Revista Arte

Terapia grupal para el control de impulsos

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

De los siete criterios diagnósticos propuestos por y Endicott del Trastorno Límite de Personalidad para ser incluidos en el DSM tienen fuerte presencia en los aspectos más floridos del trastorno la impulsividad y la cólera intensa y a veces descontrolada.

El objetivo general de este proyecto de terapia grupal estaría encaminado a disminuir la intensidad y prevalencia de conductas disruptivas, violentas o autodestructivas propias de los pacientes que presentan problemas para controlar sus impulsos.

Mejorando estas conductas se puede aspirar, por qué no, a mejorar sus relaciones personales y la comprensión de sus conflictos; en definitiva incidir positivamente en su calidad de vida y en la de las personas con las que conviven.

En estudios recientes acerca de la relación coste/beneficio de los tratamientos psicoterapéuticos con Trastorno Límite de Personalidad se concluye que las psicoterapias aplicadas de forma apropiada a los pacientes tienen un impacto positivo en parámetros como la reducción de tratamientos futuros, los ingresos hospitalarios y las bajas laborales.

Tradicionalmente los pacientes con TLP no han sido considerados aptos para la psicoterapia de grupo debido a la intensidad de sus conductas disruptivas y desadaptadas que impiden una adecuada cohesión grupal, las tendencias paranoides, las demandas de atención exclusiva y el bajo nivel de ajuste en la relación social.

La inclusión de los pacientes con TLP en grupos terapéuticos se ha realizado, inicialmente, durante el tiempo que el paciente permanecía hospitalizado.

Para algunos autores el tratamiento grupal es más eficaz que el individual.

Entre los factores terapéuticos de las terapias de grupo, Clarkin y colaboradores identifican la disminución de la intensidad transferencial, la posibilidad de identificaciones múltiples, la modificación de modelos de conducta desadaptativos, la conciencia de sus impulsos auto-agresivos, la menor subjetividad de sus reacciones afectivas, beneficio claro en pacientes con rasgos esquizoides, el control de sus impulsos por el establecimiento de unos límites claros y la creación de un espacio que posibilite la contención de sus impulsos y efectos disruptivos.

La idea es ir avanzando desde aspectos puramente psicoeducativos al trabajo de componentes cognitivo-conductuales y, por qué no, conseguir poco a poco la formación de una matriz grupal donde puedan emerger los conflictos o problemáticas de estos pacientes.

La perspectiva sería, por tanto, integradora de diferentes perspectivas.


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