Revista Comunicación

Telecinco y el cuore

Publicado el 16 octubre 2011 por Alejandropumarino

Telecinco y el cuore

Es la única cadena que no solamente conserva los espacios del corazón, sino que los mejora o incrementa en duración y profundidad informativa, o sea, en escándalo. Para que los números salgan, que al fin y al cabo, es de lo que se trata, los directivos de la cadena han concluido que resulta más barato fabricar a un famosillo que utilizar uno en la cresta de la ola por méritos propios o ajenos, y también hay quien advierte del cansancio y el hastío que el público puede dispensar a este tipo de programa. El caso es consumir horas de caja tonta a bajo precio y elevado share, que es como se hace negocio, independientemente del contenido. Claro que, miren vds., lo que importa es la cuenta de resultados de la cadena, que para altruismo ya están los reportajes de la dos y las películas de la uno, que pagamos con los impuestos todos los españoles, queramos o no.

La fotografía que ilustra la entrada recoge a Jorge Javier Vázquez y a Belén Esteban; nada tengo contra ellos, pero su actuación televisiva me produce una profunda repulsa. La de San Blas, a voz en cuello con su Andreíta, monta un pollo formidable al tipo, o tipa, que tenga delante, y después se echa a llorar en medio del plató como si nada, con el aplauso de Jorge Javier, antes de irse los dos a hacerse unas birras y pensar en el número que habrán de montar al día siguiente para sostener audiencia y seguir sacando con facilidad el sueldo de la caja tonta. Claro que intentar regular los contenidos de las diferentes cadenas televisivas, podría ser un modo inadmisible de injerencia en la libertad, tanto del ciudadano, como del propietario del chiringuito, que tiene sus derechos. Diferente es el caso de los toros: La fiesta nacional molestaba al mundo de los progres, y fue prohibida en Cataluña. Belén Esteban es tóxica para el intelecto, pero eso crea más ciudadanos de los que gustan de las prohibiciones, de modo que el sistema se retroalimenta en su perpetuidad. Dios nos coja confesados.


Volver a la Portada de Logo Paperblog