'Terrados', una ópera prima inesperada

 Demian Sabini dirige y protagoniza "Terrados".
“Terrado: m. Cubierta plana de un edificio, preparada para poder subirse a ella y usarla”.
Con esa definición en pantalla comienza “Terrados”, ópera prima cinematográfica de Demian Sabini (que dirige y protagoniza) que es a partes iguales una reflexión sobre nuestra sociedad y una crítica hacia la situación de crisis que existe.
La historia transcurre en, y perdón por la repetición, en una serie de terrados de Barcelona en los que el personaje principal (Leo) se junta con su antiguo jefe, Mario que interpreta Alain Hernández, y otros dos amigos. Todo ellos están sin trabajo, hablan de sus cosas e intentan escapar de lo que son sus propias vidas, o quizá sea más adecuado decir que lo que intentan es estar por encima de ellas, superar las dificultades que han tenido y (quizá) dar un paso adelante.
 Alain Hernández es Mario.
Son personas con estudios y experiencia, con todo eso que durante se ha dicho que era tan importante (que lo es) pero que luego la propia sociedad ha dicho que no tanto, que calma y que ya se verá con más calma. Tenemos también los otros dos extremos en Nachete y Ana, con los rostros de David Resplandí y Carla Pérez, el uno sin haber ido a la universidad pero empezando a montar su propio negocio y la otra siendo la novia del protagonista que conserva su trabajo sin terminar de entender lo que está pasando por la cabeza de su pareja.
Diré que estamos ante una comedia coral, y es que la única forma de tomarse las desgracias es con humor, y una película de personajes en la que importa el qué se dice, el quién lo dice y el cómo lo dice. A pesar de ser la primera película de Demian Sabini este ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, con un metraje que te hace pensar, que logra que por un minuto le des vueltas a las cosas y que a pesar de todo termine la proyección y salgas de la sala con una muy buena sensación en el cuerpo.
12.000 euros, sin ninguna ayuda pública lo que no es de extrañar con el tema que cuenta (y que probablemente muchos estamentos de poder gubernamental prefieran que se quedara en un cajón.) Esto es lo que ha costado, ni más ni menos y demuestra que se puede hacer buen cine, que guste y sea entretenido.
 Carla Pérez es el rostro de Ana, la novia del protagonista.
Si más directores en nuestro país tuvieran las cosas y las intenciones igual de claras cambiarían muchas cosas en este sector.