Revista Ciencia

Telepatía

Publicado el 09 febrero 2012 por Createandshare @CreateShareBlog

telepatia

“Aunque mi cuerpo no tenga las alas del colorido fénix,

no necesito volar allí para estar contigo,

pero me comunicaré mentalmente,

como a través del sagrado unicornio”

Poeta Li Shangyin, de la Dinastía Tang

Telepatía es un término que procede de los vocablos griegos ‘tele’, lejos, y ‘patheia’, sensación.

F. W. Myers utilizó la palabra telepatía por primera vez en 1883 y la definió así: “la transmisión de impresiones de cualquier género entre un cerebro y otro, independientemente de toda vía sensorial reconocida”.

Jodorowsky cree que el cerebro humano evolucionará hacia no necesitar palabras para hablarnos: “Se me hace evidente que la única salvación del género humano no será ni económica, ni política. Tendrá que ocurrir una mutación cerebral. Crearemos un cerebro inmaterial, como un aura… Accederemos a la telepatía”.

Carl G. Jung, estudió y experimentó con el fenómeno telepático no sólo en la vigilia, sino también en el sueño: “La autenticidad del fenómeno de la telepatía no puede discutirse más en la actualidad. He podido comprobar, por experiencia propia, que como se ha dicho ya en tiempos antiguos, la telepatía influye realmente en los sueños. Lógicamente, no diré que la ley que subyace en este fenómeno sea algo ‘sobrenatural’ sino, simplemente, algo que no podemos esclarecer en el estado actual de nuestro conocimiento”.

Einstein dice su prólogo a la obra de Sinclair “Radar de la Psiquis”: “Los resultados de los experimentos telepáticos descritos en este libro de modo cuidadoso y claro, están muy lejos de lo que un investigador de la naturaleza puede considerar como imaginable. Por otro lado, es imposible que un observador y autor tan escrupuloso como Upton Sinclair aspire a un consciente engaño a sus lectores”

También escribe Freud: “Frecuentemente he tenido la impresión a lo largo de las experiencias con personas de mi entorno,que recuerdos cargados de una fuerte coloración emocional se transmiten telepáticamente con éxito y sin grandes dificultades. Si se tiene la paciencia de someter a un examen analítico las asociaciones de las personas a las que se transmite, salen a la luz relaciones y correspondencias ocultas que, de lo contrario, hubieran pasado inadvertidas. Basándome en numerosas experiencias, me inclino a pensar que la transmisión del pensamiento tiene las mayores posibilidades de producirse en el momento en que la idea emerge del subconsciente (…). Incluso, es posible que mensajes recibidos telepáticamente durante el día no puedan emerger a la conciencia sino a través de un sueño de la noche inmediata. Por lo tanto, sería lógico que el material percibido telepáticamente sufriera las modificaciones y transformaciones propias de los sueños, como cualquier otro material onírico”.

Está escrita una anécdota que se remonta a 1915, cuando Einstein tuvo a Freud y al sensible telépata Messing como huéspedes en su casa y quiso poner a prueba las supuestas capacidades de Messing. Freud había de darle una orden por sugestión mental. Messing fue al cuarto de baño, cogió unas pinzas y le arrancó a Einstein tres pelos del bigote. Freud reconoció que en efecto ésta había sido la orden que le había transmitido por telepatía.

Ese sagrado unicornio que nombra el poeta Li Shangyin, puede que esté dormido en nuestro interior, sobre todo si creemos rígidamente que exclusivamente nos relacionamos por medio de los órganos de los sentidos.


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