo de que “entremos al trapo”.

Podemos utilizar su mismo comentario y exagerarlo, llevándolo al humor:

– ¡Vaya camisa llevas!, ¿es que te vas de pesca ahora?

+ Sí, están todos los peces deseando verme

También admitiendo la posibilidad de que parte de lo que nos dice sea cierto:

+ Es posible que a veces vista camisas fuera de lo común, pero me gusta

El objetivo aquí es crear “un banco de niebla”, es decir, ignorar la crítica o el comentario sin mostrarnos agresivos o sumisos y que la otra persona no sepa muy bien qué estamos diciendo, si nos lo hemos tomado bien o mal… Al generar esta situación ambigua de incertidumbre, lo más normal es que pare de hacernos ese tipo de comentarios.

¡Buena suerte y buen diálogo!


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