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Terin mellado, reflexiones de una escritora en la milonga

Por Sonriksen
"Antes escribía unas novelas largas y aburridas, capaces de adormilar a Marcel Proust hasta que un día me di cuenta en la milonga que eramos muchas mujeres las que esperábamos para bailar. Por uno u otro motivo los hombres estaban en inferioridad numérica e intelectual, prefiriendo - como siempre - a aquellas muchachas cuyos atributos físicos excedían nuestros discretos encantos. Excedían incluso en mucho su corto raciocinio, que les hacia creer que comprendian los secretos del tango, cuando en realidad se daban alguna maña para bailar o abrazar.  Me considero una buena bailarina y mi belleza es modesta. No soy la única. En esa epifanía que tuve un viernes se me ocurrió que podía reflejar lo que pasaba en el ambiente y además contribuir con mi saber para que todas esas muchachas que esperan tediosamente que las saquen tipos que a veces no se toman ni la molestia de echarse desodorante en las axilas y se perfuman con vinagre de alcohol, tuvieran algún divertimento."
   TERIN MELLADO.
"Mi primer novela es la que me llevó más tiempo. tarde exactamente cinco días, seis horas y media misa. Se llama "Amor de sanguchito" y sus 100 páginas reflejan perfectamente un romance truncado por la imposibilidad y el engaño. Imaginé  a la protagonista quedandose con El chatarrero Ramón, un trabajador honesto y limpio antes que con Apolo, uno de esos artistas bohemios de la milonga que vive de inauguraciones y agasajos. Cuando hasta editorial "El Croto" se negó a publicarmelo comprendí que había cometido un error. El Chatarrero era bueno y noble, pero no tenia forma de enamorar a Leticia. Sabia recitar de corrido y con voz clara el "Ulises" de Joyce y tenia un brazo más largo y musculoso que el otro, por levantar lavadoras y desechos de la calle.  Lo describí, como un tipo con la cara curtida por la experiencia. Era joven en esto de escribir y di por buena la frase "tenia los ojos como dos huevos fritos abandonados en la plancha y la piel tan reseca como el bistec en el que reposaban. ". Apolo el antagonista era superficial, fatuo y facilmente detestable. Un engreído. "Usaba chaquetas con  hombreras bajo las cuales escondía bolsitas perfumadas de esas que se cuelgan en los coches, las únicas a las que podía acceder con sus escasos recursos de artista muerto de hambre".  Pero con eso no vive una mujer. Sé que desde chicas se nos ha enseñado a esperar al principe azul, lo que además de una frase hecha es una tontería como la de vestirse de rosa solo por ser mujeres. Quise acercarlo a la realidad pero se me descompenso porque los hombres eran más un castigo que seres que pudieran suscitar deseo. Me excedí llenando de cualidades a Leticia.  Era como si hubiera mezclado en un coctel a XENA, la princesa guerrera  junto con la mujer Maravilla y después le hubiera puesto unas rodajas de Mary Wollstonecraftt.  Las mujeres comunes, normales esas que muchas veces se van frustradas de la milonga por bailar solamente una tanda y mal, no se veían reflejadas.  Los hombres, los pocos hombres tímidos y sensibles que también leen mis novelas tampoco se veían reflejados. El amor, al igual que el tango requiere magia y  misterio. Atrapar esos inasibles que lo hacen diferente de cualquier experiencia emocional. Y una historia entre un Bukowski diarreico, una amazona esplendida casi lesbiana y un cachivache con ínfulas que se lleva los sanguchitos de las inauguraciones artísticas no podía funcionar de ninguna manera"
   TERIN MELLADO
TERIN MELLADO, REFLEXIONES DE UNA ESCRITORA EN LA MILONGA
"Fijese usted, que ahora con 3567 novelas publicadas y "Tonta por volear" en camino - creo que en tres horas más la despacho - un ejemplar de mi segunda novela "CRUCE, SALIDA LATERAL Y AMOR" despreciada por todos y todas, distribuida en fotocopias con una tapa dibujada por mi sobrino la subasta un coleccionista  con un precio de salida de 100.00 euros. Ahi me fui para el otro lado. Los tipos tenían músculos hasta en las nalgas y las muchachas eran tan perfectas que "su sola visión era insoportablemente inolvidable". Los diálogos  parecían sacados de una conversacion entre Oscar Wilde haciendo de Gardel y Julian May disfrazada de Tita Merello.  Era tan absolutamente falsa que enseguida me catapultó al mundo de las grandes ediciones. Ahora si usted va por las milongas encuentra seguro cuatro o cinco chicas y también algún muchacho medio sonzo y cabizbajo con alguna de mis novelas  leyendo entre tanda y tanda. Las esperas, las marginaciones y los desengaños sigue ocurriendo, pero por lo menos la gente se divierte complementando lo que ve en las pista y aledaños con la lectura.  Pero debo ser sincera. Aunque a partir de la tercera trabajo encontré mi voz y mi estilo escribiendo de una manera más armoniosa y "realista" esa novela me sigue pareciendo una absoluta basura"
                                                               TERIN MELLADO
"Esto me lo preguntan siempre. Pero aunque respeto y admiro a Corin, mi seudónimo no tiene nada que ver con ella.  Me decían TERIN en la secundaria porque era a los ojos de aquellos muchachos flaca como un tero viejo. Se callaron cuando me saque la blusa en clase de ciencias. Luego quise justificar citando a sor Juana y a Safo,  aun con las tetas al aire. Pero me echaron y no volví a ver a ninguno de esos payasos engreídos. A veces los buscó por facebock y tengo la satisfacción de ver el progreso de la decadencia en sus patéticas fotos.  El MELLADO  me pareció apropiado, porque los desengaños habían estropeado mi filosa inteligencia y mi juventud. un hacha mellada a veces hace más daño en todos los que se burlaron de ella. Cuando lo comprendi me transforme en una mujer nueva. Mis historias hacen mella en quienes me leen. Y aunque se que la venganza, aunque sea solo una postura intelectual no es nada buena miro las fotos e incluso los curriculums de todos los que de alguna manera me despreciaron y desde el exclusivo piso 50 donde vivo me sirvo un martini reserva con limas traidas especialmente del Perú y sonriendo grito "Jodanse".  
   TERIN MELLADO
"Quise por una vez ser como mis heroínas y cometí un desliz. Yo que escribo sobre romances abominables sin ninguna pretensión literaria, como no sea la de divertir el tedio de algunas noches malas en las que las milongas parecen mas una prisión llena de ego que el acontecimiento cultural y lleno de expectativas y encuentros que en realidad es,  tuve la tentación de vivir un gran amor con ROLO ROLAN de "tango y picnic 4x4". Era ingenioso, divertido, disciplinado y bueno. Hasta  nos casamos por un afán mio de invitar a todos mis "compañeritos" de existencia, aquellos que me habían hecho crecer y ponerlos a comer las sobras en la mesa de los niños.  Enseguida me di cuenta de que era un inútil, un "bueno para nada" como se decía antes, sin el sentido poético que le da Jose Agustin Goytisolo. Me salvaron las fans. Concretamente treinta  que responden a un grupo que se mantiene en el anonimato.  Ellas veían mi sufrimiento. Una noche que Rolo Volvía de juerga lo esperaron y le hicieron comer mis peores novelas. Cuando Rolo abandono el hospital desapareció, al igual que esas mujeres. Me asusta un poco pensar que mis  trabajos pueden llevar a algunas fans desequilibradas a un intento de asesinato e incluso a  provocar una indigestión severa Melladiana. Pero me salvaron. Y por ellas sigo escribiendo, llenando la milonga con mis historias, que le pueden pasar a gente común, gente normal que tiene derecho a su parcela de sueños, emoción y un poco de insania".
   TERIN MELLADO
"Una tiene como escritora obligaciones con sus lectores y con sus personajes. Unos recrean aquello que les falta o se identifican con los otros, que aunque son inventados tienen vida. Una vida que no termina cuando llegas al FIN o cierras el libro, la tanda o la milonga. Ese limbo del después, ese cualquier posibilidad es lo que me interesa y lo que me hace escribir y escribir.
Aunque llegar a los 6000 libros y sacarle el record a Corin también me gustaría"
                                              TERIN MELLADO

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