Tenemos que hablar de Kevin (We need to talk about Kevin, Lynne Ramsay, 2011. EEUU & Gran Bretaña)

We need to talk about Kevin (Lynne Ramsay, 2011. EEUU & GB): especie de Bowling for Columbine, solo que con tono de relato de ficción en vez de documental, donde una madre nunca comprenderá a su hijo, un sociópata de cuidado, dudando de hasta si lo quiere (e incluso sobre si alguna vez quiso tenerlo), hasta que ocurre lo inevitable y trágico, en un estudio de la maldad que va continuamente hacia atrás y hacia adelante en el tiempo y donde la madre (una inmensa Tilda Swinton, camaleónica como es habitual) deberá cargar con la culpa y la responsabilidad. Sin ser mala en absoluto, deja una cierta sensación general de previsibilidad, así como también de cierta desmitificación de la maternidad.