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Telebsaura: Zapeando por DaviOne

Publicado el 07 noviembre 2017 por Elaltramuz @ElAltramuz

Telebsaura: Zapeando

Telebsaura: Zapeando por DaviOne
Hace ya tiempo que vengo queriendo hablar sobre este programa que ocupa las sobremesas de La Sexta. También es cierto que no sabía si meterme en este jardín o no, porque la categoría Telebsaura se la atribuimos a productos muy bajos, denigrantes, cutres y en especial cabreantes. Así pues, analizando detenidamente lo que me parece este programa televisivo, creo que encaja perfectamente en la descripción, así que vamos a por ello.
No todo fue tan malo en sus comienzos. Es verdad, lo admito, hubo un tiempo en que por pura pereza, uno de los siete pecados capitales que automáticamente anula al resto, lo veía cuando el mando a distancia se había quedado considerablemente lejos del sofá en el que yo yacía con aspecto somnoliento. Es una de esas cosas que se ven venir, pero que hasta que ocurra lo inevitable, cosa que sabes que ocurrirá, lo puedes digerir, como cuando acudía al estadio del Rayo Vallecano y venía de visitante el Real Madrid o el Barcelona.
Zapeando es uno de esos programas que, como su propio nombre indica, hacen una especie de zapping televisivo con fragmentos de otros programas supuestamente graciosos, y que cada vez uno de los colaboradores presentan antes de mostrar el corte, bueno, presentan... Primero una pequeña definición, con una rima en clave de chiste con el que supuestamente tenemos que reírnos, cosa que por supuesto no ocurre en ningún momento, exepto que seas un habitual espectador de El Hormiguero, o que votes a VOX. Normalmente es un texto breve, y queda algo parecido al clásico: "fueron a por trabajo y les comieron lo de abajo", pero sin tantos matices humorísticos. Hay nivel.
Luego todo comienza a derivar en algo grotesco, incluso onírico, ya que cuesta creer lo que es real de lo que no. Entre medias, proponen al público que hagan algún tipo de reto o lamida de polla o vagina a los propios integrantes del programa para la celebración de su programa, 100, 200, 300 o 421, ¿por qué no? Y al comienzo de cada "chou", ponen los más divertidos, o los que le han parecido más graciosos supuestamente al que denominan: "Community Manager" del momento, que por supuesto, debe ser algún becario el que aguante a la gente estúpidamente repelente que manda sus mierdas, y muchos grabados en vertical con sus teléfonos móviles, haciendo el más espantoso de los ridículos, como bailar con pelucas y decir gilipolleces para ver quien dice la mayor en la televisión mientras sus familias, que también deben ser un poco así como Pablo Motos, les vean.
Telebsaura: Zapeando por DaviOne
Pero si hay algo que no es ni de lejos soportable sin soltar un pequeño vómito hacia la caja tonta, son esos chistes que sueltan como autómatas, intentado que parezcan lo más creíble posible, que se lo acaban de inventar en un alarde de ingenio sin precedentes. Se podría perdonar de ser cierto que ha sido un fracaso imaginativo, como lo tenemos todos, pero es que ese chascarrillo llevará escrito ya unas cuantas horas en un papel, que ni se han parado a pensar si surtirá efecto o no, aunque parece que ya hace mucho tiempo que eso de hacer el ridículo les da bastante igual.
Pero si hay algo peor que un humorista guionizado, y encima con una calidad pésima, es un público agradecido a recibir mierda y recompensarla con carcajadas de los más falso. Esto es otro de los puntos fuertes del asunto: esas coballas de laboratorio que se distinguen al fondo del plató, me recuerdan a esa parte de la película 'Yo, Robot', en la cual encuentran centenares de androides dentro de un contenedor exactamente iguales y con las caras inexpresivas. Esto viene a ser lo mismo, pero con unas risas desmesuradas, carcajadas de esas que se pueden distinguir por Malasaña a las cuatro de la madrugada un sábado por la noche. Como si hubiera ido Frank Blanco con aspecto circense lanzando polvos mágicos a la cara de esta gente antes del programa. En ocasiones me he llegado a plantear que son risas recicladas de series de los ochenta o noventa como Matrimonio con hijos o Cosas de marcianos.
Y es que al final, pasa como con casi todo, y son los propios protagonistas de la mesa lo que acaba tirando para atrás todas las posibles ganas de continuar castigando el cerebro con semejante mierda. Ana Morgade, era una de las que tenía mi respeto y cierta admiración en su momento, ya que siempre me pareció la más sincera a la hora de desenvolverse, y con una personalidad que podía diferenciarse del resto del elenco, pero parece que tristemente también fue otro espejismo, lo supe cuando empezó a aparecer con esas gafas de pasta sin cristales, entre otras cosas. De Micky Nadal, Anna Simón, Quique Peinado o la insufrible Cristina Pedroche ya ni hablemos. Parece que los personajes han devorado a las personas, y están atrapados en esos cuerpos para toda la eternidad, como si tuvieran que ser los más graciosos del lugar en cada maldito momento, todo, por supuesto sin ser de ninguna forma así.
Y para terminar con este análisis, o lo que diablos sea lo que acabo de escribir, han ido variando de colaboradores, cada vez más musculados, con tatuajes de macarras y con sonrisas de palo, más falsos que la vagina de una Barbie. Así como la aparición de Chenoa, otro juguete roto de la televisión y la música que da la impresión de querer reflotar su carrera en el mundo de la farándula. Parece que intentan poco a poco darse a conocer a través de la televisión para acabar junto al resto de la caspa viviendo de puta madre. No lo veo tampoco mal, cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero cada día que pasa me vuelve la misma pregunta a la cabeza: ¿dónde han quedado Eugenio o Gila?Propiedad de ElAltramuz.com

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