Tengo los medios, me faltan las ganas

Hay una canción de Pablo Moro que dice “ahora que tengo los medios, me faltan las ganas”. Y algo de eso hay. No creo que sea algo exclusivamente propio del mundo del arte, sino que puede ocurrir en cualquier faceta. Cuando nos sentimos motivados y tenemos ganas por lograr un sueño, nos da igual la situación en la que nos encontremos. Bueno, realmente sí somos conscientes de en que lugar estamos, pero eso forma parte de todo aquello que nos hace luchar. De todo aquello que nos hace seguir en el alambre.

Lo decía Alex de la Iglesia el otro día al recoger un premio. Una serie de circunstancias, unidas a problemas con varios aviones, hicieron que apenas llegara con tiempo a la ceremonia de entrega. Tal vez por eso recordó los valores del sufrimiento y del sacrificio. “Creo que la premura funciona, la falta de condiciones idóneas es algo que estimula, al menos a mí. Soy de los convencidos de que para hacer cine, para vivir y para sobrevivir tiene que haber una relación fundamental entre la creación y el sufrimiento”

Está muy bien tener las mejores cámaras, los mejores efectos especiales, la mejor iluminación, como también lo está el tener a los mejores guitarristas, el mejor equipo de grabación o los mejores productores. Pero la base es tener ideas y tener ganas. A veces cuando buscamos tener los mejores medios no queremos más que querer protegernos, de buscar un escudo que no nos permita fallar.

Por eso los hay que a medida que sacan discos son menos naturales. Tendrán un sonido impecable y unas melodías muy cuidadas. Pero no me dicen nada. También los hay que, con el paso de los años, prefieren dedicarse a una vida más hogareña y reposada. Es una actitud respetable y, hasta cierto punto, merecida. Pero hay canciones que no se escriben pasando la vida en el cómodo sillón de casa. Y esta es una de ellas.