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Televisión Digital Terrestre: La catástrofe digital

Publicado el 27 septiembre 2011 por Moradadelbuho @moradadelbuho

Imagen | Vertele.

Catástrofe digital
Estamos viviendo la historia de una masacre anunciada. El Gobierno repartió un montón de licencias que no venían avaladas por proyectos profesionales serios, ni por planes de negocio rigurosos.

Europa se sorprendió y pasamos a la historia por ser el país con más cadenas de televisión en abierto, por ser también el que más cadenas públicas tiene en el aire.

Y llegaron los problemas: Primero cerró CNN+, a continuación Veo7 (suprimió informativos y programas de producción propia para acabar alquilando la mayor parte de su franja horaria a Discovery), ahora La 10…

Buena parte de los multiplex se llenaron con repeticiones, teletiendas y bolas de cristal. Se alquilaron frecuencias a compañías extranjeras que no tenían la más mínima intención de producir en España (es caro) y generar trabajo para el sector audiovisual.

El modelo de televisión disparatado creado con la irrupción de la TDT conduce a la catástrofe y a la perversión de los criterios de concesión de licencias de televisión.

No hay dinero para tanta TDT. Ni la publicidad, ni los presupuestos públicos aguantan este órdago.

Vertele hizo un repaso a las cadenas nacionales nacidas con la TDT, lo que no da la idea del futuro que nos espera. Alguien decía que España es el único país del mundo que tiene “televisión de pago gratis”. Aunque la verdad es que posiblemente buena parte de la TDT es gratuita porque nadie hubiera pagado para ver programas absurdos de bajo coste, refritos, tertulias, radio televisada y repeticiones, lo cierto es que nadie se ha sorprendido de la debacle de parte de las cadenas que emiten en abierto y del mal uso que se ha hecho de las licencias concedidas.

No nos engañemos: la televisión cuesta dinero y la falta de medios, con programas con factura de aficionados, teletiendas y astrólogos y brujos acaban pasando factura.

Los espectadores, que tienen donde elegir y gestionan el mando a distancia, quieren una programación elaborada. Basta analizar la clasificación de los programas más vistos para comprobar que les atrae el deporte de alto nivel, el cine de estreno, buenas series españolas y americanas y entretenimiento de calidad, además de aceptar los inevitables “realities” que tampoco son, por lo demás, baratos.

La competencia, además, no es amable. Se compite ya con la televisión a la carta y por internet, lo que exige una pelea aún más dura para conseguir publicidad e ingresos para sobrevivir en la jungla mediática.

España no aprovechó tampoco el encendido digital para optimizar la TDT exigiendo a los operadores interactividad, alta definición (la única que lo cumple es TVE HD) y convivencia con la banda ancha, tal y como ha pasado en otros países europeos.

Tampoco ha preocupado el modelo de negocio. No se ha trabajado en la viabilidad, con estudios económicos rigurosos que garantizaran la supervivencia a las cadenas, y el resultado está ahí: un desastre, financiado demasiado a menudo por dinero público local, regional o nacional.

¿Estamos a tiempo de corregir una parte de este paisaje que nos avergüenza como país?.

Fuente (Artículo completo) | Vertele.

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